La Princesa Leonor atraca bajo las velas del ‘Juan Sebastián de Elcano’

Es la primera visita oficial que realiza la futura Reina de España a las Islas y en la que debe compaginar su condición de heredera con la de guardamarina

La princesa Leonor, junto al resto de sus compañeros, visitan el Cuartel de Almeyda

La Provincia

Lucía Mora

Lucía Mora

El olor a pólvora y el sonido ensordecedor de los cañonazos disparados por los miembros de la Asociación Histórico Cultural La Gesta de 25 de julio de 1797 a primera hora de la mañana de ayer en el Muelle de Santa Cruz de Tenerife, anunciaron la llegada del buque–escuela Juan Sebastián de Elcano que comenzó a entrar por el muelle escoltado por la Guardia Civil.

Un atraque que el buque ha realizado en 62 ocasiones en la Isla. Esta vez bajo las imponentes velas y el dorado de la proa -parte delantera del barco- y junto a 76 guardamarinas, una alumna que captó la atención de todos aquellos tinerfeños, y también extranjeros, que se concentraron y aplaudieron su llegada: la Princesa Leonor. Se trata, además, de la primera visita oficial que realiza la futura reina de España a Canarias.

Costó encontrar a la heredera del trono español entre tanto uniforme y el sol de frente que deslumbraba más que el blanco impoluto que vestían los tripulantes. Sin embargo, y pese a la dificultad, se le pudo ubicar dada la peculiaridad que pocos compañeros alcanzan: las tres condecoraciones que luce en su uniforme. La primera de ellas es el pasador de la Orden de Carlos III –condecoración que se entrega por buenas acciones en beneficio de España y de la Corona–; la segunda es la del mérito militar –como recompensa a los miembros del Ejército tras la realización de diversas acciones y hechos–; y la última es la Gran Cruz de la Orden de Alfonso X El Sabio con la que se premia los méritos alcanzados en educación, ciencia, cultura, docencia e investigación. No es lo único. También porta una pequeña y discreta corona.

En el barco viajan 240 personas que forman parte de las promociones de Cuerpo General y de Infantería de Marina

En la zona central del buque y junto a sus compañeros de pie sobre los tranvías ­–plataforma elevada del buque– realizaron el saludo militar mientras sonaban marchas militares y pasodobles españoles interpretados por cinco tripulantes.

La Princesa conversaba con sus compañeros entre sonrisas cómplices a la espera de que el barco tocara tierra firme y estuviera bien anclado en el puerto para proceder al desembarque.

No fue hasta que recibieron la orden de romper fila cuando los guardamarinas se concentraron alrededor de la escalera que les bajaba a la cubierta principal. Todos seguían el mismo patrón. Se quitaban la gorra que le daban al compañero que ya había bajado y, de espaldas, procedían a bajar los tres altos peldaños de hierro.

Si algo sorprendió a los presentes, además de la sonrisa constante en la cara de la Princesa, fue la delicadeza, cortesía y ayuda que ofrecía a sus compañeros.

Una vez en la cubierta, accedió al interior de un buque en el que viajan 240 personas de las que algunos son parte de las promociones 427ª de Cuerpo General y 157ª de Infantería de Marina. En torno a 30 son mujeres; el resto hombres. Por megafonía, y cuando colocaban las rampas y aseguraban las 20 velas, de 48,7 metros de altura que porta el buque, sonaba un aviso por megafonía para navegantes: «son las 09:18 hora local». Tras ello, una cuenta atrás comenzaba para que los tripulantes cambiaran la hora en sus relojes justo a las 09:20 horas.

Casi un centenar de personas se congregó desde primera hora de la mañana para presenciar la llegada del buque

Apenas 15 minutos después, salían los guardamarinas del buque para colocarse en formación y acceder a una guagua que les llevó al Museo Histórico-Militar de Almeida, uno de los mejores centros de cartografía histórica de Canarias y que muestra armamento y objetos relacionados con la brillante actividad militar del Archipiélago.

Fue en este transcurso cuando se vivió uno de los momentos más emotivos de la jornada y, seguro, más entrañables para la tripulación. En torno a un centenar de personas, que acudieron a la llegada del buque, reconocieron a la Princesa, que se ubicó en una de las filas que daban para la valla que acotaba el recinto, y comenzaron a aplaudir al grito de «viva España», «viva la Princesa» o «guapa, Leonor».

Tras la visita al Museo, se trasladaron hasta el Palacio de la Capitanía General de Canarias donde el teniente general y jefe del Mando de Canarias, Julio Salom, recibió al comandante del buque, Luis Carreras-Presas do Campo.

La Princesa, pese a ser una alumna más en el buque–escuela, debe compatibilizar su condición de heredera de la Corona y de guardiamarina.

Por ello, tras almorzar con la tripulación, acudió a saludar a las autoridades que asistieron al almuerzo tradicional –organizado por el comandante– dentro del buque. En él estuvieron presentes la presidenta del Parlamento de Canarias, Astrid Pérez; el alcalde de Santa Cruz, José Manuel Bermúdez; el general jefe del Mando de Canarias, teniente general Julio Salom; el almirante del Mando Naval de Canarias, Santiago de Colsa Trueba; la presidenta del Cabildo de Tenerife, Rosa Dávila; el subdelegado del Gobierno en Tenerife, Javier Plata; y el comandante naval de Santa Cruz, José María Fernández.

Visitas gratuitas al buque

La población que quiera conocer el interior del Juan Sebastián de Elcano podrá acceder, de manera gratuita, durante el sábado y domingo. En concreto, las visitas del público podrán hacerlo de 09:30 a 14:00 horas y de 15:30 a 20:00 horas.

La joven destaca entre sus compañeros por las tres condecoraciones militares que luce en su uniforme naval

Primer atraque de la travesía

Una vez se despidan de Santa Cruz de Tenerife el lunes, la joya de la Armada hará una escala en el Arsenal de Las Palmas de Gran Canaria el 21 de enero. Después, continuarán su rumbo hasta el 21 de julio, en que regresará a Cádiz tras haber desembarcado, en la escala que realizará en la Escuela Naval Militar de Marín entre los días 14 y 17 de julio, a los 76 guardamarinas de las promociones 427º de Cuerpo General y 157º de Infantería de Marina.

Dos misiones principales

El buque tiene dos misiones principales: la formación integral de los guardamarinas –marinera, militar, social y humana–como parte del tercer curso de sus cinco años de formación en la Escuela Naval Militar y el apoyo a la acción exterior del estado en aquellos puertos que visita.

El Crucero de Instrucción lleva al buque-escuela a realizar 10 escalas, 8 de ellas en el extranjero, y tras abandonar Santa Cruz de Tenerife, continuará navegando a Las Palmas de Gran Canaria, Salvador de Bahía (Brasil), Montevideo (Uruguay), Punta Arenas y Valparaíso (Chile).

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