Urbanismo | Juan Torres Decano del Colegio de Arquitectos de Gran Canaria
Juan Torres: «El Guiniguada no es Mesa y López, las soluciones son distintas»
El décano del Colegio de Arquitectos señala que «las ciudades tienen huellas [urbanas] que se pueden revertir» en referencia a la autovía que cubre el barranco Guiniguada

Juan Torres, decano del Colegio de Arquitectos. / Andrés Cruz
Juan Torres, decano del Colegio de Arquitectos de Gran Canaria, es uno de los firmantes del manifiesto ‘Descubrir el Guiniguada’, en el que participan colectivos y profesionales de todo tipo, y en el que reclaman un concurso de ideas abierto para el barranco que divide Vegueta y Triana, en Las Palmas de Gran Canaria, con la posibilidad de renaturalizar el cauce. En esta entrevista, reflexiona sobre esta idea y sobre cómo está siendo el proceso.
Usted y otros arquitectos han firmado el manifiesto ‘Descubrir el Guiniguada’. ¿Qué les ha llevado a pronunciarse?
A raíz del concurso del Guiniguada se han creado una serie de grupos, de plataformas, que no entienden por qué se ha excluido que una de las opciones fuera intervenir abriendo el cauce del barranco. ¿Por qué se eliminia esa opción? Habría que debatirla, más en un lugar tan emblemático como es el centro fundacional de nuestra ciudad.
¿Por qué es importante dar esa posibilidad?
Este manifiesto lo firman muchos colectivos y profesionales. El año pasado hablábamos en la semana de la arquitectura de la huella. A veces hay huellas en la historia que respondieron a una problemática que había y que en el transcurrir del tiempo se ha superado. Entonces, se pueden revertir actuaciones, como en su día pasó con el escaléctric. Y hombre, utilizar una serie de palabras; hablar de renaturalizar, de sostenibilidad y luego a la hora de la verdad lo que se hace es colocar una plataforma... El Guiniguada no es Mesa y López, las soluciones son distintas. Al final parece que se ha entendido la intervención en el barranco como si adoquinases una calle más. Creemos que esa no es la solución más adecuada. Repito, en el debate de las ideas pueden haber discrepancias. Al final lo que buscamos es una ciudad mejor, entonces, no se puede utilizar una terminología que parece que va en un sentido, para luego lo que se plantea como concurso está justo en las antípodas.
En el manifiesto señalan que es uno de los mayores errores urbanísticos que ha tenido esta ciudad. ¿Considera que es así?
No quiero entrar en calificativos gruesos como error o no error. Fue una solución que se dio en un periodo determinado. Hoy tenemos otras alternativas y es un espacio que se puede recuperar, no renunciamos a eso. Parece que se ha entendido que es una superficie que está en posesión del coche y que hay que peatonalizar. Por eso nos parece que es una oportunidad perdida. Las ciudades a veces tienen que desandar caminos que andaron en el pasado.
Se habla de renaturalización, ¿Lo que plantea el concurso no casa con esta palabra?
Se utiliza esa palabra muchas veces, pero al final lo que se está planteando es reutilizar el espacio. Es decir, quito los coches, peatonalizo, pongo unas esculturas. Eso no es renaturalizar, eso es otra cosa. Entonces, no se adapta a la realidad el discurso que se mantiene. Hacer una rambla, es una idea, pero ¿por qué hay que decir que esa es la única opción?

Juan Torres, decano del Colegio de Arquitectos, durante la entrevista. / Andrés Cruz
Hace dos décadas se apostó por algo mucho más ambicioso en el Guiniguada.
Bueno, aquel planteamiento se hizo en su momento. Tampoco creo que sea el tema hacer comparativas. El debate urbano tiene que estar vivo, y no se puede plantear la transformación urbana de la ciudad desde una especie de imposición de un Ayuntamiento. Eso ya, en épocas pasadas, ha dado malos resultados. Parece que se apuesta por una cosa, pero en el fondo, en las bases del concurso, al final, se persigue otra.
Prácticamente no hay estudios de la Isla dentro de las propuestas que se han presentado al proyecto, ¿es una señal?
Se pueden hacer muchas lecturas. El concurso en sí se adapta a la Ley de contratos. Esta ley anima la participación en igualdad de condiciones, pero evidentemente cuando te da distintas opciones, hay algunas que son más suaves, que permiten ampliar la participación, o son más restrictivas. En este caso, al respecto de la solvencia técnica, se hablaba de una cantidad que se aproximaba al millón de euros. El Colegio acaba de hacer la base de un concurso internacional, y en el apartado de solvencia económica, hemos estipulado que aporten un documento para que quien resulte ganador, asuma contratar un seguro de responsabilidad civil por el importe de la obra. Eso es un criterio que anima a la participación. Y hay otros criterios que parece que lo que animan es a la exclusión.
¿Si hubiera existido la posibilidad de abrir el barranco se hubieran presentado más?
De futuribles no me gusta hablar. Cuando haces una convocatoria hay muchos factores que inciden. Si hay una voluntad para tener una participación alta creo que hay que ser más flexibles. Habría sido bueno tener muchísimas propuestas, unas atrevidas, otras más conservadoras; al final lo que se deriva de un concurso así es hacer una reflexión sobre en qué punto estamos, de dónde venimos y a dónde queremos ir como ciudad y como sociedad.
El anterior alcalde, Augusto Hidalgo, planteó una opción todavía más blanda, este concurso va algo más allá. ¿No podría ser esto un paso previo a algo más ambicioso?
No se puede posponer la evoluc ión natural de una ciudad. No podemos condicionarla por tiempos políticos, tampoco construirla a golpe de impulso. Las cosas hay que hacerlas con cierta reflexión, porque si no, lo más habitual es cometer errores.

Propuesta para el Guiniguada en tiempos de Augusto Hidalgo como alcalde. / LP/DLP
¿Los proyectos están muy supeditados a los ciclos políticos de cuatro años?
Puede ser. En una ciudad como esta habría que hacer un gran pacto por el desarrollo, independientemente de opciones políticas; y asumir que si una operación dura dos o tres legislaturas, ¿qué más da quien la empieza o quien la acaba? Todos somos copartícipes del resultado. No hay una idea clara de ciudad. Si le preguntas al ciudadano, no sabemos qué queremos. Entonces, tenemos que buscar una sociedad que no tenga miedo de debatir y desprejuiciarnos de tiempos políticos. Lo importante es hacer cosas, pero no a golpe de improvisación.
En este caso, ¿ha habido improvisación o ha faltado tiempo de debate?
Hablo en general. Lo que puedo decir, es que a nosotros como Colegio de Arquitectos no se nos ha consultado; así como hay otra gran intervención en la ciudad, el concurso internacional para el Estadio, y el Cabildo nos encargó la redacción de las bases, las hemos hecho conjuntamente con ellos, se han seguido una serie de procesos que en este caso no se han hecho. Y echamos en falta eso, a lo mejor eso es lo que produce esa sensación de sentirte apartado del debate y sobre todo porque tropezamos con la misma piedra. Esto son experiencias que las hemos tenido no hace tanto. Me estoy refiriendo a operaciones urbanas como la Gran Marina.
Suscríbete para seguir leyendo
- Un compañero de la princesa Leonor: 'Estamos todos muy unidos
- La Policía acude a un local de Las Palmas de Gran Canaria que estaba abierto a altas horas de la noche
- Adiós a un Mercadona de Las Palmas de Gran Canaria
- Un barco partido en dos y 587 contenedores: la increíble operación que cambió el Puerto de Las Palmas para siempre
- Pancartas y banderas para dar la bienvenida al mandatario chino
- Ni uno, ni dos: una niña de Gran Canaria consigue tres funkos dorados de Harry Potter que valen miles de euros
- Adiós a uno de los supermercados más céntricos de Las Palmas de Gran Canaria
- Jaleo en Las Alcaravaneras: 'Ha tenido que venir un Borbón para que arreglen la playa


