Asadero, uvas y baños de romero para recibir el Año Nuevo en Las Palmas de Gran Canaria
En un recorrido por el Mercado de Vegueta, los clientes se mantienen fieles a la tradición de despedir el año con las uvas
Entre las novedades está la compra de sidra de Valleseco para el brindis tras la cena

Compras en los mercados para Nochevieja / Andrés Cruz
Las compras para la cena del último día del año se apuran en los pasillos del Mercado de Vegueta, en Las Palmas de Gran Canaria. Aunque muchos siguen estirando las cenas familiares, para estas fechas navideñas son cada vez más los que se animan a despedirlo en reuniones de amigos con un asadero de por medio. «Se están llevando chuletas y costillas o entrecot», señala Rosy Moreno, una de las carniceras del mercado. Aunque los tradicionales pedidos de carne siguen siendo la vena rellena, el solomillo y el pollo relleno, «para el 31 se pide menos cordero y cabrito que en Nochebuena».
Para ella no aplica el refrán que dice que en casa de herrero cuchillo de palo. «Ah, no, yo me llevo también de lo que tenemos aquí. En mi caso, solomillo de cerdo para hacerlo a la mostaza con tiras de bacon", añade. La temporada de Navidad es de las más fuertes para los comerciantes de los mercados que, como ella, trabajan hasta 12 horas. «Nosotros no tenemos navidades, estos días trabajamos para los clientes, y los días fuertes como el fin de año o el 24 de diciembre vienen muchos clientes de golpe».
Feluca Santana llena el carro de la compra con fruta y verduras. La última bolsa que coge es la de las uvas, el producto estrella de la noche de Fin de año. «Yo le pido uvas para cinco personas y Caty -la frutera- ya sabe los racimos que tiene que preparar». El protagonista de la noche ronda entre los 4,60 y 5,80 euros el kilo. «Están caras desde antes del 31 porque no ha llovido como debe», apunta Caty Suárez.
Uva blanca y sin semilla
Quienes se acercan a este mercado de la ciudad estos días lo hacen muy temprano. «Desde las 7:00 horas tenemos gente esperando para llevarse las uvas antes de que acaben, sobre todo la que es sin semilla, la más demandada», explica Caty. «Esa gusta tanto a niños como a mayores porque les da tiempo de acabárselas antes de las última campanada». Uva blanca y sin semilla, porque de las rojas nadie se acuerda. «Esas no gustan para el 31 porque dicen que después el año les sale negro», añade a modo de broma.
En cambio, Juan Santiago aún no se anima a comprarlas. «En general las estoy viendo feas y caras, así que voy a seguir mirando porque las que he visto no me llaman la atención». Divulgador cultural de profesión, Santiago añade que la tradición de comer uvas en Fin de año proviene del siglo XIX «como una forma de vendernos los restos de la vendimia, que suele ser en septiembre». Continúa explicando que "cuando se llega a diciembre, las que no se han vendido suelen estar más pasadas y, de ahí, que se hayan inventado lo de las uvas de la suerte". Aun así, aclara, «en mi casa habrá uvas, ¡como para decirle a mis hijos que no!».
Sidra de Valleseco para recibir el 2025
Jovina Rodríguez ofrece en su puesto productos canarios toda una serie de alimentos gourmet de la tierra. Destaca que entre lo que más le piden están los productos ya elaborados como mojos y mieles, "listos para acompañar, o cocinar con ellos otros platos, al final la gente viene buscando comodidad para esta noche y cocinar lo menos posible».
Entre las bebidas, los vinos de la tierra, sobre todo de Lanzarote y La Palma, pero resalta que entre las novedades para el momento del brindis está la sidra de Valleseco. «Las que tengo aquí son un estilo más brut, y la verdad es que está gustando mucho». Con el brindis, los postres vienen de la mano, y los de Tejeda siempre tienen éxito: "Me piden los roscos, los polvorones y, cómo no, las almendras».
Pero si de postres se habla, la pastelería Mendoza ofrece en sus vitrinas toda una serie de creatividad. Entre ellas, las tartas especiales de uva. «La corona es de fresa con trufa y cobertura de chocolate alrededor, pero rellenas de uvas. Además, tendremos tartaletas , también de uvas, listas para mañana, comenta su pastelera Pilar Castellanos. Y para los más clásicos, no faltan las truchas de batata y cabello, «tanto fritas como horneadas".
Sahumerios y otros rituales
La noche de Fin de año es propicia para toda serie de rituales y supersticiones. Desde el color rojo para la ropa interior o las uvas de la suerte, hasta comer lentejas y salir a la calle a dar una vuelta con una maleta para atraer nuevos viajes y aventuras. Y entre ellos, hay rituales ancestrales que aún perviven. Dominga ‘Minga’ Navarro, es una de las comerciantes históricas del Mercado de Vegueta. Una amplia fila aguarda para llevarse hierbas y especies naturales, principalmente para cocinar. «La gente ha arrasado con el perejil, el cilantro y el hierbahuerto para las sopas, así como las pimientas y el pimentón». Pero, para despedir el año hay otras que sirven para atraer la buena suerte. "Se usan los baños con ramas de romero, albahaca, canela y lavanda, por ejemplo". Minga explica que "el sahumerio" se suele hacer antes de las campanadas. Pero si hay un deseo que prevalece entre todos, más allá de los menús para la cena, los productos novedosos, y las uvas de la suerte, es el de contar con buena salud para iniciar un nuevo año. Ese sí que es el gran deseo de todos.
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