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La Virgen del Carmen de La Isleta se salva de la lluvia en la procesión marítima

Aunque el chubasquero estaba preparado ante las nubes que acompañaron la procesión marítima del Carmen, finalmente el tiempo acompañó a su salida

Procesión marinera de Ntra Sra del Carmen de La Isleta

Juan Castro

Las Palmas de Gran Canaria

El día amaneció nublado, y cerca de las 18:00 horas una ligera llovizna mojó La Isleta. Por suerte, diez minutos después, a la hora a la que salió la Virgen del Carmen, las nubes no desaparecieron, pero la lluvia cesó, y la procesión marítima se pudo desarrollar sin impedimentos. A pesar de ello, los costaleros llevaban un chubasquero por si el tiempo finalmente no acompañaba como fue el caso de la procesión de la Aurora. 

Abel Aguilar y Miguel Placeres son costaleros desde hace años y confirman que la meteorología este año es una excepción. «Es anormal, esto no ha pasado nunca, en la marítima siempre hace sol y calor», apuntó Placeres. Este costalero con 40 años de esfuerzo sobre los hombros recuerda que justo en una procesión marítima decidió que quería unirse a los costaleros. «La llevé dos años a ruedas y después pasamos a cargarla con el hombro. Son experiencias muy diferentes porque del segundo modo es mucho más emocionante», aseguró. Y es que Placeres destaca que ellos van para «disfrutar sufriendo», ya que no pueden sentir una cosa sin la otra. Por su parte, Aguilar lleva siete años como cargador y cada año «es como el primero». «Me uní porque era una ilusión que he tenido siempre porque he seguido la imagen muchos años con mi padre y siento una gran devoción a la Virgen», explicó. 

Referente paterno

A Mariló Medina también le influyó su padre en la devoción hacia la figura. «Venía desde que era una niña con mi padre a las procesiones», recordó. Es un acto que siempre ha sido importante, pero ha cobrado más relevancia desde que hace 17 años falleció su progenitor y referente. Es un momento tan emocionante para Medina que no puede contener las lágrimas al seguir a la Virgen por la calle Benartemi, donde empezó el recorrido. La tradición familiar también la ha transmitido a sus hijos, en concreto, la acompañaba Naya del Carmen Martín. La joven de 15 años, canta a la Virgen desde que tiene 11. «En la casa de mi abuelo pasa la procesión de la Aurora, así que cuando llega le cantó alguna canción para sentirme más conectada a ella», afirmó. La joven, que le cogió «cariño» a la talla por su abuelo, suele cantar canciones centradas en su figura de madre. «Cantó esas canciones y es pensar en mi madre, claro, pero también en ella», detalló.

Precisamente el eslogan escogido esta edición es una frase de San Agustín que enfatiza el papel maternal de la Virgen: «Tan grande es una madre que hasta Dios quiso tener una». El párroco del Carmen, Agustín Sánchez, aseguró que en esta ocasión notó «algo especial». El cura se percató de que más fieles se sumaron a la convocatoria, por lo que la emoción del ambiente era «tremenda».

Las Hijas de la Caridad y la Armada española fueron nombrados madrinas y padrinos

Pelos de punta

En la misa celebrada se otorgaron las orlas a la Armada española y las hijas de la Caridad de San Vicente Paúl, que los convierte en padrinos y madrinas en la coronación canónica del próximo año. Por ello, un grupo grande de las hijas de la Caridad asistió a la procesión. Una de ellas fue Ángeles Suárez, que recordó que fue esta sociedad la que introdujo a la Virgen en el barrio portuario. «La trajeron cuando aquí cuando no había nada, ellas vinieron y le daban clase a los niños porque antes no había tantos colegios», apuntó. Suárez afirmó que es la Virgen la que acompaña a los creyentes a lo largo de la vida, pero también en un momento tan crucial como es la muerte. «Virgen hay solo una, pero se ha presentado en formas diferentes en dependencia del sitio, en este caso para los marineros que se han encontrado en apuros, pero es una Virgen para todos, por ejemplo, ahora es muy importante con los migrantes que surcan los mares», afirmó. «Es internacional», añadió una de sus compañeras mientras continuaban por Juan Rejón. 

Paco García es un marinero jubilado, que no se desprendió nunca de la imagen mientras faenaba. «Cada año esta procesión se supera tanto en público, jóvenes como fieles que vienen de todas partes de la Isla», resaltó este isletero, que desde los tres años seguía los pasos de la Virgen. «Los pelos se me ponen de punta solo al verla salir y cantarle ‘¡Viva la Virgen del Carmen!», expresó. Los devotos se dejaron la garganta gritando a la Virgen: «¡Bonita, bonita, bonita! ¡Olé, olé y olé!». 

Trabajo y salud

Jonay García le pide a la Virgen, como todos los años, salud y trabajo, aunque en esta ocasión el trabajo le apareció gracias a la Virgen. García ha sido el diseñador del cartel de las fiestas de este año, por lo que en esta edición observa a la figura de una forma más diferente y especial. «No tengo palabras para explicar todas las emociones que siento y no solo hoy sino todos los días, porque además tardé 70 horas en hacer el cartel y pasé todas esas horas con ella», reflejó. A pesar de ser de La Aldea de San Nicolás siempre ha tenido un gran apego por la figura, y por ello, no se pierde ninguna de las tres procesiones que tienen lugar a lo largo del mes de festejos.

«Este año lo vivo con más emoción porque sé el arraigo que hay y lo que significa, además de que el cartel ha sido muy bien acogido», insistió. Para la preparación del rótulo mantuvo una reunión con la comisión de fiestas para perfilar todos los detalles que lo enriquecían como los fuegos artificiales, los devotos -que siempre la acompañan- o los doce querubines con su propio significado. Con toda esa información, García ha visto la procesión y a la Virgen de una forma más amplia y más sentimental.

Procesión marítima de la Virgen del Carmen de La Isleta

Gretel Morales Lavandero

Ambiente familiar

La tradición de asistir a la procesión marítima pasa de generación en generación, al menos en las familias isleteras. Nayara Nuez, Lia Medina y Amy Delgado son primas que han asistido desde niñas juntas en familia. Ahora son adolescentes y continúan con la tradición ellas solas. «Mi padre era costalero, así que es algo que nos han inculcado desde siempre», contó Medina. Por su parte, la abuela de Nuez tiene la tradición de preparar torrejas, antes lo hacía para la familia, pero desde hace tres años abre las puertas de su casa y ofrece el postre a todo aquel que quiera. Para ellas, además del gran sentimiento que experimentan durante la procesión es una forma de juntarse y pasar un buen rato.

Mari Carmen es isletera y cuando era joven asistía con su madre y su abuela. Ahora, ella es la abuela y le acompañan sus hijos y nietos. Pero es una tradición que no solo pasa entre familiares, sino también entre amigos. Yessica Pérez ha introducido a su amiga Melani Santana en el fervor por la Virgen del Carmen. «Me parece algo bonito y que todo el mundo debería presenciar al menos una vez en la vida porque sino se pierden las tradiciones», explicó Pérez. Esta joven no ha fallado a una procesión desde que es pequeña con sus abuelas y bisabuelas, y cada año tiene un «sentimiento distinto», pero siempre es una experiencia emocionante. «Es algo que me gustaría ver siempre y que no se pierda, el hecho de ver a los costaleros cargando a la Virgen», comentó. 

Los costaleros cargaron a la virgen hasta el puerto, donde la embarcaron en el buque P-41 Meteoro y la amarraron bien a los anclajes. Las autoridades acompañaron a la talla en un recorrido por la bahía capitalina para finalizar con la procesión marítima del Carmen.

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