Honores y Distinciones Las Palmas de Gran Canaria | Tomás Luis Martín Rodríguez Magistrado especializado en Violencia contra la Infancia y Adolescencia
Tomás Martín Rodríguez. Magistrado. Hijo Predilecto: «El lugar de juegos durante mi infancia en esta ciudad siempre fue la calle Viriato»
Tiene en su vida muy arraigados los valores que aprendió en el colegio Claret. Su labor como juez especializado en violencia contra la infancia y la adolescencia ha colocado el nombre de la ciudad donde nació en la cima de la justicia a nivel internacional. Será nombrado Hijo Predilecto de Las Palmas de Gran Canaria.

Tomas Luis Martín, magistrado especializado en Violencia contra la Infancia y Adolescencia / José Carlos Guerra

¿Cómo recibió la noticia de que lo iban a nombrar Hijo Predilecto de la ciudad?
Bueno, fue un poco particular. Veníamos de una mañana bastante dura en el Juzgado. Además, yo participo en el entrenamiento de un equipo de baloncesto en el Claret, donde también hacemos deporte inclusivo, y recibo una llamada de la alcaldesa. Creo que cuando recibí esa llamada ella debió dudar de haber acertado con el nombramiento porque me quedé prácticamente sin poder responder unos 15 segundos. No pude articular palabras. La verdad, la frase suena hecha, pero me embargó la emoción. Me sonó tan irreal. Ella fue muy amable y me explicó las razones y la valoración. Cuando te dicen esas cosas te sientes orgulloso, contento y feliz. Feliz de que se te reconozca, pero nunca piensas que estás haciendo tu trabajo y tienes un enfoque hacia una designación tan relevante. Entonces, pues es ese choque de lo inesperado y al mismo tiempo el valorar que te van a nombrar Hijo Predilecto de tu ciudad.
Usted ya ha recibido otros reconocimientos por su labor.
En mi trabajo siempre he tenido presente que estábamos colocando a Las Palmas de Gran Canaria en una posición en el abordaje de la violencia contra la infancia y la adolescencia en un primer plano a nivel mundial, pero no estás pensando en un reconocimiento así. Lo que más puedes pensar es en lo que hemos recibido ya, un premio a la calidad de la Justicia, una visita de una ministra, palabras amables de profesionales que visitan el juzgado de Violencia contra la Infancia y la Adolescencia y reconocen la labor que se hace, pero jamás pude llegar a enlazar esta posibilidad. La vivo interiormente como un orgullo personal y sobre todo hacia mi familia, pero también siento que una gran parte de lo que implica este reconocimiento pertenece en trocitos a un montón de personas de distintos sectores, no solo de la administración de Justicia.
¿Dónde pasó usted su infancia en la capital?
Yo soy de la calle Viriato. Ese era mi lugar en la capital y esa calle era todo para nosotros. Su cuesta abajo era la vía de salida de bicicletas, monopatines, de los primeros Sancheskis. Era entrar en los solares y hacer allí nuestros castillos. Después, cuando cumplimos 10 o 11 años ya nos expandimos hacia Las Canteras. La Peña del Inglés, Playa Chica y el Charcón eran nuestros lugares. Llegábamos desde por la mañana, metíamos la comida debajo de las barcas y allí pasábamos todo el día. No había nada peor en esa etapa que estar malo y no poder ir a pasar el día en la playa. También fui al colegio Claret. Soy claretiano en todos los sentidos y como tal me llevé la herramienta de saber que el día es muy largo y que durante ese tiempo tienes que hacer muchas cosas distintas. Ese principio inspirador de humanismo de la comunidad claretiana, el concepto de comunidad y de solidaridad, de ayuda de los unos a los otros, es algo que tengo muy arraigado y que intento mantener siempre presente.
¿Qué deseo quiere para esta ciudad que ahora lo reconoce como Hijo Predilecto?
Desde la perspectiva que yo le veo tiene que seguir teniendo la vocación de crecimiento, que se pone de manifiesto cuando valoras puntualmente cuestiones que están en la estructura de la ciudad. O sea, cuando valoras el nivel empresarial, el de los servicios, el nivel de desarrollo de las cuestiones que se vienen haciendo, Las Palmas de Gran Canaria es una ciudad importante y tiene que consolidarse como una ciudad relevante. En el aspecto que a mí me toca, consolidarla como pionera en Justicia, que va a redundar en beneficio de la población de esta ciudad.
Los retos de la ciudad son muchos.
Evidentemente, tenemos problemas, pero no podemos dejar de caminar. Y desde luego, saber que cuando salimos fuera, en el plano que me toca, tanto en Iberoamérica como en Europa, nos miran con sorpresa, y ese es el don que tenemos aquí. A veces no nos damos cuenta de que aquí se hacen grandes cosas, entonces, a lo mejor, tenemos que tener mayor capacidad de proyección de todo lo que se hace aquí, y sí que tenemos que tener siempre una perspectiva global y estratégica de futuro. La ciudad va a crecer y tiene que crecer. Urbanísticamente, hay que plantearse cómo va a ser ese crecimiento. El nivel de población va a seguir aumentando y hay que reanalizar en qué sentido. Tenemos una fuente de riqueza enorme, como son los desplazamientos de personas de países extranjeros, que tenemos que convertirlos en personas integradas en la sociedad para que formen parte de la comunidad. De una sociedad solidaria dispuesta a tender la mano al vecino, a contribuir en todo lo que pueda para el desarrollo de aquellos que a lo mejor, pues están en una situación peor o de exclusión social o económica, a la que hay que ir haciendo frente. Así que Las Palmas de Gran Canaria tiene todo lo necesario para ser un lugar del que se presuma ser. Yo presumo de ser de Las Palmas de Gran Canaria.
¿A qué le gustaría dedicarle ese título?
Este título va dedicado a mi madre, a mis dos hermanas, a mi mujer y a mis hijos e hijas. Esas son las personas que sujetan todo. Y cuando digo todo es todo. Mis hermanas siempre me han transmitido reconocimiento y orgullo, pero fui yo el que se fue a estudiar fuera a costa de su sacrificio, y siguen ahí, siempre transmitiendo ese orgullo. Y mi mujer siempre está ahí. Yo por mi forma de ser soy una persona bastante seria, seria en el sentido de soso. Nunca seré el centro de una fiesta, ni el más divertido, ni tengo una gran capacidad de sociabilización. Y mi mujer es al contrario. Entonces, pues que ella me sepa llevar en ese sentido, que comprenda en ocasiones mi silencio, que diga siempre la palabra adecuada y que a lo largo de todos estos años haya estado siempre ahí y demás, pues, evidentemente que son personas que marcan tu vida y nos podríamos plantear en vidas paralelas, pero en mi vida actual esos pilares son esenciales.
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