Los negocios de la calle Cano critican la falta de consenso para limitar las terrazas

Los empresarios de la calle Cano, en Las Palmas de Gran Canaria, reprochan que el Ayuntamiento no se haya sentado con ellos antes de publicar la nueva distribución que limita la disposición de las terrazas. La nueva regulación se publicó el viernes 11 de abril y reduce el espacio en el que los negocios pueden ocupar las aceras, un cambio que acarreará consecuencias en los beneficios de las empresas afectadas. Por ello, han pedido una reunión con el Consistorio capitalino para solicitar información sobre este cambio. "Nos sorprende que no se nos haya hecho partícipes", expresa el presidente de la Zona Comercial Abierta de Triana, Marc Llobet.

Los empresarios reclaman que esta medida se tendría que haber informado con anterioridad a los afectados, que son 10 restaurantes, de los 11 que hay en total en la vía. Con la nueva medida, Cano se divide en tres sectores y cada uno de los comercios tiene un espacio de 0,80 metros de ancho para ocupar. Esto significa que tendrán que reducir el número de mesas e incluso que podrá desaparecer el servicio para cuatro personas en el exterior. Ante este escenario, la asociación de empresarios tiene previsto reunirse con el Ayuntamiento este jueves para conocer la medida al detalle sin "interpretaciones erróneas". "En la distribución previa se habla de unos informes que se han realizado por parte del Ayuntamiento y nos gustaría tener acceso a esos informes y entender en qué se basan", expone Llobet.

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Favorecer la movilidad

Según el Consistorio capitalino la nueva disposición pretende favorecer la circulación de los peatones y el acceso a los servicios municipales y de emergencia. En cambio, los empresarios prevén una merma en su rendimiento por los plazos a contrarreloj a los que están sujetos para adaptarse. En el Boletín Oficial de Las Palmas se resuelve que los negocios tendrán un mes para llevar a cabo el nuevo reglamento. "Están quitando el 50% de las terrazas a la restauración y dan un plazo de un mes en pleno abril, me parece que es una falta de sensibilidad alucinante de la realidad empresarial", lamenta.

La asociación está trabajando en cuantificar el impacto económico de la medida. "Si te reducen tu terraza a la mejor te sobra un camarero", expone Llobet la situación a la que están expuestos los propietarios. Muchos de los afectados llevan años instalados en esta calle, por lo que un plazo de un mes les resulta drástico. "Nosotros entendemos que tiene que haber una organización y ha habido casos de hosteleros que no han cumplido y han invadido la zona perjudicando el paso, pero consideramos que esta no es la manera de hacer las cosas", apunta el presidente.

El ruido: el detonante

De hecho, algunos restaurantes ya habían sido sancionados en los últimos años por superar el espacio permitido en la vía pública. Aunque el detonante para declarar la calle como zona saturada de terrazas fue la denuncia por ruidos presentada por algunos vecinos y la Asociación del Daño Cerebral Adquirido Gran Canaria en 2023. Algo similar sucedió en la calle Joaquín Costa, aunque en este caso la denuncia vecinal provocó que los empresarios tuvieron que adelantar la hora del cierre a las diez de la noche, -dos horas antes que en otras zonas de la ciudad- para favorecer el descanso de los vecinos. Una limitación horaria que finalmente fue anulada por los tribunales.

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Además de la reubicación de las mesas, la regulación también estipula el tipo de mobiliario que se puede utilizar al limitarlo a mesas, sillas y parasoles, prohibiendo el uso de paneles separadores o paravientos. A su vez, las áreas de ocupación deben estar señalizadas mediante un elemento adherido al suelo en forma cuadrada de color similar al pavimento que indicará la anchura y longitud que deben ocupar las terrazas.

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