Las Canteras llora a Tito Montesdeoca, uno de los hermanos Momo

El fallecido era miembro de una saga que salvó a más de 300 personas de morir ahogadas

Tito Montesdeoca.

Tito Montesdeoca. / Vanessa Montesdeoca

Tino Armas

La tristeza recorre la orilla de la Peña la Vieja; ha fallecido Tito Montesdeoca Santana, el segundo de los hermanos Momo.

Nacidos en la calle Portugal, muy cerca de la playa, cuando la pleamar de los grandes rebosos llegaba a su portal, Benito (Tito), al igual que sus hermanos, creció con la mar como compañera inseparable.

Desde niños, demostraron una habilidad innata para predecir los temporales y entender las corrientes de la Bahía de El Confital. Ya adultos, en los años del boom turístico, y como responsables del salvamento, salvaron innumerables vidas entre las décadas de 1960 y 1990.

Tito, reconocido como Playero de Honor de la playa de Las Canteras, siempre restó importancia a sus hazañas. Sin embargo, se estima que, junto a sus hermanos, el añorado Momo y Ramónrescató a más de 300 personas, muchas de ellas turistas.

Homenaje a los hermanos Momo, con dedicatoria de una plaza a su nombre en reconocimiento a su labor.

Homenaje a los hermanos Momo, con dedicatoria de una plaza a su nombre en reconocimiento a su labor. / Vanessa Montesdeoca

Homenaje

Su labor altruista no pasó desapercibida. En 2017, la ciudad les rindió un merecido homenaje, a petición de la web Mi Playa de Las Canteras, al inaugurar la Plaza de los Hermanos Momo en el tramo peatonal de Olof Palme con la avenida de Las Canteras. Este reconocimiento perpetúa su legado y recuerda a todos la importancia que ha tenido la familia Montesdeoca para Las Canteras y sus usuarios durante décadas.

Hoy, todos lloramos la partida de Tito, pero su espíritu y dedicación perdurarán en cada rincón de nuestra playa.

Despedida de la playa

Como dice Manolo Monteiro, un hombre que navegó de niño junto a él en la costa africana durante las campañas de pesca, al enterarse del fallecimiento de Tito: “Se fue en medio de unas grandes mareas y un precioso reboso, como si la playa lo hubiera despedido con un gran espectáculo”.

Y es que Benito Montesdeoca enseñó a toda una generación de playeros —incluido quien escribe estas sencillas líneas— a comprender el mar, a sentir su respiración y, sobre todo, a respetarlo. Fue un gran maestro para muchos, dejando una huella imborrable en quienes tuvieron el privilegio de aprender de él.

Descansa en paz, querido Tito.

Un abrazo afectuoso para toda la familia Montesdeoca, una familia que es, en el fondo, la de todos los playeros de la Peña la Vieja.

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