El Cabildo reclama al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria que limpie el Guiniguada

El Consejo Insular de Aguas hizo un requerimiento en la primera quincena de febrero tras una denuncia ciudadana en este periódico

Basura y escombros en el barranco de Guiniguada

La Provincia

Las Palmas de Gran Canaria

El Cabildo ha enviado un requerimiento al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria para que limpie el tramo urbano del cauce del barranco Guiniguada. Fuentes del Consejo Insulas de Aguas señalan que solicitaron al Consistorio esta actuación en la primera quincena de febrero, poco después de que colectivos vecinales y ciudadanos a título individual denunciaran en este periódico la situación que padece la zona en torno a los puentes de la GC-110.

Desde este organismo señalan que este tramo del barranco Guiniguada, entre el Pambaso y las bóvedas bajo la autovía que separa Triana de Vegueta, se trata de un cauce canalizado de manera artificial. De esta manera, el Plan Hidrológico de Gran Canaria establece en sus artículos 41, 42 y 45 que son los ayuntamientos los que tienen que velar por la limpieza y conservación de ese tipo de cauces al estar urbanizados.

Desde el Ayuntamiento señalan que la limpieza de este cauce público le compete a Emalsa, empresa mixta que gestiona el ciclo integral del agua en la ciudad. Al cierre de la edición, este periódico seguía sin respuesta de la compañía.

Canalización del barranco

La canalización del barranco Guiniguada en su último kilómetro, previo a su desembocadura en el mar, data de principios de los años 70, de cuando se realizó la autovía homónima entre Tafira y el casco histórico de Las Palmas de Gran Canaria, una actuación que supuso un cambio claro en la fisonomía de este cauce público en este tramo -y que ha sido largamente criticada desde entonces por el impacto que supuso-.

La estructura de hormigón está compuesta por cuatro bóvedas con una capacidad máxima para desaguar hasta 520 metros cúbicos de agua, un 25% más de la máxima avenida centenaria previsible, además de una zona previa de unos 400 metros donde el cauce está delimitado por pantallas y los últimos metros enlosado, donde se forma un vaso a modo de amortiguación -hoy cubierto por toneladas de lodos, fruto de escorrentías continuas durante años-.

La zona, cubierta por vegetación propia de este barranco -con palmeras canarias, tabaibas o vinagreras-, se ha convertido en un auténtico vertedero. Al estar poco frecuentada por senderistas, ciclistas o vecinos y dada la cercanía al punto limpio de El Batán, hasta allí llegan sacos de escombros en grandes cantidades, además de muebles o electrodomésticos.

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