Totisa niega el impacto de la planta de gas en el Puerto de Las Palmas y afirma que reduce las emisiones

La empresa asegura que las chimeneas serán «apenas perceptibles» y que la infraestructura «contribuye a la mejora del medioambiente» en la Isla

Infografía elaborada por Totisa en la que aparecen la central eléctrica y el 'barco' de almacenamiento de gas licuado

Infografía elaborada por Totisa en la que aparecen la central eléctrica y el 'barco' de almacenamiento de gas licuado / La Provincia / DLP

Las Palmas de Gran Canaria

La promotora de la planta de gas y la central eléctrica en el Puerto de Las Palmas, Totisa Holdings, defiende que las chimeneas previstas en el proyecto son «apenas perceptibles» y que esta infraestructura supone una reducción de las emisiones a la atmósfera. De esta manera, la compañía responde al movimiento ciudadano y al posicionamiento del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y el Cabildo grancanario en contra de esta iniciativa que tramita en este momento en el Gobierno de Canarias el informe de impacto medioambiental preceptivo para su autorización.

La empresa defiende que la planta de gas y la central eléctrica que intenta instalar es un «proyecto innovador que aplica la mejor tecnología disponible en el mercado, que contribuye decisivamente a la mejora del medioambiente de Las Palmas de Gran Canaria y el conjunto de la isla, vertebrando las estrategias de descarbonización y desarrollo económico sostenible del Puerto de Las Palmas de Gran Canaria y del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima».

Además, asegura que las chimeneas incluidas en el proyecto «son apenas perceptibles y su altura está muy por debajo de las grúas de la terminal de contenedores, buques y plataformas que frecuentan el Puerto» y «no serán apenas visibles desde el Centro Comercial El Muelle» con el fin de evitar el impacto paisajístico.

Almacenamiento flotante

Totisa Holdings explica que el proyecto incluye dos infraestructuras. Por un lado, una planta de almacenamiento de gas natural licuado «en un barco permanentemente atracado en su terminal» con el fin de que el Puerto pueda «adaptarse a sus necesidades conforme evoluciona el mercado de los combustibles alternativos y su tecnología», y una central eléctrica de 70 megavatios que «permitirá la electrificación del puerto como medida principal para la reducción de las emisiones y contribuirá decisivamente a la mejora del sistema eléctrico de Gran Canaria».

Representación elaborada por Totisa Holding para señalar la altura (al fondo) de las chimeneas previstas en su proyecto.

Representación elaborada por Totisa Holding para señalar la altura (al fondo) de las chimeneas previstas en su proyecto. / La Provincia / DLP

La planta eléctrica, defiende la empresa, «reduce la contaminación tanto sobre Las Palmas de Gran Canaria como las emisiones netas del sistema eléctrico de Gran Canaria». Esto, afirma, se lograría a través de la descarbonización de las actividades del Puerto al facilitar que los barcos puedan enchufarse y apagar sus motores, lo que «permitirá evitar la emisión sobre la ciudad de 500.000 kilos de contaminantes anuales, reduciendo en un 98% los óxidos de nitrógeno, un 95% los compuestos orgánicos volátiles, un 90% las partículas, y con reducciones de entre el 57 y el 68% de dióxido de nitrógeno y de azufre». Por otro lado, la compañía apunta a «se reduce las emisiones de dióxido de carbono en 11.235 toneladas anuales».

La electrificación del Puerto de Las Palmas, «de acuerdo a informes de terceros encargados por la Autoridad Portuaria, no es técnicamente viable realizarla desde la red eléctrica actual o mediante fuentes renovables», sentencia Totisa.

«Reduce las emisiones»

La promotora de este proyecto explica que «ha encargado estudios de dispersión de contaminantes», que «calcula todos los valores en 16 puntos sensibles bajo la zona de influencia, La Isleta y el Itsmo: colegios, centros de salud, áreas recreativas y zonas de protección ambiental» y argumenta que «la presencia de contaminantes en todos ellos tiene una media del 0,41% de los límites marcados como seguros por la normativa».

Asimismo, agrega que la potencia instalada «supondrá el 6,5% la potencia eléctrica convencional instalada de la Isla» y tiene una potencia cuatro veces inferior que la central térmica de Jinámar.

Por todo ello, sentencia que «este es un proyecto que reduce las emisiones, tanto en la ciudad como a nivel insular» y que «además de la reducción neta de emisiones, su capacidad para utilizar hidrógeno renovable mezclado con el gas natural situó este proyecto a la vanguardia de la tecnología de generación eléctrica desde el inicio de la tramitación de su autorización administrativa en el año 2019».

«No podrá alcanzarse el uso integral de hidrógeno en 2035»

Totisa Holdings asegura que la generación eléctrica con gas natural contribuye a cumplir el objetivo marcado por la Unión Europea «en materia de mitigación del cambio climático» porque «cumple con los requisitos» establecidos en su taxonomía (marco en el que establece las medidas medioambientales), «salvo que no podrá alcanzarse el uso integral de hidrógeno en 2035 porque para entonces aún no estará disponible en Canarias en las cantidades necesarias».

En ese sentido, la compañía asegura que antes de la aprobación de estos parámetros europeos en 2022, ya había presentado su propuesta «de transición energética hacia un escenario 100% renovable a través de la fabricación local de hidrógeno producido con excedentes de energías renovable», el «único sistema tecnológicamente viable a día de hoy para el almacenamiento energético estacional». El proyecto recoge, también, su intención de incorporar progresivamente «el hidrógeno verde en mezcla con el gas natural, hasta su sustitución total hacia el año 2040».

Sin embargo, apostilla que «esto solo será posible si se desarrolla el mercado de generación de hidrógeno a partir de renovables, y para ello es necesario empezar a crear la demanda, pues nadie comenzará a generar hidrógeno verde en las islas mientras no haya donde consumirlo».

Asimismo, garantiza que esta central «nunca desplazará la producción de renovables, ni puede limitar su desarrollo en ningún sentido», sino que «permite incrementarlas y comenzar la transición hacia un futuro en el que todo el combustible utilizado se genere en las Islas Canarias a partir de fuentes renovables: hidrógeno verde a partir de excedentes eólicos y fotovoltaicos, y biometano a partir de a partir de la valorización de residuos orgánicos en los ecoparques de la isla».

Finalmente, Totisa Holdings apunta a que el proyecto «se alinea perfectamente con el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, que persigue la reducción de los gases de efecto invernadero, el incremento de la penetración de las energías renovables, la reducción de la dependencia energética del exterior, la electrificación de la economía como vehículo para la reducción de la contaminación y la descarbonización, y el desarrollo del hidrógeno y los combustibles renovables autóctonos».

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