Patrimonio
Más de un lustro para recuperar el mural de Pepe Dámaso en el Mercado Central
El grafiti Pepe Dámaso en la entrada del Mercado Central lleva seis años a la espera de ser recuperado
El impulsor de la reconstrucción culpa a la burocracia pública del retraso

Pepe Dámaso junto a los bocetos de los murales del Mercado Central. / José Carlos Guerra
Los murales de Pepe Dámaso en el Mercado Central eran la puerta de bienvenida del modernismo en la capital grancanaria. El mercado, diseñado por el arquitecto Joan Margarit i Serradell, de inspiración brasileña es un edificio que ha dejado impronta en la ciudad. Unos años después ese mural desapareció sin que nadie supiera explicar cómo. En 2018 el galerista Manolo Ojeda decidió comenzar un proyecto para recuperarlo, pero seis años después lamenta su iniciativa tras años de mareos burocráticos. El Ayuntamiento y el Cabildo se han reunido finalmente para desbloquear un trámite que llevaba meses estancado, el siguiente paso es preparar el trámite para su licitación.
Dámaso no se define como una «persona rencorosa», por lo que prefiere dejar atrás la pérdida de los murales originales. Sin embargo, valor que la espera para su reconstrucción ha sido demasiado larga. «He tenido miedo de morirme antes de verlo terminado», apunta. Pero una llamada de teléfono consiguió recuperarle la esperanza. Era su abogado que le informaba de que el proyecto había salvado uno de los tantos escollos que ha sufrido.
"Un mal cliente"
Ojeda considera que los retrasos vienen dados porque tanto él como la artista que elaborará los mosaicos no están dispuestos a empezar a trabajar sin un anticipo. «El Ayuntamiento ha demostrado que es un muy mal cliente», afirma Ojeda sobre los retrasos en los pagos del Consistorio. No en vano el Ayuntamiento pagó el pasado abril 57 millones de euros en facturas atrasadas, algunas desde 2017. Por ello, el galerista no quiere formar parte de esa larga cola de empresas que esperan el día del cobro, sobre todo, asegura, cuando en el sector artístico en Canarias es tan incierto.
«El Ayuntamiento no aceptaba las condiciones que nosotros poníamos, que era dar una señal de entrada, por lo menos, sobre todo para las obras físicas, no para los derechos ni míos ni de Pepe [Dámaso], sino para las obras físicas, para el albañil, por ejemplo, y entonces nod dijeron que no aceptaban eso y que estaban buscando nuevas vías», aclara. El galerista expresa que tras estas consideraciones el Consistorio afirmó que debían aportar más documentación para «intentarlo por otra vía». Pero este solo ha sido el último impedimento. Los retrasos han sido constantes y sucesivos. Al principio, Ojeda asume que tiene parte de la culpa al cambiar de sociedad y repetir el proceso con nuevo papeleo. Sin embargo, asegura que después ha sido todo cuestión de la administración que constantemente ha solicitado nuevo papeleo a las diferentes partes y ha dilatado el proceso.
Cronología del proyecto
El Ayuntamiento capitalino solicitó una subvención al Cabildo para costear el presupuesto del mural, que asciende a los 64.200 euros. Cuando la financiación es aprobada el área de Desarrollo Local encomendó la tarea de la tramitación a Turismo LPA, al no contar con personal suficiente para llevar a cabo la gestión. El siguiente traspié viene con la solicitud desde la oficina de Intervención de una serie de requisitos para la tramitación del expediente, aunque el Ayuntamiento no ha querido detallar cuáles son esos requisitos. En ese proceso de espera se decide cambiar también los materiales y el proveedor del proyecto para abaratar los costes.

Foto antigua del Mercado Central con los murales. / reproducción de josé carlos guerra
Ojeda explica que decidió mantener el presupuesto, inalterable desde 2018, a pesar de la inflación para no retrasar aún más el proyecto. «Antes iba a venir de Italia, entonces era costosísimo, y además no aceptaban ni plazos ni nada, entonces una artista que trabajaba conmigo se especializó en cerámica que se pinta a través de un proceso muy innovador», afirma. Después de seis años intentando que el proyecto salga adelante, Ojeda expresa que actualmente su única motivación para seguir luchando por esta iniciativa es la «deuda» que tiene con Pepe Dámaso.
El mural fue uno de los primeros grafitis de Canarias, y tiene ciertos toques indigenistas, herencia de la Escuela Luján Pérez. Fue realizado en 1958 tras la finalización del Mercado Central, diseñado por el arquitecto catalán Joan Margarit i Serradell, que diseñó precisamente dos espacios en la entrada para acoger estos murales. «Nunca me olvidaré cuando estaba pintando y los niños y la gente que salía de las guaguas me preguntaba qué significa el dibujo», recuerda Pepe Dámaso.
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