Desde Baleares hasta Portugal: así interceptó un buque canario el submarino militar ruso

El buque de acción marítima Tornado realizó el seguimiento de la unidad naval Novorossiysk hasta que alcanzó la jurisdicción de aguas portuguesas

El BAM Tornado, cuya base se encuentra en el Arsenal de Las Palmas, interviene en labores de vigilancia.

El BAM Tornado, cuya base se encuentra en el Arsenal de Las Palmas, interviene en labores de vigilancia. / Juan Castro

El buque de acción marítima Tornado, con base en el Arsenal de Las Palmas, interceptó al submarino ruso Novorossiysk en su tránsito desde el Mediterráneo oriental hacia el norte de Europa. Según informó el Estado Mayor de la Defensa, durante su misión, el buque localizó la unidad naval rusa al sur de las Islas Baleares y mantuvo su seguimiento hasta cerciorarse de que el sumergible alcanzaba aguas de jurisdicción portuguesa. 

La misión en la que ha participado el barco canario forma parte de las labores de vigilancia, seguimiento y disuasión que la Armada española realiza en zonas marítimas clave para el país como el mar de Alborán, el golfo de Cádiz y la fachada atlántica. Estas operaciones persiguen detectar posibles amenazas de forma anticipada y facilitar una respuesta inmediata ante una potencial situación de crisis. 

No solo el buque Tornado, también la fragata española Blas de Lezo tuvo que intervenir cuando el sumergible ruso, de nueva cuenta, se acercó a aguas gallegas, frente a la frontera marítima con Portugal. Lo localizó y monitorizó «en su tránsito hacia el norte». La fragata española completó entonces el seguimiento «antes de transferir la vigilancia a un buque francés», explicaron fuentes de la Armada.

«Un agujero negro en el mar»

El submarino ruso Novorossiysk, de 76 metros de eslora, es capaz de sumergirse a 300 metros de profundidad. Pertenece a la flota del Mar Negro, y pasó por las costas de Baleares procedente del Mediterráneo oriental. La OTAN denomina a este tipo de sumergibles ‘agujero negro en el mar’ por lo difícil que resulta detectarlos. El buque estaba armado con seis tubos lanza torpedos de 533 milímetros, además de minas.

Pero no fue el único caso en el que los buques españoles han tenido que intervenir. La fragata Victoria localizó y monitorizó en las últimas semanas a la fragata Golovko en el mar de Alborán, donde escoltaba al buque mercante Lady Maria, de pabellón ruso. En su búsqueda avistó también al buque Altay en su tránsito desde el Mediterráneo oriental. Este navío se trata de un petrolero ruso que actúa como buque de aprovisionamiento para las unidades rusas en las proximidades de la bahía argelina de Orán. Tras finalizar el seguimiento de estas unidades rusas, las fragatas Victoria y Blas de Lezo regresaron a sus puertos bases en Rota y Ferrol, respectivamente; en cambio, el barco canario Tornado continúa con la vigilancia marítima en la zona del estrecho de Gibraltar y Mar de Alborán. 

El BAM Tornado es el cuarto de una serie de seis patrulleros diseñados específicamente para misiones de seguridad marítima. Bajo el mando del Almirante de Acción Marítima (ALMART), este buque combina capacidades avanzadas con una gran versatilidad operativa, lo que lo convierte en uno de los patrulleros más eficientes de la Armada española. 

Al mando se encuentra el Capitán de Corbeta David Castillo Mandado y para esta operación, el buque ha contado con una tripulación de 37 hombres y 4 mujeres. También, con un refuerzo del equipo operativo de seguridad de Infantería de Marina de la Armada formado por siete personas procedentes de la Unidad de Seguridad de Canarias de la Fuerza de Infantería de Marina. El BAM Tornado se había sumado a las labores de vigilancia y seguimiento desde el pasado 26 de diciembre. El navío colabora, además, en operaciones contra el narcotráfico, terrorismo y en la lucha contra la contaminación marítima. 

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El buque de acción marítima (BAM) Rayo, también con base en el Arsenal de Las Palmas, intervino el 11 de octubre de 2023 en aguas del sur de Baleares para interceptar a otros dos buques de guerra rusos: el submarino de clase ‘Kilo II’ -armado con misiles de crucero Kalibr-PL de alta precisión y alcance-, y el remolcador naval ‘Sergey Balk’, naves que habían entrado en aguas de jurisdicción española.

Todo ello, cuatro días después del ataque de Hamas a Israel y en el contexto de la invasión rusa a Ucrania. El BAM Rayo es el segundo de la serie de los cuatro buques dependientes del Mando Naval de Canarias, diseñados para llevar a cabo misiones de seguridad y protección marítima de los espacios de soberanía e interés nacional. El submarino ruso detectado ‘Kilo II’ tenía capacidad para operar a una profundidad de 240 metros con sistemas de radar y sensores mejorados.

Se trata de una embarcación de guerra de propulsión diésel eléctrica, con un desplazamiento de 3.900 toneladas y un rango operacional de 7.500 millas. El sumergible estaba armado con misiles crucero Kalibr-PL de alto alcance y precisión porque se pueden instalar en buques, submarinos, así como en defensa naval y costera. El barco canario que participó en esta misión estaba compuesto por una tripulación de 52 personas, bajo el control del Mando de Operaciones (MOPS). 

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