El tráfico regresa a la normalidad en Las Palmas de Gran Canaria con la vuelta al cole: "El despertador ha sonado dos veces"

Los principales accesos a la ciudad han notado las retenciones propias una vez acabada la Navidad.

La ciudad recupera el ritmo tras el parón de las navidades, la vuelta al colegio se ha notado a primera hora de la mañana en los principales accesos a la capital como Torre Las Palmas desde el túnel de Julio Luengo, la GC-23, desde la rotonda del Hospital Dr. Negrín hasta el acceso a Guanarteme, la bajada de la Avenida de Escaleritas y el túnel de San José hacia la Avenida Marítima. Un tráfico denso, habitual en estas fechas, que se incrementará la próxima semana con la incorporación de los estudiantes y personal de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC).

Los que ya lo hicieron este miércoles, colegios de Primaria y Secundaria, volvieron con resignación. Caras largas, aun con sueño y con frío entraban a los colegios a primera hora del día.

Serafín Fajes espera en el Obelisco del paseo de Tomás Morales a la guagua escolar que recoja a sus hijos Serafín y Jimena, de 9 años, para su regreso a clase. "Estamos contentos porque han disfrutado de las vacaciones y ya toca volver a la normalidad". Los pequeños no lo ven igual, con la complicidad propia de hermanos, y como la mayoría de los menores que hoy regresan a clase, las vacaciones les han sabido a poco. "Ha sido pronto porque no te da tiempo a disfrutar de los regalos, solo hemos tenido tres días", matiza el pequeño Serafín ante la sonrisa de su padre, quien añade que "para empezar, el tráfico ha ido bien".

Él también ha escalonado su propio regreso al trabajo. Una mañana fría, en la que los hermanos, como a muchos pequeños y adolescentes, les espera un largo día. "Son unos titanes", añade su padre. Corren a la guagua, beso de despedida y saludos por la ventana.

"El despertador ha sonado dos veces"

A muchos hoy les ha costado levantarse después de más de dos semanas de vacaciones. "El despertador ha sonado dos veces como mínimo", comenta Elizabeth C. Fernández mientras espera en el coche con su hijo, Jorge Rodríguez, de 12 años, a que sea la hora de entrar. Previsora ante lo que suele ser un regreso a las aulas, hoy salieron temprano de casa, ubicada en Siete Palmas, una zona que suele ser "conflictiva" debido a la Circunvalación y el acceso a la Universidad. Estos últimos, los universitarios, aun no comienzan. "Eso ha ayudado, pensábamos que íbamos a encontrar más tráfico, pero la verdad es que ha ido bastante ligerito, hemos tardado 20 minutos, a las 7:30 horas ya estábamos aquí". Tanto Jorge como su madre vuelven a la rutina. Ella también ha cogido vacaciones, "así que la vuelta es literalmente para los dos".

Otros padres apuran la entrada, pero para poder conciliar con sus trabajos. Es el caso de Fernando Sánchez, que a las 8:00 horas llevaba a sus hijos Inés y Diego, de 5 y 7 años, a la recogida temprana. Para los pequeños las vacaciones han sido "perfectas". Días de descanso, campus de baloncesto y la llegada de los Reyes Magos. "Ahora podremos volver a conciliar algo más porque tanto su madre como yo hemos trabajado durante las navidades, y gracias a las abuelas que nos han ayudado". Estrenando material escolar, mochila, lápices de colores y estuches listos, entran poco a poco a clase.

Retenciones habituales

La pequeña Carlota, mochila a la espalda, lleva una muñeca en la mano, retazos de los regalos de Reyes. Su madre, Esther Medina la lleva al colegio, tanto a ella como a su hermano Octavio, que vuelve al instituto. "Esta vez no he notado tanto tráfico, de hecho he venido en guagua y muy bien, solo hemos tardado diez minutos". Los tres se apuran en contestar en lo que dura el alto del semáforo. "Nos vamos corriendo, los dejo y me voy a trabajar", concluye mientras cruzan apresurados el paso de peatón.

En la misma esquina, Juan Lorenzo deja a su hija Leonor para que entre al instituto. "Vengo en coche desde Telde y he encontrado la caravana de todos los días, en la recta del centro comercial Alcampo. Hoy quizás un poco más porque se nota el regreso al colegio, pero hemos llegado solo cinco minutos más tarde de lo habitual". Este padre de familia añade que "ya sabemos a la hora que tenemos que salir para que no nos pase". Ganas de volver a la normalidad; en su caso, las de su hija "que ya quería regresar al barullo".

Los comercios también lo han ido notando. Los primeros cafés del día, tanto de padres que esperan a que entren sus hijos a clase, como de los trabajadores de la zona. "Ha habido más tráfico y más gente, pero lo normal para ser el primer día", señala Néstor Fernández, propietario de una de las cafeterías de Tomás Morales. "Vienen con buenas caras después de las vacaciones, para ser el primer café de la temporada".

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