El Náutico tendrá que pagar 6,8 millones al Puerto para comprar el suelo de su sede

La Autoridad Portuaria inicia la enajenación de los terrenos que ocupan las canchas, la piscina, el solárium y parte de su edificio principal

Imagen de la fachada del Club Náutico

Imagen de la fachada del Club Náutico / Andrés Cruz

Las Palmas de Gran Canaria

Ya hay precio de venta. El Real Club Náutico de Gran Canaria tendrá que pagar 6,8 millones de euros al Puerto de Las Palmas para hacerse con el suelo que ocupa su sede y garantizar así su futuro y su continuidad en la esquina septentrional de la playa de Las Alcaravaneras.

El consejo de administración de la Autoridad Portuaria tiene previsto dar el visto bueno este jueves al inicio del procedimiento para la enajenación de esta parcela de casi 10.000 metros cuadrados situada en la bahía de Las Palmas de Gran Canaria.

Con este acuerdo se da un paso definitivo para concluir con un proceso que fue iniciado por la institución portuaria -presidida entonces por Luis Ibarra- en 2021 con la petición a la Demarcación de Costas de la declaración de innecesariedad de este suelo y, posteriormente, en 2022, la autorización del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana para la desafección de la parcela para su inscripción en el Registro de la Propiedad.

Recuperación inviable

En concreto, la parcela que se pretende vender a esta entidad social y deportiva mide 9.965 metros cuadrados que lindan con la Base Naval, el acceso a la playa de Las Alcaravaneras y el dique de abrigo, el Muelle Deportivo y el suelo que ya pertenece al Náutico, y que está ocupada por las canchas, la piscina, el solárium y parte del edificio principal del club que están «integrados totalmente el tejido urbano» según el informe de la Demarcación de Costas en Canarias para apoyar esta iniciativa.

Piscina del Club Náutico de Gran Canaria

Piscina del Club Náutico de Gran Canaria / Andrés Cruz

El informe de esta admnistración contemplaba asimismo que la zona que quiere enajenarse está separada por una explanada de varada y un dique en forma de L que da abrigo a los cuatro pantalanes flotantes que gestiona el club. Esto, aseguraba, hace «inviable» la recuperación de los terrenos para el Puerto de Las Palmas o para destinarlo al uso público, para lo que «no resultan ser tampoco necesarios».

Además, es un espacio englobada en el proyecto Puerto-Ciudad, lo que brinda, por otro lado, una ventaja al Náutico, que ve reducida su cuota por la ocupación de esa parcela.

La solución

La enajenación de este suelo es la solución definitiva que ha encontrado la Autoridad Portuaria para garantizar el futuro del Real Club Náutico, puesto que la concesión de su uso finalizará dentro de dos años. De esta manera, se asegura la continiudad de esta entidad en esta zona de la capital grancanaria, un lugar al que llegó a finales de los años 50 después de cambiar el Muelle Santa Catalina por Las Alcaravaneras, obligada por el crecimiento del Puerto de Las Palmas.

El traslado se realizó a los antiguos talleres del tranvía, en la playa de Las Alcaravaneras, un espacio que ya es propiedad del Náutico, por lo que con esta operación que validará el consejo de administración de la Autoridad Portuaria este jueves, sino hay imprevistos, la entidad se hará con el resto del suelo que ocupa.

Pese a que inicialmente, en 1966, se le concedió el derecho de ocupar una parcela de 7.567 metros cuadrados, con el paso de los años este suelo ha ido incrementándose a medida que el club ha ido ampliando sus instalaciones.

Como la tasación de los terrenos es superior a los tres millones de euros, la Autoridad Portuaria debe contar con la autorización de Puertos del Estado para su enajenación y esta institución podrá imponer condiciones añadidas. Eso sí, al ser una cifra inferior a los 18 millones, se ahorra el trámite de llevar la propuesta al Consejo de Ministros.

Procedimiento similar al Metropole

El procedimiento que sigue la Autoridad Portuaria con el Real Club Náutico es similar al acuerdo que suscribió en 2003 con el Metropole, que compró la parcela sobre la que se asienta el club por un millón de euros. Para ello, la entidad solicitó una hipoteca que se pagó en 15 años gracias a las derramas que abonaron los socios.

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