Bruno Knudsen Vizcaino es guía turístico desde 1990 cuando se graduó de Turismo, estudió dos años del máster de Dirección y Administración de Empresas Turísticas en la ULPGC. En 2010 formó su propia empresa, Trip Gran Canaria a través de la cual oferta una gran variedad de rutas y excursiones.
¿Cómo empezó su carrera como guía turístico?
Soy guía turístico desde que terminé Turismo, antiguamente te daban el título de director de hotel y de guía turístico, pero nunca lo usé. Me fui a trabajar a hoteles, fui director, pasé por recepción y por todos los puestos. Sobre el 2010 empecé a darle vueltas a crear una empresa de excursiones, de visitas guiadas sobre todo, y por pura necesidad, lo típico que te ves en el paro en un momento dado y entonces el proyecto que tenías en mente arranca más rápido.
¿Siempre ha trabajado en Las Palmas de Gran Canaria?
Sí, yo empecé en Vegueta porque quería empezar por la ciudad y cubrir los museos, que nadie tenía servicios de guía ahí, además de visitas que ahora están muy de moda como las visitas a pie. Pensé en hacer algo específico en el casco histórico y luego la gente te va pidiendo cosas como ver Teror o el Nublo. Yo no quería porque mi proyecto era cultural y patrimonial, pero me empujaron luego a abrirme también al mundo del vino, y después empecé con excursiones en 2013.
Cada visita lleva un gran trabajo de documentación detrás, ¿cierto?
Hay una gran parte de guías que nos gusta salir a la calle con las espaldas cubiertas y tener claro qué vamos a hacer y nos lo preparamos. Yo estuve un año estudiando a Benito Pérez Galdós para poder sacar el paseo que tenemos de ‘Risas con Galdós’ y con el tema de la brujería ni te cuento. Yo empecé con rutas normales, pero veía que mucha gente empezó a hacer lo mismo y me hacía la competencia. Yo pensé que había que dar un salto otra vez para diferenciarnos y vi que en la península había rutas teatralizadas o rutas dramatizadas y pensé que eso era más difícil, pero ha sido un exitazo. Antes del Covid me venían 60 o 70 personas y la gente en la plaza de las Ranas sin reserva pidiendo si quedaba algún hueco.
"Este año notamos que no ha ido tan bien y ha habido días en los que cancelamos"
¿El Covid-19 cómo le afectó?
Mucho porque al ser autónomo y dentro del sector turístico que se quedó a cero, se cerraron los aeropuertos, así que ya no venían turistas. En abril y mayo Canarias estaba casi a cero de Covid, entonces yo tengo unas radioguías que tú te podías separar y seguías escuchando, así que las empecé a usar en mayo cuando nos dejaron salir a la calle y convoqué un paseo gratuito porque tenía muchas ganas de salir y enseñé algo que no había hecho nunca, el Puerto-Canteras, un sitio precioso. Y me vinieron más de cien personas, la gente estaba loca por salir y eso me dio una buena señal para seguir.
¿Antes no era tan común como ahora hacer rutas a pie?
El Ayuntamiento tuvo una época cuando estuvo Pepa Luzardo que sacó un servicio gratuito de visitas guiadas, pero era un poco cutre, lo gratis a veces no estaba muy bien organizado. Yo sabía de ese servicio porque trabajaba en un hotel en Las Palmas y veía que los turistas me pedían esas rutas y no les dábamos valor a los museos. Había gente en el sur que le decía a los turistas que no fuera a Las Palmas porque los museos no servían.
¿Antes no se valoraba la historia de la ciudad tanto como ahora?
Nosotros empezamos a hacer un paseo con Colón y lo hacíamos dramatizado y lo quitamos porque la gente me escribió por el Facebook y me ponían a parir diciendo que ese era un genocida, y pensé que no había necesidad. La gente tiene la piel muy fina, y últimamente están muy mal, hay un desconocimiento muy grande de la historia y luego no dejan que las puedas contar porque no quieren aprender se quedan con lo básico. Por ejemplo, lo de que Galdós se sacudió los zapatos y nunca quiso a Canarias es una completa mentira, está escrito que volvió cuatro veces.
¿Tiene más clientes locales o extranjeros?
Las rutas teatralizadas las hago en español y las excursiones son a extranjeros. En las teatralizadas el público es mitad mitad, las visitas guiadas eso es de todo extranjeros y viene más gente de fuera porque son sobre la ciudad y la gente de la Isla no viene tanto. Las excursiones al norte a los vinos también es mitad y mitad porque viene mucho español.
¿Cuáles son las épocas más fuertes en su trabajo?
Nosotros tenemos unos meses malos que son de abril a julio porque no arranca hasta el 20. Este año notamos que el turismo no ha ido tan bien y ha habido días en los que cancelamos, ha habido un pequeño retroceso y se ha notado un poco. Luego tenemos picos de trabajo como es Navidad que es brutal, es una pasada y después febrero que trabajamos mucho porque coinciden el Carnaval, festivales, eventos y también por el clima. Nuestro agosto del año pasado fue el mejor después de 12 años que llevamos.
¿Es muy duro trabajar cuando todo el mundo está disfrutando de sus vacaciones?
Eso sí lo llevo en la sangre porque como trabajé en hoteles me machaqué los 25 de diciembre y los primero de enero, los 31. Podía estar de recepcionista de turno y tener que entrar el día uno a las siete de la mañana o el 25 de diciembre por la noche. Es muy duro, hay mucha gente que no quiere estas profesiones porque se trabaja los festivos, pero si supieran lo divertido que hay detrás porque hay días que te lo pasas muy bien.
¿Ha cambiado el turismo?
Las personas cuando vienen y van a gusto sueñan con sus mejores vacaciones y el turismo ha cambiado ahora va de experiencias, entonces la gente quiere que cada minuto tenga su rato especial.
¿Los canarios también son turistas en su propia tierra?
El problema es que los canarios no conocen la historia ni la quieren conocer, ellos creen que lo mejor es lo de fuera entonces te vas a Madrid y te pateas todos los museos, te metes en el Prado sin saber de pintura. En la exposición que se hizo hace poco de una Isla de Arte con todos los canarios representados en el Museo de Colón y en el CAAM yo llevé a grupos y la gente de fuera alucinaba con los pintores de aquí, con los colores, con los paisajes. Es un poco triste que las personas de fuera quieran ver y conocer, saber y le dan valor.