Rafael Molina Petit: «Tiramos millones de litros de agua que servirían para reverdecer las ciudades»

¿En qué consisten las jornadas sobre arbolado de este martes en el Gabinete Literario de Las Palmas de Gran Canaria?

Las organizamos una serie de grupos, entre ellos Foresta, Adapa, Ben Magec, los Vigilantes de los Árboles, Profor, unos son grupos ecologistas y otros son asociaciones profesionales de forestales. Estamos viendo que se cortan árboles porque se dice que estaban mal plantados y puede ser verdad. Muchas veces se ha plantado en un marco de plantación muy estrecho, pegado a la fachada. Otras veces no se ha tenido en cuenta el sistema radiculado del propio árbol. Y también han estado enfermos porque muchas veces se les ha tratado mal. Se les han hecho podas indebidas o el drenaje no es el correcto, se enferma, se muere y luego lo cortan. También hay muchas veces que los propios vecinos piden que se corte el árbol porque le entra una rama en su casa, por ejemplo. Queremos hacer cinco ponencias en las que vamos a poner en valor el árbol. También vamos a hablar de la Ley del arbolado que está en el Parlamento de Canarias, a ver si podemos hacer presión para que los ciudadanos tengamos árboles en nuestro entorno.

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¿Por qué es necesario poner en valor los árboles?

El árbol es un ser vivo que tiene unos beneficios muy importantes para el ciudadano. Mitiga el calor, hay estudios que te dicen que un árbol puede reducir la temperatura entre ocho y diez grados un árbol y ahora que están cambiando el clima es muy importante. Por otra parte, se ha demostrado cada vez más científicamente que ayudan a determinadas patologías tanto físicas como mentales por desprender unos antibióticos naturales, se llama fitosina y eso supone hacer que la ciudad sea más sana. Tiene ventaja, sobre todo en colegios y en torno a hospitalarios. El árbol es un activo importante desde el punto de vista sanitario y desde el punto de vista económico también. Hay estudios que dicen que una calle arbolada incrementa el valor de una vivienda, entre un 10 y un 20% más. Por supuesto hay que recalcar que el árbol tiene problemas, hay que regarlo, hay que cuidarlo, es como el que tiene una mascota o el que tiene una persona a su lado. Pero tienes muchas más ventajas que inconvenientes. 

El Cabildo les ha encargado realizar un manual de buenas prácticas sobre el arbolado urbano. ¿Cuáles son las claves de este estudio?

La idea es empezar a desarrollarlo en colaboración con todos los grupos medioambientalistas y con todos los técnicos municipales que se dedican a eso. Para ver cuáles son las especies más correctas, el marco de plantación, los tratamientos, etc. De esta manera podremos tener una especie de manual que nos sirva a todos a la hora de elegir la especie a plantar. No es lo mismo plantar en Vecindario que hacerlo en Agaete. No es lo mismo plantar en una calle con una acera muy pequeñita o muy grande. Dependiendo de la orientación, el clima, la altitud, hay especies que viven más felices y nos hacen más felices a nosotros.

Hasta ahora, ¿en Gran Canaria a los árboles se les ha tratado bien, mal o regular?

Esta ciudad tuvo históricamente un problema que era la falta de agua, mientras que en Tenerife no había ese problema, o no era tan grave; y plantaron las Ramblas o el parque García Sanabria. Aquí tuvimos problemas de agua hasta hace unos años, que con las potabilizadoras y la depuradora se ha terminado. Pero de alguna forma seguimos con el chip. Cuando teníamos falta de agua, plantar un árbol era quitársela a las papas o a los plátanos. La gente se ponía de perfil. Ahora no, ahora nos sobra el agua. Estamos tirando millones de litros de agua depurada al día al mar, que pueden reverdecer nuestras ciudades, hacernos la vida más cómoda, más agradable y curarnos un poquito más. Con estas jornadas vamos a hacer una reflexión y un poco de lobby respecto a la conveniencia de plantar árboles en las zonas urbanas, no solamente en las calles.

¿Cree que no se han valorado los árboles hasta ahora en la Isla? ¿Se está empezando a ver algún tipo de cambio?

Yo creo que todo tiene su proceso. Nosotros como sociedad que hemos sido históricamente pobres, nos preocupábamos de otras cosas. Pero bueno, en todos los pueblos de nuestra geografía tenemos la plaza con los tres laureles de India que dan sombra a las personas mayores y a los niños. O sea que siempre hubo una sabiduría popular que cuando hemos pasado del pueblo a la ciudad quizás se ha perdido por las prisas, porque hemos querido más espacios para los coches. A nuestras ciudades en general les faltan árboles. Lo que pretendemos es ayudar, para concienciar un poco más, para que la gente valore y los respete, porque son seres vivos, no son piedras.

Habla de aprender a cuidarlos árboles. Hay casos que ejemplares que se han perdido por el incivismo, actos vandálicos, gente que deja que sus mascotas orinen en la base.

Quien hace un acto vandálico con un árbol es que es un inconsciente. El árbol en estos momentos de cambio climático es el único sistema que tenemos para transformar y filtrar el aire y convertirlo en oxígeno. Entonces es nuestro aliado, el que nos está defendiendo del cambio climático, el que nos está defendiendo del incremento del calor. Entonces, matar a un aliado es un poco de estupidez o de falta de conocimiento.

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¿Se escogen las especies adecuadas a nuestro clima y a nuestras condiciones ambientales?

En algunos casos sí, otras veces no. Muchas veces son las que hay en el vivero. Otras veces se eligen sin pensar demasiado. Este manual de buenas prácticas lo que pretende es dar un poco de luz en ese sentido. Va a ser consensuado con los técnicos municipales. También la va a elaborar una chica alemana que es de la única Universidad de Göttingen, que lleva muchos años en Las Palmas y que ya conoce la ciudad, además de técnicos forestales y técnicos de jardinería. Que digan, mira, este árbol sí, pero este no. Este tiene estas virtudes, pero este no. Ten cuidado con este otro. Y que haya un paso más en tener un método. Sin protagonismo. Por eso estamos todos, desde asociaciones forestales, asociaciones de los árboles. 

Decía que históricamente en la capital grancanaria hemos tenido el problema del agua. ¿Hoy día sigue siendo un reto precisamente en ese sentido o el hecho de que aunque tengamos agua, llueve poco y eso puede ser perjudicial?

El tema es que nosotros estamos depurando en la Isla muchos millones de metros cúbicos. Estamos tirando al mar entre 50.000 y 60.000 litros al día. Agua en abundancia como para cambiarle la cara a nuestras ciudades con los árboles. Está demostrado que estos son los primeros que pueden evitar las islas de calor, por ejemplo. El año pasado llegaron a suspender clases por calor en las aulas, poner árboles alrededor de los centros podría ser determinante. Hay que crear conciencia, porque el árbol es un personaje de las ciudades a tener en cuenta.

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