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La pesca de San Cristóbal, en el ojo del huracán

La persistencia de un alga invasora asiática, las fuertes corrientes, las microalgas en el Sur y el incendio de Frisu lastran el sector pesquero en el barrio marinero

Las algas japonesas 'invaden' el litoral de San Cristóbal

Las algas japonesas 'invaden' el litoral de San Cristóbal LP/DLP

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Las algas japonesas 'invaden' el litoral de San Cristóbal Adzubenam Villullas

El mal olor y su presencia en la orilla las delata. El alga invasora de origen asiático detectada por primera vez hace un año en la rada sur de Las Palmas de Gran Canaria ha anegado los fondos y está dificultando la pesca en San Cristóbal. El sector en la capital se encuentra en estos momentos en el ojo del huracán. A la especie forénea se le han sumado este año las fuertes corrientes imperantes en los últimos meses, la elevada temperatura del mar y el incendio en la nave pesquera de Frisu -que les ha dejado sin fábrica de hielo-. La presencia de microalgas en la costa de Mogán -municipio que estaban utilizando como alternativa- ha puesto la guinda.

«Este es un sector que va al fracaso», señala José Manuel Saavedra Robaina, presidente de la Cofradía de Pescadores de San Cristóbal (Pescatobal). Tras una zafra de la vieja «muy buena» en 2021, las del año pasado y el anterior han ido a la baja, explican desde la entidad. Algo que achacan, entre otros condicionantes, a la Rugulopteryx okamurae, una especie de alga de origen japonés que está amenazando la biodiversidad del Mediterráneo y que fue detectada por primera vez en aguas de la capital y Telde el año pasado por parte de científicos de la ULPGC. Fernando Tuya, del IU-Ecoaqua, señala que por falta de financiación no han podido seguir investigando sobre esta.

Saavedra: «estamos con el poco hielo que producimos, hemos vuelto para atrás con el incendio»

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La elevada temperatura del mar es uno de los factores que podría estar propiciando el crecimiento de esta especie invasora en la bahía con respecto al invierno. «Normalmente en estos meses de verano se trabaja poco, pero la temporada ha ido a peor por las algas», indica Saavedra. «Se enreda en las artes, deja los fondos turbios, los tapa e impide crecer a otros animales como el erizo, que es lo que come la vieja», apunta.

La presencia de este alga es menor al fuerte arribazón que se produjo el año pasado -solo en el mes de julio se recogieron más de 20.000 toneladas-. No obstante, esta especie invasora ha vuelto a tapizar parcialmente la playa de Las Puntillas y la rampa de salida del muelle pesquero de San Cristóbal, además de otros puntos de dicha costa. Desde la consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Soberanía Alimentaria señalan que, entre otras cuestiones de mayor o menor calado, los pescadores les han transmitido este problema. No obstante, sería Transición Ecológica la cartera que tendría que limpiar los fondos, tal y como hicieron en 2022.

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Algas japonesas en San Cristóbal

A esta problemática se les han unido las fuertes corrientes que están azotando la bahía, que este año han llegado con más fuerza, afirma Saavedra. El representante de la Cofradía, que aglutina a unos 24 pesqueros, añade que otra de las viejas reivindicaciones aún por resolver es el dragado del muelle de San Cristóbal, «no tenemos calado suficiente, está totalmente enarenado». Por el momento, están pendientes del nombramiento del nuevo Director General de Pesca del Gobierno canario para trasmitirles estas demandas.

La máquina de hielo

Si las malas condiciones naturales no eran suficientes, el pasado 20 de julio la nave de Frisu IV, en el Muelle Pesquero, sufrió un incendio que dejó inutilizadas las instalaciones. Un siniestro que se ha dejado sentir también en la Cofradía de San Cristóbal. «Nos afectó bastante», resalta Saavedra. El edificio estaba dedicado al almacenaje en cámaras de frío y la fabricación de hielo para la pesca fresca, «ahora estamos con el poco hielo que producimos en la sede», aclara el presidente.

La máquina de hielo fue inaugurada el pasado mes de mayo, por lo que tan solo benefició a los pescadores dos meses. «Hemos dado unos cuantos pasos para atrás», indica el presidente de Pescatobal. La puesta en marcha de esta fábrica estaba facilitando el trabajo de la Cofradía, que descarga anualmente unas 200 toneladas de capturas. De hecho, una veintena de barcos se llegaron a mudar a un pantalán que había facilitado la Autoridad Portuaria.

Un pescador indica que «la temperatura tan elevada del mar hace que los peces vayan al fondo»

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El incendio también afectó a varios de las embarcaciones pesqueras de la Cofradía que estaban en ese momento atracados en dicho pantalán. «Dos barcos se inundaron mientras apagaban el fuego y casi se van al fondo», apunta Saavedra. Ahora, «nos han vuelto a dar permiso para irnos al Muelle Deportivo, al no tener tanto calado en San Cristóbal, y están a la espera de los seguros».

Mientras tanto, la incertidumbre se sigue cebando con este sector. Alejandro es pescador desde hace más de cuatro décadas, aunque ahora quien trabaja las artes son sus hijos. «El mar está por encima de los 24 grados, la temperatura tan elevada del agua hace que por ejemplo el pescado vaya más al fondo, por lo que ya es imposible cogerlos», detalla. ¿Los bonitos? Han desaparecido, precisa. «Todos los pescadores dicen que este año hay más aguaje [corrientes] de lo normal», resalta. 

Microalgas y pez globo

Por otro lado, el alga asiática «ha podrido los fondos y ahuyenta a los animales, se parece pero no tiene nada que ver con nuestra seba». La presencia de este especie invasora ha provocado desde el verano pasado que muchos de los pescadores se mudaran a las costas de Arguineguín, donde ahora se han encontrado en nuevo problema: las microalgas, «vas persiguiendo el pescado y cuando llegas a la mancha ya no lo ves». «Se ha juntado todo», señala Alejandro, «es verdad que en verano la pesca afloja, pero ahora más». Las condiciones ambientales también han hecho proliferar los tamboriles o pez globo, «que son muy agresivos y se comen los anzuelos y las prevensiones».

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Todo esto se traduce en pérdidas. «Un día sin salir a pescar supone de 40 a 45 euros para un pescador», afirma este pescador. Además, asegura que hay otras plagas que les están afectando como la nécora. «Los barcos que vienen de fuera limpian aquí los cascos y lo que traen aquí se queda», señala, «otro problema son los desagües y vertidos y la cantidad de barcos fondeando en la bahía, las anclas caen como si fueran bombas en el fondo, al final se van a cargar la pesca», afirma rotundo.

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