Educación

Los 20 minutos más solidarios bailando contra el cáncer

El alumnado dona 1.175 euros a la asociación Pequeño Valiente | Los estudiantes corrieron, caminaron y bailaron como parte de la campaña solidaria

Muévete por Pequeño Valiente en el IES Schamann

C. T.

Los alumnos del IES Schamann recaudaron ayer 1.175 euros para la asociación Pequeño Valiente, que vela por los niños con cáncer. Los estudiantes pidieron dinero a sus familiares, amigos y vecinos para la donación. Como parte de la campaña solidaria, 400 escolares corrieron, bailaron y caminaron durante 20 minutos «por los niños y niñas que hoy no pueden hacerlo» y tras el esfuerzo físico entregaron el cheque a la asociación. 

Más de mil euros es lo que han recaudado los alumnos y profesores del IES Schamann en Las Palmas de Gran Canaria para la asociación Pequeño Valiente. Euro a euro los estudiantes han pedido el dinero a sus familiares, amigos y vecinos para destinarlo a una causa solidaria. Como parte de la campaña solidaria pasaron 20 minutos bailando, corriendo o caminando «por los niños y niñas que hoy no pueden hacerlo». 

«Pensamos que era una buena iniciativa fomentar la actividad física y la solidaridad», dice la vicedirectora

El 15 de febrero con motivo del Día Internacional del Cáncer Infantil, Pequeño Valiente organizó una actividad en el centro para que los estudiantes hicieran una manualidad de un árbol de la vida compuesto de manos para conmemorar la efeméride. A partir de esa iniciativa la vicedirectora, Romina Furnari, quiso pagarles de vuelta e ideó la campaña solidaria que llevan planeando dos semanas y que culminó ayer con la entrega de 1.175 euros a la fundación benéfica. 

«En el centro trabajamos la actividad física y los hábitos saludables, por lo que pensamos que era una buena iniciativa fomentar la actividad física y la solidaridad», explica Furnari. La vicedirectora afirma que la actividad ha servido para que los niños se percataran de que pueden ayudar a otras personas mientras se cuidan a ellos mismos haciendo deporte.

La calurosa mañana agotó a los 400 estudiantes y profesores que participaron en la jornada. «¡Qué calor!», se quejaba una de las alumnas. Cualquier trozo de papel era bueno para abanicarse y las manos se movían agitadamente para intentar captar cualquier brisa entre los cientos de jóvenes de rostros rojizos y sudados. El instituto se dividió en tres secciones; por un lado, unos bailaban frente al escenario y otros caminaban o corrían por el resto del patio. 

Clases de baile

En la sección de baile los chicos se divertían bailando La macarena, El limbo y otras canciones conocidas. Aunque en un principio estaban tímidos, solo hicieron falta dos canciones para que se soltaran y mostraran sus mejores pasos de baile. Los alumnos crearon un círculo y dentro comenzaron a bailar, aunque el profesor tuvo que dispersar la formación porque la canción de reguetón, que sonaba a todo volumen, invitaba a los jóvenes a perrear. «Ya está todo el perreo por hoy, que estamos en un instituto, a mí se me olvidó», bromeaba una de las alumnas que desde el escenario guiaba al resto a través de pasos de baile. 

Los profesores se unieron a los alumnos en la pista de baile. «Gracias, Sara, por ti hago todos los problemas de sintaxis que hagan falta», exclamaba una de las alumnas después de que una profesora de Lengua bailara en el escenario. También se sumaron a la carrera, como es el caso de la vicedirectora que terminó sudada porque se «picó» con los alumnos.

Después del esfuerzo físico el alumnado pudo descansar y aquellos que corrieron recibieron agua, una chocolatina Tirma y un plátano de la Cooperativa del Norte de Gáldar, que se ofrecieron a aportar el avituallamiento de forma altruista. 

A la estudiante Julia Bencomo le hace «mucha ilusión» aportar su granito de arena porque la asociación ayudó a una de sus amigas y sabe de primera mano que el dinero será muy útil. Asegura que su familia «ni se lo pensó» cuando fueron a dar el dinero porque sabían que la causa lo merecía. Su compañera Ainhoa Maldonado destaca que ha sido «bonito» que todo el instituto se uniera para ayudar. «Además de que lo hicimos de esta forma tan divertida», resalta. «Sobre todo mis padres fueron los que me dieron dinero, nos dieron un carnet para poner el nombre de los patrocinadores y la cantidad que habían dado», detalla la estudiante Ainhoa Maldonado. 

En la actividad solidaria participaron 400 alumnos de todas las clases del centro educativo capitalino

El mínimo de la donación eran 50 céntimos y la clase de Eilen León y Emilia Betina consiguió recaudar 100 euros. «Yo le pedí a mi madre, profesores y amigas, no todo el mundo daba porque no tenía en ese momento, pero en general la clase recibió bastante dinero», comenta Betina. Por su parte, Daniel Santana pidió a sus vecinos en el Risco de San Nicolás, que fueron muy receptivos.

La dietista de Pequeño Valiente, Sara Mendoza, recogió el cheque y agradeció a todos los participantes su colaboración. Mendoza destaca la importancia de sensibilizar desde temprana edad para dar a conocer «tanto la enfermedad como el trabajo que se hace desde la fundación».

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