La Avenida Marítima gana protección en San Cristóbal a la espera del paseo

Obras Públicas termina la obra, encargada por la vía de urgencia en 2022, entre el barrio marinero y Lady Harimaguada, aunque el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria debe rematar el muro del camino peatonal

El director de obra José Luis Betancor explica el trabajo llevado a cabo ante el consejero de Obras Públicas en funciones Sebastián Franquis y otras personalidades, este viernes. Marítima de Las Palmas de Gran Canaria

El director de obra José Luis Betancor explica el trabajo llevado a cabo ante el consejero de Obras Públicas en funciones Sebastián Franquis y otras personalidades, este viernes. Marítima de Las Palmas de Gran Canaria / Elvira Urquijo A/EFE

La consejería de Obras Públicas del Gobierno de Canarias ha terminado la nueva escollera que protegerá la avenida Marítima. Una obra realizada por la vía de emergencia debido al mal estado en el que se encontraba el muro de contención y que podría hundir el tramo de la GC-1, entre la escultura de Lady Harimaguada y el barrio marinero de San Cristóbal. La obra, adjudicada por 6,5 millones euros, ha acabado costando 7,4 millones de euros. 

Precisamente, un socavón en el paseo marítimo en 2021, destapó el problema. El agujero se arregló pero en 2022 aparecieron nuevas grietas en el mismo lugar por lo que la obra se sacó por la vía de urgencia. Para reforzar la autovía del oleaje se ha tenido además que construir un nuevo espaldón de 500 metros.  

Se ha tenido que construir también un nuevo espaldón para asegurar la avenida marítima

El paseo peatonal, sin embargo, permanece cerrado hasta que se rematen los trabajos en superficie, dañado por el paso de maquinaria pesada. De momento, se ha instalado una valla provisional de protección de 566 metros de longitud para evitar riesgos hasta que el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria construya el muro del paseo y embellezca la zona.

Urbanismo no ha sacado aún los trabajos a concurso público dado que estaba a la espera de la finalización y recepción de la obra por lo que es muy probable que sea el nuevo gobierno municipal quien la remate.

La obra, que ha tardado diez meses en concluirse, permitirá ampliar el paseo peatonal de tres a siete metros en dicho tramo de la avenida marítima. 

El dique, de 12 metros de ancho y en el que se han colocado 3.560 bloques de hormigón para frenar el embate de las olas, ha sido realizada por la empresa Satocan. Aprovechando dichos trabajos, se ha prolongado el drenaje de la alcantarilla A2 de la ciudad, por donde desagua el agua de lluvia procedente del barranquillo de Osorio en las laderas de Zárate y de la zona urbanizada al oeste de la avenida marítima.

El dique está conformado por 3.560 bloques de hormigón de siete y cuatro toneladas

El consejero de Obras Públicas en funciones Sebastián Franquis, que visitó este viernes la zona junto a los responsables de la obra, indicó que ser utilizó la vía de urgencia porque «estaba en peligro no solo el paseo, sino la carretera, que es de interés regional. En especial el carril más pegado a la costa. Y, por tanto, la obra era muy, muy importante para la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria».

La obra, sin embargo, despertó al inicio cierta polémica ya que no se sabía cuál era la administración pública que debía hacerse cargo de la misma, si el Gobierno de Canarias, el Cabildo insular o el propio Ayuntamiento de la capital. Finalmente, fue Obras Públicas del Gobierno de Canarias el encargarlo de ejecutarla dado que los terrenos fueron cedidos a la comunidad autónoma cuando se hizo la avenida marítima. 

  El consejero de Obras Públicas en funciones indicó que la obra se ha podido llevar a cabo sin afectar al tráfico «que era uno de los objetivos», dado el carácter que tiene la vía de entrada a la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, por lo que la mayoría de los trabajos se realizaron de noche.

Dificultades

El director de la obra José Luis Pérez Betancor explicó que las dificultades técnicas de esta obra civil estuvieron en el acceso a la playa, así como la entrada y salida de camiones a baja velocidad por la avenida marítima.

Para poder realizar la escollera, hubo que realizar primero una pista de tierra, paralela al paseo, pero a un metro de profundidad, para que pasaran los camiones que transportaban los cubos de hormigón y bloques de piedra.

«El espaldón que se ha construido impide que las olas colisionen contra la avenida marítima. Se ha ejecutado para contener el propio paseo marítimo, del que teníamos dudas sobre su estabilidad, y para que las olas colisionen contra él en vez de contra el muro de la avenida», señaló el responsable, que añadió que, según normativa, la obra está diseñada para que dure cien años.

La escollera se ha formado con bloques de hormigón de diferente tamaño en función de en que zona bate más el oleaje, y que está relacionado con la profundidad del mar que hay a lo largo del paseo. En la zona más profunda, pegada a la escultura de Chirino, se han instalado 2.235 bloques de siete toneladas cada uno y, en la de menor profundidad; a continuación hacía San Cristóbal, se han colocado 1.330 bloques de cuatro toneladas. 

Para conformar el dique se han utilizado además 32.000 toneladas de material de piedra y tierra y 15.000 toneladas de material filtro (piedras de mediano y gran tamaño). 

Entre la nueva escollera y el nuevo muro de contención se ha dejado un espacio de 3 metros y medio de ancho, también de piedras, tanto para impedir el oleaje como permitir el paso de maquinaria pesada en caso de futuras reparaciones en el muro.