Entrevista | María Luisa Pita Toledo Activista y exjefa de Sanidad Ambiental del Servicio Canario de Salud
María Luisa Pita Toledo: « Da la impresión de que la decisión sobre la central eléctrica del Puerto de Las Palmas está tomada»
La exjefa de Salud Ambiental en el Servicio Canario de Salud afirma que las administraciones públicas no están siendo conscientes de la importancia de este proyecto y que la ciudadanía debe salir a la calle "para hacérselo ver"

María Luisa Pita, activista y exjefa de Sanidad Ambiental del Servicio Canario de Salud / Andrés Cruz
Una de las personas que se han sumado a la recién creada plataforma contra la pretensión de Totisa Holding de instalar una central eléctrica en el Puerto de Las Palmas es María Luisa Pita, exjefa de Salud Ambiental del Servicio Canario de Salud, que alerta sobre los efectos nocivos de las emisiones en la salud. Asegura que la población debe salir a la calle ya y hacer ver a las administraciones los riesgos, antes de que sea tarde.
Usted forma parte de la plataforma que se opone al proyecto de central eléctrica el Puerto. ¿Por qué?
La plataforma se ha creado para combatir el proyecto de Totisa para instalar una planta de generación de energía eléctrica de 70 megavatios a partir de la combustión de gas natural fósil en el Puerto de Las Palmas. Nosotros lo que decimos es que en el funcionamiento de esta planta se van a emitir grandes concentraciones de gases contaminantes que durante las 24 horas del día, los 365 días del año, a través de cuatro chimeneas que son como cuatro edificios de ocho plantas, y que estas sustancias van a entrar directamente a la ciudad, contrariamente a lo que dice Totisa. La ciudad está en la línea de vientos dominantes del foco emisor y los datos que tenemos nos indican que va a tener un efecto perjudicial no solo para el medioambiente sino para la salud de la población expuesta, que son los 378.027 personas que viven en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria.
Informe negativo
Usted elaboró un informe del Servicio Canario de Salud que alerta sobre los efectos nocivos en los sistemas respiratorio y cardiovascular y de un aumento del cáncer de pulmón.
Así es, pero estos datos no son solo los nuestros, son los datos de todo el mundo civilizado. Sabemos que eso es lo que pasa cuando se introduce una carga contaminante mayor en el entorno en el que la gente vive y trabaja, porque no olvidemos a las 6.000 personas que trabajan diariamente dentro del Puerto de Las Palmas y que van a estar expuestas toda su jornada laboral. Es que no tiene ningún sentido. Las chimeneas tienen que salir de la ciudad, no las metamos otra vez.

María Luisa Pita, activista y exjefa de Sanidad Ambiental del Servicio Canario de Salud / Andrés Cruz
Influencia en toda la Isla
¿Solo afectará el problema a los vecinos de la capital?
El régimen de viento es el que es. La contaminación, al final, es ubicua porque va a ser trasladada por el viento. ¿Qué pasa? Que la mayor concentración la van a sufrir los ciudadanos de Las Palmas de Gran Canaria, que son 378.027 personas, que nos olvidamos; no es una cosa abstracta. Sabemos la carga y el riesgo de base que tiene la población de padecer patología cardiovascular y respiratoria.
Ha dicho que no hay tiempo y que hay que salir a la calle ya.
No hay tiempo, porque inocentemente en Salud Pública creímos que este expediente estaba agotado ya. Es decir, había un informe desfavorable del Cabildo de Gran Canaria, y varios, hasta cuatro, de la Dirección General de Salud Pública y creímos que esto se había paralizado. La sorpresa de los técnicos es que ha vuelto a revitalizarse con más fuerza y ahora que estoy fuera, que ya no soy funcionaria, estoy viendo que la respuesta de los políticos locales es muy tibia, te dicen cosas pero no quieren foto, ni que se repita, y eso me preocupa, porque si esto se empieza a construir ya es imparable. Sacar a Cepsa de Santa Cruz de Tenerife costó 50 o 60 años.
Cuatro chimeneas
Y este proyecto incluye cuatro grandes chimeneas en la capital de la Isla.
Es un dislate meter las chimeneas industriales otra vez en el corazón de la ciudad, a 1.100 metros de La Isleta. Es impropio.
Mientras, en otras partes del mundo se están sacando estas infraestructuras de los núcleos poblacionales.
En el mundo civilizado se están sacando las chimeneas y los polos industriales de las ciudades y de los núcleos de población. Aquí se está desmontando la central eléctirca de Jinámar y vamos ahora a traerla al Puerto de Las Palmas, en el corazón de la ciudad, a 1.100 metros de La Isleta. Es que no puede ser. Y todo, para rentabilizar la inversión del señor de Totisa, que lo puedo decir, se equivocó y lo puso en el expediente, que entre las razones para la construcción es rentabilizar la inversión de la planta de almacenamiento de gas licuado. Es una locura.
Todo con una subvención europea destinada al almacenaje de este gas.
Esto nace porque la Unión Europea, no vamos a entrar en las causas, necesita gas y hay un problema, la guerra de Ucrania, en fin, y hace falta gas. Y el Gobierno de España decide aceptar y negociar una subvención europea para construir plantas de gas licuado para el abastecimiento a los buques, simplemente en tránsito. Los grupos ecologistas también están en contra, ojo, pero yo ahí como sanitario digo que el efecto para la salud, con las medidas de seguridad adecuadas sería mínimo, no tendría mucho que decir. La tragedia de todo esto es que aprovechando esa coyuntura, alguien tiene la ocurrencia de decir pues ya que estamos vamos a hacer una central de generación eléctrica de 70 megavatios. Pero es que además se da la paradoja de que se está desmontando la de Jinámar, ¿cómo la vas a traer a la ciudad?
¿Cómo se justifica que las administraciones públicas no hayan puesto un veto tajante?
Creo que no han visto movilización ciudadana y pues ya que estamos, pues les ha parecido una gran cosa.
"Frivolidad por parte de nuestra clase política"
El nuevo periodo exposición pública casi de puntillas.
Yo creo que ha pasado. No estoy en activo y no lo he seguido, pero tampoco nos enteramos nosotros en la Administración. Fíjate cómo será, que a nosotros nos llegaban la solicitud de informes y nos daban 10 días. Ha sido sangrante la actitud de Medio Ambiente como órgano que tutela este proyecto y durísimo con nosotros. Nos han llegado a dar cinco días para evacuar un informe de esta naturaleza que son 20 o 30 folios. En cambio, Totisa presentaban informes extemporáneos hasta un año después. Da la impresión de que esta decisión está tomada. No lo entiendo, pero es una frivolidad por parte de las personas que tienen que defender el interés general, que es nuestra clase política.
La plataforma habla de que la población salga a la calle como cuando lo hizo para reclamar la universidad en la Isla, ¿es así?
No sé cómo va a fraguar esto al final. Inocentemente, creí que con los informes del Cabildo de Gran Canaria y de Salud Pública se había dormido y veo que no. Creo que nuestra clase política está mirando para otro lado y no ha visto la importancia que esto tiene, y los ciudadanos tenemos que hacérselo ver en la calle; no hay más historias.
¿Cuáles deberían ser los próximos pasos?
Yo creo que la gente tiene que salir a la calle. No soy estratega, no tengo ni idea, pero aquí hay un montón de asociaciones. De entrada es muy importante que todas las asociaciones cívicas y ecologistas y menos ecologistas de la ciudad, de la Isla están aquí. Eso es importante. Y a partir de ahí ellos estratégicamente saben hacer su trabajo y hay que salir a la calle. Es que no queda otra.
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