Un SOS desde el viejo Guanarteme

Vecinos de Luchana y calles aledañas temen perder sus casas ante el arranque de las obras de la futura prolongación de Mesa y López en la plaza de las Américas

«Nacimos y vivimos aquí, pienso quedarme hasta que cierre los ojos», reza una pancarta colgada en la fachada del número 39 de la calle Luchana. Vecinos del viejo Guanarteme han comenzado a lanzar un SOS. A lo largo de esta semana han empezado a colocar carteles reivindicativos desde ventanas, balcones y azoteas al mismo tiempo que la obra del denominado como Gran Guanarteme avanza junto a la plaza de América. Una obra que ha obligado al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria a realizar los primeros cambios en el tráfico, aunque en principio de manera provisional. La impresión es generalizada, temen perder sus casas a costa de la futura ampliación de la avenida Mesa y López.

A comienzos del pasado mes de abril el Ayuntamiento capitalino procedió a cortar el tráfico de la calle Fernando Guanarteme entre la plaza de América -donde actualmente finaliza Mesa y López- y Cayetana Manrique. Este cambio ha obligado a reordenar la circulación en la zona, de tal manera que el sentido subida ha sido desviado por Luchana. Los vecinos han comprobado en poco tiempo que todo el tráfico pesado que se dirige a los polígonos de Las Torres, además de dos líneas de Guaguas Municipales, ahora pasan por delante de sus casas. Esto tan solo ha sido el detonante.

«La gente mayor casi no ha descansado pensando estos años que iban a perder sus casas»

«Cada día barro el hollín de la azotea, es bestial la cantidad que recojo», señala Pedro, vecino de la calle Luchana. Lleva soportando desde abril el aumento desmesurado del tráfico, con la contaminación acústica y ambiental que ello supone. Incluso, se han vuelto habituales los taponazos en cruces donde se ha cambiado el sentido de la circulación. «Aquí no se puede vivir, esto era una calle acostumbrada a coches pequeños y lo que están haciendo es un atraco al barrio», apunta Miguel Vera. Él junto a otros residentes en la zona llevó hasta el Supremo las protestas contra la ampliación de la avenida Mesa y López.

De aquello han pasado ya casi 20 años. Durante los mandatos de José Manuel Soria y Pepa Luzardo el viejo Guanarteme en el linde con la GC-2 conformaba una misma unidad de actuación (UA-08), lo que supondría una completa remodelación urbanística de la zona que permitiría prolongar la rambla de Mesa y López hasta el centro comercial Las Arenas. La extinta inmobiliaria Fadesa fue la encargada de ejecutar el proyecto. En un principio compró una serie de talleres en cuyo solar construiría un edificio de 13 plantas que sería bautizado como Gran Guanarteme. Además, tendría que haber adquirido las tres manzanas siguientes entre el lado de los impares de Luchana y la autovía del Norte -por lo que incluiría la desaparición del tramo final de Fernando Guanarteme-.

«Nos gustaría seguir viviendo aquí»

Los vecinos, presionados por la inmobiliaria para vender, se opusieron a tal operación y llevaron el caso a los juzgados. El Tribunal Superior de Justicia de Canarias tumbó la unidad de actuación, al entender que esta no es una figura que se pueda utilizar en una zona urbana consolidada y sí en puntos donde falten servicios esenciales como alcantarillado o aceras. El Ayuntamiento, liderado por Luzardo, recurrió la sentencia y finalmente el Supremo ratificó el escrito. Pese a todo, la prolongación de Mesa y López se mantuvo en el Plan General de Ordenación y se sustituyó la unidad de actuación por una unidad de dotación para cada manzana -figura que obliga a dar espacios libres y de ocio a la ciudad a cambio de mayor edificabilidad en altura-.

Vecinos de Guanarteme cuelgan pancartas de "Guanarteme no se vende, se defiende"

Vecinos de Guanarteme cuelgan pancartas de "Guanarteme no se vende, se defiende" / Andrés Cruz

«Nos engañaron y nos gustaría seguir viviendo aquí», apunta Miguel Vera tras terminar de colocar una nueva pancarta en otra vivienda de la calle Luchana. «Esto es un atraco, quieren eliminar los elementos identificativos», resalta, «especulación pura y dura». De hecho, en el cartel que han colgado en casa de otro vecino se puede leer «SOS Guanarteme en peligro de extinción». Lo cierto es que buena parte de las casas terreras en Cayetana Manrique, Lepanto y Párroco Francisco Rodríguez Rodríguez con Fernando Guanarteme están tapiadas, abandonadas o ocupadas desde hace años.

Barrio de moda

«Ya no tiene sentido ampliar Mesa y López por aquí, eso era cuando no existía la autovía y la circunvalación y había que cruzar Guanarteme para ir al Norte», resalta Vera, «van a meter cientos de nuevas viviendas con gente que no hará vida de barrio». Es más, estos vecinos recuerdan que el barrio lleva años de moda y que cada vez absorbe más población, «no está preparado para tanta gente», con los consiguientes problemas en alcantarillado o falta de aparcamientos, matizan. 

«La razón la tenemos, pero pelear sale caro, nos están poniendo piedras en el camino porque no les interesa que la gente de toda la vida sigamos aquí», señala Vera en alusión al corte que ya se ha producido en Fernando Guanarteme y el desvío del tráfico.

Tras expropiar las últimas casas en Las Américas, las obras del Residencial van viento en popa

«Esta casa era de mis abuelos», afirma Esther Batista Ramos -muchas de estas terreras son de cuando Guanarteme era un barrio del extinto municipio de San Lorenzo-. «Nacimos aquí y vivimos aquí, pienso quedarme aquí», afirma tajante. La incertidumbre es uno de los mayores problemas que tienen, «no sabemos lo que va a ocurrir ahora, vemos que han empezado las obras pero, ¿y el resto?». Es más, «nos han hipotecado 20 años, la gente mayor casi no ha descansado pensando que podían perder sus casas, no van a estar felices en sus últimos años», añade. 

Por el momento, solo han comenzado las obras del antiguo Gran Guanarteme, rebautizado ahora como Residencial Las Américas. Fadesa, tras entrar en quiebra, puso a la venta el terreno y lo compró a su vez una serie de empresarios de las Islas. El Ayuntamiento en 2021 hizo la última modificación del PGO que afecta a esta zona, de tal manera que dieron vía libre al nuevo proyecto. Se trata de un súper bloque con una plaza pública central diseñado por el arquitecto Javier Haddad. Contará con cuatro edificios de siete, nueve, diez y nueve plantas con frentes a diferentes calles.

El Ayuntamiento expropió en 2021 las últimas casas y talleres en Fernando Guanarteme con El Salvador y Almansa. Esto ha permitido dar vía libre a los promotores del Residencial Las Américas, cuyas obras de cimentación y aparcamientos subterráneos van viento en popa. La compra de estas edificaciones por parte del Consistorio -las dos últimas supusieron un coste de 826.000 euros- permitirá convertir la actual plaza de América en una gran rotonda.

El inicio de Luchana y el ya extinto huerto urbano pasarán a ser el arranque de la prolongación de Mesa y López. ¿El resto? A la espera del interés de inversores inmobiliarios que, por el momento según los vecinos, todavía no han tenido oferta alguna. Desde Urbanismo también han dicho estos meses que va «para largo» y no es una prioridad.

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La extinta Unidad de Actuación de Guanarteme (UA-08) fue sustituida por cuatro actuaciones de dotación. De estas ya ha comenzado a ejecutarse una, correspondiente con el bautizado a principios de siglo como Gran Guanarteme y que marcará el rumbo de la futura rambla por la calle Luchana, que desaparecerá. A esta obra le seguirán tres torres que estarán entre la prolongación de la avenida y la autovía del Norte. Para ello será necesario demoler todas las viviendas que hay en este sector. Las dos primeras actuaciones de dotación serán edificios con hasta 16 plantas; la tercera deberá tener un máximo de once al coincidir con una cota más elevada de Luchana dado que la calle está en cuesta entre Párroco Francisco Rodríguez Rodríguez y Covadonga. Los tres bloques deberán contar a su alrededor una serie de espacios libres a modo de parques abiertos al uso público. La nueva Mesa y López haría en este punto un giro pegada la ladera que sostiene la autovía y conectaría así con la avenida José Sánchez Peñate, donde se ha construido un edificio de nueve plantas. | A. V.

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