Este es el 'brunch' con muffin ibérico de Las Canteras que no te puedes perder

La cafetería Hygge oferta una carta con inspiración canaria, nórdica y argentina para ‘brunch’ y cenas

Cafetería Hygge

La Provincia

Las Palmas de Gran Canaria

Hygge es una palabra danesa que significa encontrar la felicidad en las pequeñas cosas, sentirse tranquilo y a gusto. Cada persona tiene su propia definición de cómo encontrar esa paz, pero para los cinco fundadores del nuevo gastrobar de Las Canteras, es frente a un fogón. Por ello, ese término nórdico era perfecto para nombrar su nuevo proyecto de restauración que se cocinó lentamente al fuego de una amistad surgida en Oslo. Algunos de los platos más destacados son el muffin ibérico casero o las papas rotas con espuma de mojo.

Más de 4.000 kilómetros separan a la capital noruega de Las Palmas de Gran Canaria, concretamente del Paseo de Las Canteras, 43, donde se ubica la cafetería restaurante. Sin embargo, la historia de este local comienza en el frío noruego. Alberto Gómez, Rodrigo Macías, Darío Molina, Miguel Casado y Fabricio Campetelli se hicieron amigos en la diáspora, después de que cada uno de ellos siguiera su espíritu viajero. Los cinco tenían en común una fuerte pasión por viajar y conocer nuevas latitudes. Todos se dedicaban a la enfermería excepto Campetelli, que trabajaba como cocinero en el Cru Vin & Kjøkken, un restaurante de inspiración inglesa reconocido en la guía Michelin. 

Los inicios

Estudió cocina como hobby, ya que su profesión universitaria era la de administración y contabilidad. Sin embargo, cansado de la rutina de una oficina, cambió las grapadoras y la calculadora por el delantal. Aunque viajó a Dinamarca con la intención de seguir trabajando como oficinista, el destino tenía otros planes para él y acabó en una cocina, donde encontró su pasión y su primera escuela. «Lo más lindo de la cocina para mí es esa sensación de incertidumbre antes de que alguien pruebe un plato tuyo, y luego cuando ves la sonrisa en alguien comiendo algo que vos hiciste con tanto esmero», apunta Campetelli. 

Muchas de las técnicas que aprendió en restaurantes de alta categoría las ha reflejado en la carta del Hygges. «Hacemos espuma, infusiones en salsas, y los platos tienen ese toque que les puedo dar con lo que aprendí anteriormente», afirma. Sigue la filosofía nórdica de «trabajar producto local y potenciarlo con técnicas culinarias de distintos lugares». Por lo tanto, es una carta con fusión de gastronomía nórdica, canaria, argentina y de otras latitudes. «Un claro ejemplo de eso es cómo trabajamos nosotros las papas rotas, no tenemos unas papas arrugadas típicas canarias porque eso no queríamos tocarlo. Lo que hacemos es cocinarlas, romperlas, freírlas y hacemos una espuma de mojo», detalla el cocinero. También destaca el muffin ibérico casero acompañado de salsa criolla con mango y arriba de todo una espuma de holandesa con crujiente de jamón. Otro ejemplo de las influencias españolas, latinas y nórdicas.

Producto fresco

Cuentan con dos cartas, una de brunch (desayuno y almuerzo) y otra para las cenas. Además, cada día incluyen platos especiales con los productos frescos que encuentran. «Esta semana me trajeron una burrata de un productor que hace burrata típica de Italia, pero acá en Canarias, y ya tengo ganas de meterla en un plato, entonces, esta semana voy a estar probando», explica Campetelli. Cada tres o cuatro meses cambian el menú para variar las opciones. «Nuestro menú tiene una sola página, que no quita que sean bastantes platos, pero son platos que se busca trabajar con productos de calidad, frescos y que están en estación», señala. También cuentan con una carta de vinos procedentes de Argentina, Canarias y la Península. La carta de cócteles la trabajan con un aguardiente escandinavo, hecho de papas que se madura en una travesía de barco. 

Aunque el resto de compañeros se dedicaban al sector de la salud, pronto se adaptaron al proyecto hostelero. Tenían en común que estaban cansados de trabajar para otros y querían emprender. «Ellos también buscaban cosas nuevas, descubrir, ser creativos, y en este proyecto encontramos esa creatividad todos juntos», explica Campetelli. Cada uno tiene una función, algunos se dedican al café, otros al vino, a los cócteles o a las gestiones. «Todos queríamos esa motivación extra y ya veníamos pidiendo un proyecto nuestro», añade. Con ese objetivo escogieron Canarias, ya que uno de los socios vivía en la capital grancanaria y agradecían un cambio de clima. «Empezamos a tocar todos los contactos, para ver qué zona podía ser la más adecuada, porque empezamos a pensar en el local, pero con el concepto del nombre siempre presente», cuenta. Y estar junto al mar era para ellos la definición perfecta de un lugar donde encontrar la felicidad, es decir, hygge.

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