Anulado el contrato de la estación de la MetroGuagua en Santa Catalina
Guaguas Municipales adopta la decisión de cancelar el acuerdo con la empresa adjudicataria por la imposibilidad de asumir los sobrecostes del proyecto

Las obras de la Metroguagua sufren un nuevo revés. Guaguas Municipales acordó ayer cancelar el contrato para ejecutar el tramo 7 correspondiente a las obras del parque Santa Catalina que implican la realización de un falso túnel o paso inferior.
«Tras el análisis del proyecto se concluye que, para su correcta y completa ejecución y posterior puesta en marcha, el presupuesto se incrementaría por encima del 50% del precio de adjudicación del contrato», explican desde la empresa pública. La hasta ahora adjudicataria del proyecto, la UTE Acciona-Lopesan, cifró el sobrecoste de 16.550.257,72 euros a 24.824.712,5 euros debido a los imprevistos encontrados durante la ejecución de las obras.
La decisión se toma «ante la imposibilidad de ejecutar la prestación en los términos inicialmente pactados y no ser posible llevar a cabo una modificación del contrato», señaló Guaguas Municipales. «No concurren las circunstancias establecidas en el artículo 111 de la Ley de Contratos del Sector Público», añadieron.
Esta ley prohíbe modificaciones de contrato que superen el 50% del presupuesto inicial. Guaguas Municipales señaló que los cambios en el proyecto se deben a tres aspectos. El primero tiene que ver con las características del propio terreno, «por haberse detectado circunstancias que justifican la necesidad de introducir modificaciones en la tipología estructural de las pantallas de contención del falso túnel». La segunda razón se debe a «la necesidad de rebajar el nivel freático de la obra y excavación del paso inferior». Por último, «por la necesidad de actualizar los servicios afectados por la obra», en referencia a los imprevistos surgidos durante las excavaciones.
Las obras del paso inferior de Santa Catalina llevan paralizadas desde final del año pasado
Para la empresa pública estos imprevistos implican «actuaciones nuevas, revisión de las mediciones y ajuste de servicios no existentes en la planimetría suministrada», además de «definir algunas unidades de obra nuevas no incluidas en el proyecto», subrayaron.
Un historial de inconvenientes
La parada y el túnel bajo el parque Santa Catalina fueron adjudicados en febrero de 2022. Desde entonces, los trabajos se han encontrado con varios inconvenientes. Desde conducciones de electricidad, saneamiento y telecomunicaciones que no estaban previstas a la inestabilidad del propio terreno.
Las obras del subterráneo llevan paradas desde finales del año pasado. La dirección de obra se encontró entonces con un terreno más arenoso e inestable de lo previsto, por lo que el proyecto se replanteó con otras técnicas de construcción que garantizaran mejor la resistencia de la futura infraestructura.
Además, tras las primeras pruebas de vibraciones para conocer el impacto que tendrían las excavaciones en los bajos de los edificios Elder y Miller, Casa Fataga, hotel Lumm y el inmueble situado en la esquina de Luis Morote con Eduardo Benot, se optó por descartar la idea de delimitar el túnel con muros pantallas y, en su lugar, se plantearon pilotes secantes hincados, un sistema que permitiría dar más estabilidad a las construcciones colindantes, algunas con más de un siglo de antigüedad y protegidas.
La Ley de contratación pública prohíbe cambios que superen el 50% del presupuesto inicial
Las obras de la Metroguagua a su paso por Santa Catalina se encontraron con otro imprevisto, el cableado de Red Eléctrica que alimenta de energía al Puerto. El cable de media tensión cruza el parque desde El Refugio a la Avenida Marítima y el Puerto y este punto coincide con la rampa norte de entrada y salida del falso túnel a construir, por lo que se replanteó un nuevo trazado que tendría que autorizar el Ministerio de Industria.
Este escollo implicó de nuevo otro retraso en la ejecución. Las rampas de acceso ya se habían empezado a construir. La rampa sur, del lado del Parque Blanco, era la más avanzada e implicó en su momento el traslado de árboles de la zona. La rampa norte, a la altura de El Refugio, se paralizó tras el hallazgo de dicho cableado de Red Eléctrica.
Por el contrario, lo que sí se ha podido modificar y renovar han sido las conducciones subterráneas de aguas, dependientes de Emalsa. Muchas de estas no estaban cartografiadas -se trata de una zona que tuvo diferentes usos portuarios en el pasado- o estaban desplazadas varios metros con respecto a lo que se hallaba reflejado en los mapas.
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