El parque Juan Pablo II de Las Palmas de Gran Canaria se convirtió este jueves en una escuela de formación al aire libre para los más pequeños sobre el trabajo que realiza a diario la Policía Nacional.
Durante la mañana, cerca de 800 escolares de Primaria de 14 colegios de la capital disfrutaron de las exhibiciones de diversas unidades del cuerpo. Entre ellas, las de defensa personal; seguridad, prevención y reacción; guías caninos; servicios aéreos; el grupo operativo especial conocido como Goes y el especializado en explosivos Tedax.
Los escolares, entre los que se encontraban también niños con discapacidad, tuvieron la oportunidad de ver también el armamento y el material con el que trabaja hoy en día la Policía Científica; la Unidad del subsuelo; Intervención Policial y los Tedax. Y, por supuesto, subirse a los vehículos y motos que utilizan los agentes.
Día de la Policía Nacional
La exhibición se desarrolló con motivo de la celebración, el próximo 2 de octubre, del Día de la Policía Nacional.
Cerca de 60 agentes participaron en este acto, cuyo objetivo principal es dar a conocer a los menores la labor de la Policía Nacional y los medios de que dispone para enfrentarse a algunos de los delitos de la sociedad actual. Así lo indicó el inspector Antonio Moreno, coordinador del evento y con más de 42 años de servicio como policía nacional.
El inspector indicó que para entrar en el cuerpo, cuyo origen se remonta a la época de Fernando VII (1824), hace falta tener el título de Bachillerato y superar después una oposición con un contenido específico y unas pruebas físicas. "Tras un año en la academia de la Policía Nacional en Ávila se realiza un año de prácticas en un destino y después se jura el cargo", subrayó el agente, que entró en el cuerpo a los 21 años. "Es la profesión de mi vida, aunque lo descubrí una vez dentro del cuerpo", dijo el inspector Antonio Moreno, que desde hace 16 años trabaja como delegado provincial de Participación Ciudadana dando charlas en los colegios sobre el acoso escolar y los peligros de las redes sociales. "Nuestra labor en los colegios es preventiva", indicó el agente, que subrayó que los delincuentes como la sociedad evolucionan y ahora se mueven más a "nivel tecnológico". "Lo mismo ha ocurrido con la policía y el material de trabajo", declaró.
La aparición de un helicóptero en el aire provocó el delirio de los escolares, que comenzaron a jalear al vehículo con fuerza tras haberse comido el correspondiente bocadillo de media mañana.
Los primeros en intervenir fueron los agentes de la unidad de defensa personal, que enseñaron algunas de las técnicas que utilizan para neutralizar a los delincuentes, basadas principalmente en las artes marciales. "Algunos de los agentes participantes son campeones nacionales e internacionales en distintas categorías", explicó el agente que actuaba de presentador. La actuación continúo con los Tedax, donde un robot inspeccionó una mochila que contenía explosivos y la detonó, y los guías caninos.
Harley, Harry y Otto, guías caninos
Los perros Harley, Harry y Otto despertaron el cariño y la admiración de los menores que, al grito de "¡Que salgan los perros, que salgan los perros¡" habían solicitado su presencia desde el minuto uno de las jornadas abiertas. Los canes detectaron explosivos y localizaron droga entre un grupo de niños y de adultos escogidos al azar para la ocasión. Otto, un coker spaniel que está siendo educado como guía canino, descubrió a los pequeños las piruetas y órdenes que está aprendiendo dentro del cuerpo de la Policía Nacional.
Tras finalizar la exhibición, los escolares tuvieron un tentempié y recorrieron los stands de cada unidad policial, donde había diverso material de trabajo expuesto, armamento incautado y vehículos; entre ellos un helicóptero. En el acto estuvieron presentes el delegado del Gobierno en Canarias, Anselmo Pestana, y el jefe de la Policía en Canarias, Jesús María Gómez Martín
Un escolar del colegio Santa Bárbara preguntó al agente de la Unidad del subsuelo y Protección Ambiental cuál había sido la misión más difícil en la que habían intervenido mientras visitaba el stand de dicho departamento. El policía le explicó que dependía de cada misión y le puso como ejemplo que para buscar al niño grancanario Yeremi Vargas, desaparecido en 2007, tuvieron que bajar a un pozo de más de 100 metros de profundidad con el peligro de que el techo se cayera dado que estaba enfangado de agua. "Para poder entrar tuvimos que vaciar el pozo durante seis horas utilizando motobombas que pesan más de 80 kilos", contó.
El agente les explicó que todo el material que utilizan en el subsuelo, desde los trajes, los zapatos, las cuerdas y hasta las linternas están preparados con materiales especiales para evitar que cojan energía electroestática, provoquen cualquier chispa o se degraden fácilmente con la humedad o líquidos corrosivos. "Trabajamos en las alcantarillas y suele haber metano originado por la basura orgánica en descomposición. Aparte de que este gas expulsa el aire para afuera y me puedo desmayar por lo que debo de ir preparado con aparatos de detección, mascarilla o bombona de oxígeno, cualquier chispa puede provocar una explosión por lo que todo el material que utilizamos es especial. Debe reemplazarse cada cierto tiempo", señaló.
El trabajo en el subsuelo
Los pequeños del colegio Santa Bárbara también se interesaron por las prácticas de rápel y espeleología que realiza la unidad. "Tenemos que entrenarnos porque cuando bajamos a algún sitio para buscar cadáveres o personas vivas tenemos a veces que llevar perros y, como las personas, ellos también tienen miedo a las alturas; por eso se les entrena". También se interesaron por los agarradores magnéticos, con los que la policía levanta chapas de alcantarilla que pueden pesar entre los 10 y los 40 kilos antes de instalar el trípode y ponerse el traje para descender al subsuelo a 80 kilómetros por hora sin que se rompa la cuerda que les sostiene.
"Cuanto más mayores son los escolares más interés ponen. Es una unidad que mucha gente no sabe que existe. No solo inspeccionamos el subsuelo, sino que también trabajamos con la unidad de homicidios y de rescate. Una persona perdida con alzehimer puede empezar a caminar en el barranco de Guiniguada y llegar hasta al mar porque debajo de Triana y Vegueta hay muchos pasadizos en los que cabe hasta una furgoneta", subrayó el policía sobre el tipo de trabajo que realiza la unidad.
"Siempre que vienen autoridades o hay un evento donde se concentra público como, por ejemplo, el día de hoy, se inspecciona el subsuelo para evitar que pueda haber algún explosivo y caigan los que están encima. Carnavales, partidos de fútbol, visitas de altos cargos; incluso inspeccionamos los hoteles donde se van a quedar para que no puedan ser saboteados y se queden sin suministros esenciales como el agua, la luz, el gas e internet. En las elecciones, hay que comprobar que todos los lugares donde se centralizan los datos estén inspeccionados. Tanto por dentro como por fuera como por debajo para que nadie pueda pinchar los datos", relató el agente, que añadió que el cometido de estas jornadas abiertas es que los escolares conozcan el trabajo de los policías en todos sus ámbitos. "Como agentes tienes una misión que es buscar al delincuente, capturarlo y llevarlo al juez. Da igual que lo busques por el aire, el mar o tierra; que es donde todo el mundo lo ve, sino también bajo tierra", concretó.