La peluquería Haz, entre tijeras y artes marciales en Las Palmas de Gran Canaria

La peluquería de la calle Bernardo de la Torre reúne a los tres hermanos El Hazoume Aamay

Rachid, el más pequeño, es el conocido luchador de artes marciales mixtas

Peluquería Haz, en Las Palmas de Gran Canaria

La Provincia

Entrar en la peluquería de caballeros Haz es como adentrarse en la torre de Babel, tras sus puertas se escucha español, inglés y árabe. El negocio es el mejor ejemplo de la interculturalidad de Las Palmas de Gran Canaria. Fue fundada en 2011 por los hermanos El Hazoume Aamay tras años de sacrificio y ahorro. En sus paredes cuelgan los triunfos del luchador de artes marciales mixtas (MMA), Rachid El Hazoume Aamay, uno de los hermanos que durante años alternó la peluquería con su pasión por el deporte. En la actualidad, Abdelhadi y Hasan continúan con el negocio familiar, que vive uno de sus mejores momentos en la calle Bernardo de La Torre.

Los comienzos nunca son fáciles para las pequeñas empresas y menos cuando la economía no acompaña. Hasan, el impulsor del negocio, abrió durante los coletazos de la crisis de 2008, una época de austeridad en la que muchos decidían cortarse el pelo en casa. La situación era tan mala que algunos días entraban tan solo dos o tres clientes. Hasan vendió su coche y ahorró durante años como cocinero con el objetivo de emprender. Aunque, en realidad, lo hacía para su familia porque él no tenía conocimientos de barbería, su hermano Rachid estudió peluquería, por lo que fue el encargado de ponerse manos a la obra en el proyecto. Tras un año devastador, la familia comenzó a observar, por fin, los frutos de su esfuerzo.

Aprender el oficio

El primer peluquero de la familia es el mayor de los hermanos, Abdelhadi, que comenzó a trabajar en el sector cuando aún vivía en Marruecos. La familia emigró a Gran Canaria en busca de nuevas oportunidades, aunque Abdelhadi se reunió con ellos unos años más tarde. "Todos los hermanos vinieron y yo realmente tuve mala suerte porque era mayor de edad y no podría venir", detalla. Al llegar a la capital grancanaria trabajó en la hostelería y montó su propia peluquería en Vecindario, hasta que sus hermanos le pidieron ayuda. Rachid tuvo que mudarse a Inglaterra para entrenar, por lo que Abdelhadi le sustituyó. "Se fue para perseguir su sueño como boxeador, entonces el otro [Hasan] se quedó solo y necesitaba apoyo para que el negocio fuera bien", explica. Ahora, trabajan los dos hermanos, un sobrino y dos empleados, aunque cuando Rachid regresa a casa les echa una mano. "Para él es una forma de recordar dónde empezó", señala.

Desde entonces, ambos hermanos continúan con el negocio. Por su parte, Hasan aprendió el oficio y ahora se ha convertido en uno de los mejores. "Es un genio, le pones una cabeza y si él quiere en 10 minutillos te la deja niquelada", cuenta Abdelhadi. Atienden a clientes del barrio, pero también de La Aldea de San Nicolás, Santa Brígida o Tejeda, que se desplazan para ir a su peluquería. "Mientras cuides a la gente, ellos siempre van a repetir. Lo más difícil es ganar al cliente, perderlo es muy fácil, por eso el objetivo es siempre hacer el trabajo bien hecho", explica.

La céntrica ubicación y el turismo también han ayudado a despegar el negocio. Los turistas nórdicos en busca de calor y playa también pasan por la peluquería para arreglarse durante sus vacaciones, así como los turistas y residentes mauritanos que escogen Las Canteras. "El turismo del extranjero, de cualquier país viene a esta zona, porque la zona de ocio es por aquí", apunta.

Las modas

Las modas van y vienen, pero ahora lo más demandado es el corte degradado, tanto en la cabellera como en la barba. Por ello, trabajan mucho con la máquina y cada vez menos con tijeras, aunque están acostumbrados a usar ambos métodos. "Nosotros nos especializamos en cortes, barbas y cejas con navajas. Antiguamente hacíamos tintes, pero últimamente lo quitamos porque nuestra especialidad ya es la barbería", detalla Abdelhadi.

Peluquería Haz en Las Palmas de Gran Canaria

Peluquería barbería Haz, en Las Palmas de Gran Canaria / Andrés Cruz

"Los clientes se quedan por nuestra humildad, el trabajo bien hecho y el respeto porque el objetivo es dejar al cliente contento en temas de conversación y especialmente en el trabajo que haces", aclara el barbero. A Abdelhadi le encanta su profesión, para él lo mejor es que el local se convierte en un confesionario en el que los clientes sueltan sus preocupaciones. "Siempre hay que buscar el punto clave para que empiece la conversación porque hay clientes serios, otros que les gusta hablar, pero al final, todos terminan hablando y una conversación saca otra y otra, y no terminamos", cuenta entre risas.

Abdelhadi es el hermano que está más enfocado en el negocio actualmente porque Hasan trabaja a media jornada y luego atiende su empresa de cerrajería. Al final, el mayor de los hermanos fue el primero en interesarse por la profesión y el que ha seguido el ritmo del negocio. Su ilusión es que alguno de sus cuatro hijos también se interese por el sector, para que Haz siga viva tras la jubilación de sus fundadores. Aunque para eso queda bastante tiempo, por lo que mientras los hermanos siguen a pie del cañón con el cariño y la tensión habituales de gobernar una empresa familiar. En esta ecuación han sido fundamentales sus padres, que intervienen en los inevitables roces del trabajo con los seres queridos. "El respeto es lo más bonito entre la familia", destaca Abdelhadi.

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