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Un paseo bajo la cúpula de luces doradas

Cientos de personas escogieron ayer la Plaza de España, la Avenida Mesa y López y Triana para pasar la primera noche del invierno y disfrutar de la iluminación y decoración navideña en la capital grancanaria

Iluminación navideña en Mesa y López y Triana en la primera noche de invierno

La Provincia

Las Palmas de Gran Canaria

Cuando la cúpula de luces doradas se iluminó en la Plaza de España, decenas de personas sacaron sus móviles para intentar captar en una fotografía parte de la magia navideña y entre ellos estaban Lucía Pérez y Norberto Yánez, dos de los vecinos de Las Palmas de Gran Canaria que este sábado salieron a pasear por la zona de Mesa y López para disfrutar de la iluminación y de la primera noche de invierno

La decoración de esta zona de la capital es de las que más le gusta a Lucía, que vive en Arenales. «Está mucho mejor este año», afirmó para luego agregar que en líneas generales esta aseveración se puede hacer extensiva al resto de la ciudad. La única pega es que, a su juicio, «los angelotes de la plaza de Santa Ana son demasiado grandes para ese espacio». Norberto, que reside en Schaman, no está de acuerdo con ella y confiesa que le gusta mucho cómo está la plaza de ese barrio histórico, pero «han concentrado allí todos los esfuerzos y se han olvidado del resto de Vegueta». El paseo de ayer para disfrutar de la iluminación navideña no fue un hecho aislado, ya que estos dos amigos suelen «recorrer los pueblos» en estas fechas para ver cómo están ambientadas. Su favorita, además de la capital, «es Gáldar». 

Almuerzos que se alargan

La Plaza de España y la zona peatonal de la Avenida Mesa y López estaban ayer llenas de personas que recorrían los puestos de la feria de artesanía y aprovechaban los ornamentos lumínicos para posar en solitario o en grupo, como Darío Jaén y cuatro compañeros de trabajo —«dos de ellos ya se fueron porque tienen niños pequeños»—, que habían celebrado una «comida de navidad no oficial, porque no vinieron los jefes; esa fue otra», que se alargó hasta la noche. Trabajan en un taller de mecánica del sureste de la isla y en una empresa distribuidora, y este es el segundo año que quedan al margen de sus compañeros porque «somos amigos ya y nuestras familias se conocen».

Tras sacarse las fotos, el plan era volver a casa, todo lo contrario que Rafa y José, de 19 y 21 años, que esperaban por sus novias y algunos amigos para tomar algo por la zona. 

«No es barato, pero los puestos están bien para comer y tomar algo para empezar la noche». Ellos llegaron antes por que Rafa tenía que hacer unas últimas compras para los regalos del martes. «Yo lo compré todo en la semana del Black Friday», alardeó José. A los dos les gusta mucho la iluminación navideña y aseguran que ya se han hecho varios vídeos y fotos para sus cuentas de TikTok, ellos solos y con sus respectivas parejas. 

Contrastes

A quien no le hacía mucha ilusión el despliegue es a Julio Hernández, un vecino de esta zona de Las Palmas de Gran Canaria. «La iluminación navideña es una medida de lo que somos. Hay personas durmiendo en la calle o ancianos y discapacitados desatendidos porque no hay dinero para aplicar la Ley de Dependencia, entre otras muchas carencias, pero mientras gastamos más de 800.000 euros en esto. Todos lo sabemos, pero no hay que amargarse, hay que ser muy feliz. Somos una sociedad fracasada», espetó. 

Una de las zonas de la calle Mayor de Triana

Una de las zonas de la calle Mayor de Triana / Andrés Cruz

Buscando la suerte

Entre todas las personas que pasean bajo miles de luces doradas en Mesa y López, también había quienes aprovechaban las últimas horas para comprar un décimo de la lotería de Navidad. Sandra Jiménez hacía cola para adquirir uno de esos boletos a un vendedor ambulante apostado en una de las entradas de El Corte Inglés. «Llevo aquí un rato. Mi hermana tendría que haberlo comprado, pero me llamó hace un rato para decirme que no había podido y aquí estoy». Como tradición, ella y su hermana Auxiliadora, compran un décimo para compartir el último día, aunque ya tiene uno para ella sola y otro compartido con sus dos compañeras de trabajo. 

Triana, más aliviada

En otra de las zonas decoradas de la ciudad que más visitantes recibe, Triana, la noche comenzaba con más tranquilidad y menos gente, aunque los locales de restauración de los alrededores celebraban un lleno casi absoluto. Allí estaban Berta, Laura y Lidia, tres amigas de Telde que optaron por esta zona para cenar y «surtirnos de imágenes para presumir un poco en redes», aseguró la primera de ellas mientras enseñaba una bolsa de tela con tres gorros de Papá Noel.

«Hace mucho frío y nos vamos para casa», aseguraban Rafa y María, que habían salido a pasear con su hijo Marcos, de tres años, y varios amigos con hijos para que los pequeños vieran las luces. 

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