La planta de gas del Puerto de Las Palmas «someterá a la ciudad a riesgos permanentes»: estas son las alegaciones de los ecologistas

Ben Magec presenta alegaciones por el impacto ambiental y de seguridad del proyecto

Recreación infográfica de la planta de gas de Totisa entre los muelles interiores de La Esfinge y el Reina Sofía

Recreación infográfica de la planta de gas de Totisa entre los muelles interiores de La Esfinge y el Reina Sofía / LP / DLP

Las Palmas de Gran Canaria

La federación de colectivos Ben Magec Ecologistas en Acción afirma que la planta de gas natural licuado que Totisa Holding quiere instalar en el Puerto de la Luz y Las Palmas «someterá a la ciudad a riesgos permanentes» y anuncia que ha presentado un escrito con alegaciones al informe de impacto medioambiental en la Consejería de Transición Ecológica y Energía del Gobierno de Canarias e iniciará una serie de movilizaciones para mostrar su oposición a esta infraestructura.

Los ecologistas aseguran que la instalación de un depósito de 50.000 metros cúbicos de gas natural licuado de origen fósil, una regasificadora y una central eléctrica de 70 megavatios en el recinto portuario supone un «grave impacto en la salud», especialmente para la ciudadanía de la capital. El documento presentado en el Gobierno de Canarias analiza cómo afectará a las actividades económicas e infraestructuras críticas de la Isla, así como los impactos sobre el medioambiente, la calidad del aire y la salud «que son inasumibles para una ciudad como Las Palmas de Gran Canaria».

Por otro lado, defienden que esta planta «supone un condicionamiento estratégico de la isla y de las islas en general en cuanto al suministro de fuentes energéticas y circulación de barcos metaneros por sus aguas».

Asamblea general

Para explicar su posicionamiento y llamar a la ciudadanía a las movilizaciones, Ben Magec participarán el 16 de octubre, a las 19.00 horas, en una asamblea popular convocada por el Foro por La Isleta en la plaza del pueblo. Eugenio Reyes, portavoz de la federación, avanza que en la hoja de ruta que se han marcado para luchar contra el proyecto impulsado por Totisa Holding se encuentran protestas y la reclamación de un posicionamiento público del Ayuntamiento capitalino, así como aprovechar todas las vías administrativas posibles. 

Vista panorámica del Puerto de La Luz y Las Palmas

Vista panorámica del Puerto de La Luz y Las Palmas / LP / DLP

Asimismo, apostilla Reyes, no descartan pedir dimisiones en la Autoridad Portuaria de Las Palmas, «que en diez años han intentado colarnos una central de carbón, otra de biomasa con árboles tropicales de Brasil y ahora una planta con gas», algo que califican como «un capricho» de los representantes del Puerto, porque «solo colocando placas solares en los techos de los edificios que hay actualmente se generarían los 70 megavatios que quieren, pero su apuesta por las renovables es cero».

Nubes de vapor inflamable

La alegación contempla que «la actividad de licuefacción de gas natural, su transporte marítimo, almacenamiento y procesado» supondrá «emisiones de gases de efecto invernadero por pérdidas directas de metano, un gas que tiene un potencial 25 veces mayor que el CO2 para promover el calentamiento global». Además, destaca los riesgos potenciales de las labores de descarga de este gas desde los buques metaneros «a través de mangueras hacia una Floating Storage Unit», que podrían formar «nubes de vapor inflamable que se trasladen al resto del Puerto y a la ciudad dada la baja temperatura del gas inicialmente, y puede dar lugar a incendios y explosiones con consecuencias gravísimas».

Asimismo, alerta sobre «las inevitables emisiones de óxidos de nitrógeno derivadas de la combustión a alta temperatura del metano», que pueden provocar «efectos sobre la salud pública, causando problemas respiratorios sobre la población más vulnerable» y son «precursoras de la lluvia ácida». En ese sentido, afirma Reyes, «hay que recordar los datos de morbilidad por cáncer de pulmón y problemas respiratorios; mientras en Europa la media es de un 2%, en España está en un 6 y en la Isla, en un 27% y ahora quieren añadir a los sirocos la contaminación química». 

Ya en agosto de 2022 la Dirección General de Salud Pública del Gobierno de Canarias recalcó que este proyecto «supondrá un impacto local permanente para la ciudad con efectos negativos para la salud de la población de la capital».

Cercanía

Ben Magec pone el foco, por otro lado, en las viviendas de La Isleta más cercanas, a menos de un kilómetro de las futuras instalaciones, que estarán «sometidas a mayor riesgo de accidente», y que Las Alcaravaneras, a tres kilómetros estará «más expuesta según los vientos predominantes en la zona». 

El portavoz de la federación comparó la pretensión de instalar esta planta de gas licuado que ya cuenta con informes negativos de Sanidad y del Cabildo grancanario, con «la planta térmica de la Cícer que tanto nos costó sacar de la ciudad. Volver a esa locura es un disparate», sentencia. 

Finalmente, Ben Magec recuerda que el gas natural «se está convirtiendo en fuente de conflicto y medio de chantaje internacional», lo que hace «más frágil» la posibilidad de garantizar el suministro energético en la Isla. Como alternativa, los ecologistas apuestan por «una profunda transformación del modelo energético hacia la soberanía y el autoabastecimiento, basado en energías limpias y renovables, para que Canarias pueda desarrollar su enorme potencialidad como laboratorio mundial para energías como la solar, geotérmica, eólica, hidráulica o mareomotriz».

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