Un barco partido en dos y 587 contenedores: la increíble operación que cambió el Puerto de Las Palmas para siempre

El 'MSC Carla' protagonizó en 1997 una espectacular operación de salvamento cerca de Azores y el recinto de Las Palmas de Gran Canaria fue elegido para manejar su carga

El manejo exitoso de esta situación reportó unos ingresos inmediatos de aproximadamente 50 millones de pesetas

El rescate consolidó la confianza de MSC en el Puerto de Las Palmas

La popa del MSC Carla, en medio del Atlántico a finales de 1997.

La popa del MSC Carla, en medio del Atlántico a finales de 1997. / LP/DLP

La Provincia

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Las Palmas de Gran Canaria

Era el 25 de noviembre de 1997 cuando el portacontenedores panameño MSC Carla, una imponente nave de 289 metros de eslora, se partió en dos cerca de las islas Azores. La noticia resonó en el mundo marítimo: una fractura inusual que puso a prueba la capacidad de respuesta de los puertos más relevantes del Atlántico. Sin embargo, sería el Puerto de Las Palmas, en Las Palmas de Gran Canaria, el que asumiría el desafío de recibir y gestionar la operación de salvamento más espectacular de la década.

La llegada de medio barco que marcó un hito

El 16 de diciembre de 1997, la popa del MSC Carla, remolcada por el poderoso buque ruso Fotiy Krylov, llegó a las aguas de Gran Canaria. Esta mitad flotante, que conservaba intactas sus bodegas 6, 7, 8 y 9, transportaba 587 contenedores con mercancía general valorada en más de 20.000 millones de pesetas. El operativo de rescate, liderado por la empresa griega Tsavliris, implicó recorrer 2.000 kilómetros desde el Atlántico norte hasta las Islas Canarias.

El Puerto de Las Palmas se impuso a otros aspirantes como Lisboa, Algeciras y Casablanca gracias a su experiencia, infraestructura y la estrecha relación con la compañía Mediterranean Shipping Company (MSC). La operación, que movilizó cinco remolcadores, dos embarcaciones de apoyo y cerca de un centenar de hombres, culminó con el amarre exitoso del buque en la terminal de Opcsa.

El impacto económico y la transformación portuaria

El manejo exitoso de esta situación reportó unos ingresos inmediatos de aproximadamente 50 millones de pesetas para el puerto, involucrando servicios de remolque, estiba, reparaciones y aseguradoras. Pero el verdadero impacto fue mucho más profundo.

La popa del MSC Carla, atracada en el Puerto de Las Palmas para la operación de transbordo.

La popa del MSC Carla, atracada en el Puerto de Las Palmas para la operación de transbordo. / LP/DLP

El rescate del MSC Carla consolidó la confianza de MSC en el Puerto de Las Palmas, lo que llevó a la compañía a establecer una presencia permanente en el recinto portuario. En los años siguientes, el tráfico de contenedores creció exponencialmente, convirtiendo al puerto en uno de los principales nodos logísticos del Atlántico. Las inversiones en infraestructura, como la ampliación de la propia terminal de Opcsa, respondieron a la creciente demanda de servicios portuarios especializados. De hecho, la compañía acaba de instalar dos megagrúas para atender a los mayores buques del mundo y espera contar próximamente con otras dos.

Un legado de excelencia

Más allá de la espectacularidad de la operación, el MSC Carla representó el punto de inflexión que transformó al Puerto de Las Palmas en un referente global. La capacidad de gestión de crisis, la profesionalidad de sus equipos y la infraestructura de primer nivel colocaron al puerto en el mapa internacional.

Hoy, más de dos décadas después, el eco de aquella operación sigue resonando entre los muelles de La Luz. No fue solo una hazaña logística; fue el comienzo de una era de crecimiento y liderazgo marítimo que definió el futuro de la economía portuaria en Canarias.

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