Manuel Padrón, anterior gestor del hotel Santa Catalina: "La reforma está bien, lo malo es el fondo"
El presidente del grupo Juan Padrón presentará un nuevo recurso contencioso-administrativo contra la adjudicación al grupo Barceló

El empresario Manuel Padrón, presidente del grupo Juan Padrón, en la Avenida Marítima. / Andrés Cruz

¿Cómo empieza el pleito por el hotel Santa Catalina?
Nosotros en el Santa Catalina estuvimos desde 1994 hasta 2017, los 20 años de arrendamiento. Cuando estaba inminente la fecha de vencimiento de mi contrato, el Ayuntamiento iba sacando un concurso y un proyecto de ideas porque buscaban que el hotel tuviera una marca reconocida. Pablo Barbero, que fue nuestro casero y era un gran profesional, me ayudó a ir a Fitur y hablar con operadores nacionales de grandes marcas para buscar un compañero de viaje. Con el grupo RIU, preparamos nuestro proyecto y lo presentamos. Entre los candidatos estaba el grupo Martinón, que metía en el proyecto una ampliación de 30 o 50 habitaciones más y lo descalificaron porque eso no cumple con la ficha. En 2017, no estando de acuerdo con la adjudicación, presentamos un recurso al Tribunal Administrativo de Contratos Públicos para que parara la entrega. Contestaron tarde y diciendo que ellos no son competentes porque lo que estoy reclamando es un contrato de arrendamiento de industria, así que se salieron porque ya no es un concurso público y me mandaron por la vía civil.
Ahí el caso pasó a los juzgados, en una batalla que ya lleva siete años.
Por supuesto. A raíz de esa respuesta del Tribunal Administrativo de Contratos Públicos, nosotros nos vamos al Tribunal Superior de Justicia de Canarias. El TSJC decía que yo no tenía legitimidad para ir solo a la denuncia y durante casi siete años he estado luchando para que se me reconozca la legitimidad para presentarme solo. Y, después de haber estado en el Tribunal Superior de Justicia de Canarias y en el Supremo, me dan la razón en mayo del año pasado. Sin embargo, a finales de noviembre, el tribunal especial volvió a hacerme la misma jugada.
¿Cuáles son las irregularidades que denuncia?
Nosotros estamos diciendo que el proyecto del hotel de Barceló no cumple con la ficha urbanística. Entonces, ¿qué hacen? Abren la ficha urbanística para poder darle entrada. Cuando yo estoy diciendo que no cumple la ficha, lo tenían que haber descalificado, como hicieron con los señores de Martinón. Ellos se despachan con que no pueden entrar en el tema urbanístico porque es un asunto municipal, pero es que yo le digo: ¿Qué fue primero, la gallina o el huevo? Había un concurso que decía que si el proyecto que presenta no cumple con la ficha urbanística tiene que ser descalificado. Este señor del tribunal especial, Pedro Gómez, pregunta qué interés legítimo tengo yo después de siete años y siendo el cuarto. Pero han sido siete años porque me he tenido que estar defendiendo tanto de ellos como del TSJC. Y quién dice si el segundo o el tercero no quieren seguir con el concurso. Yo lo que quiero es que esto vuelva a su inicio y empezar de nuevo. No sé lo que tienen que hacer, pero me siento atacado y defraudado por la manera en que el tripartito de aquella época del Ayuntamiento me atacaba personalmente a mí, a mi grupo y también a mi padre fallecido. Esa es mi pelea.
"No se trata de que yo quiera ganar más dinero porque el Santa Catalina nunca fue rentable"
El último paso que ha tomado es presentar un recurso contencioso-administrativo.
Sí, ya he presentado el anuncio y ahora estoy pendiente de que me den toda la documentación. Yo personalmente seguiría adelante, pero me debo a mi grupo familiar y a mi consejo porque ahora sí entramos en costas y esto puede reventar en positivo o en negativo. No se trata de que yo quiera ganar más dinero con esto, ni mucho menos, porque Santa Catalina nunca fue rentable. La inversión que hizo mi padre no se llegó a recuperar, pero el hotel era como nuestra casa. Como yo siempre he dicho, era el salón de estar de toda la ciudad e iba todo el mundo, se celebraban bodas, eventos y para la gente era un punto de reunión. Hoy no, hoy es un hotel de ciudad turístico y, si vas allí, verás que todos los que vienen son extranjeros. Esta gente está ganando lo que no está escrito, pero me alegro de que así sea.
¿En qué sentido cree que las reformas incumplieron las bases del concurso?
El proyecto, que ya de por sí no cabía en la ficha urbanística, no se parece en nada a lo que se ha hecho en el hotel. Hay una serie de habitaciones en el ala norte que se han hecho donde antes había oficinas, almacenes, vestuarios, lavanderías y cosas de mantenimiento. Han hecho muchas más habitaciones de las que había en el concurso, que creo recordar que eran 180, y han hecho 202. Han hecho un bloque que no tiene nada que ver con el proyecto, es un añadido. Mi lucha es que me siento engañado, que la justicia no funciona y hay un tema público, porque el hotel Santa Catalina es del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, aunque esté a través de la sociedad Hotel Santa Catalina S. A., a la que ahora han cambiado el nombre.
Ustedes venían de gestionar el hotel durante más de 20 años, pero la crisis económica de 2008 causó estragos.
Primero, del año 1994 hasta 1997 fue la reforma, del año 2000 al 2002 la crisis y del 2007 al 2008 otra crisis. En aquella época, la ciudad no era lo turística que es hoy. Después de Semana Santa hasta septiembre era temporada baja, sin ingresos prácticamente. Los eventos mantenían un poquito, pero era el hotel de la ciudad y no podía subir el precio. Después venía septiembre, la temporada alta, y hasta antes de Semana Santa eran meses buenos. Nos tuvimos que marchar con el casino en el 2010 porque el Ayuntamiento fue incapaz de negociar con nosotros un mantenimiento o una rebaja de la renta que pagábamos, de cerca de 700.000 euros. Hoy, todo el recinto del hotel cuesta 600.000 euros. Además, Pedro Quevedo siempre me achaca que pagábamos 18.000 euros de renta. Sí, por el hotel tras una inversión de 3.000 millones mientras pagábamos casi 700.000 euros por el casino.
"Nos tuvimos que marchar del casino en 2010 porque el Ayuntamiento fue incapaz de negociar"
¿Por qué ha decidido seguir adelante con el procedimiento?
Porque estoy cansado de que las cosas funcionen de esta manera y, si hay unas reglas de juego, hay que cumplirlas. Sobre todo el señor Quevedo, que dice que ha hecho un concurso pulcro y, como no estoy de acuerdo con él y hay unas reglas de juego, vamos a ver qué pasa. Sé que en este momento, después de siete años como me dice el Tribunal Especial, las cosas están consolidadas y no se puede reparar el daño que me han hecho a mí, que es un daño moral, pero el daño económico puede ser fuerte si sigo adelante, que voy a seguir porque estoy cansado de que se rían de mí. Me siento engañado y defraudado. ¿Por qué me tiran diciendo que cuando tenía el hotel era una pensión, que estaba todo tirado? Todo eran reproches. Cállate y sigue para adelante, no me metas así. Ahora ya voy al hotel y no me salen sarpullidos ni nada.
¿Cómo ve el futuro del Hotel Santa Catalina?
La reforma del hotel Santa Catalina, ya lo he dicho en muchas ocasiones, está bien. El hotel está funcionando bien, a mí me gusta cómo lo han dejado. Lo que está mal es el fondo de cómo se llegó a esto y esa es la gran pelea que tengo. Después que estos señores disparen como disparen. Sobre todo el señor Quevedo, al cual le tengo un profundo desprecio.
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