Las farmacias recuperan la normalidad tras la caída del sistema: "Había gente que necesitaba la medicación y no se la pudo llevar"

Los clientes de las farmacias canarias tuvieron que sacar dinero en efectivo o esperar a la madrugada para comprar sus medicamentos

Los comercios canarios experimentaron el corte de las telecomunicaciones durante el apagón peninsular

Joel García trabaja en la farmacia de Juan Rejón, que estuvo de guardia durante el apagón.

Joel García trabaja en la farmacia de Juan Rejón, que estuvo de guardia durante el apagón. / LP/DLP

Las Palmas de Gran Canaria

Las Palmas de Gran Canaria se despertó hoy con la resaca de la caída de las telecomunicaciones. Sin duda, era el tema del día en las terrazas y bares, así como entre los vecinos que se encontraban en la calle. En muchos comercios de Canarias, los datáfonos y los sistemas operativos dejaron de funcionar durante la tarde del lunes. Las farmacias, un servicio básico, notaron el apagón de comunicaciones a partir de las 20:00 o 20:30 horas. Les pilló a todos de improviso y muchos clientes se fueron con las manos vacías al no tener efectivo. "Nos pasó lo mismo que a todos. Había gente que necesitaba la medicación y no se la pudo llevar", comentó la titular de la farmacia de Cruz de Piedra, María Luisa Plasencio.

La farmacia, ubicada en la calle Francisco Pedro Rivero, no pudo dispensar recetas hasta medianoche. La farmacéutica detalló que al ser un barrio pequeño en el que los clientes son habituales, se fueron de la farmacia "tranquilos", al saber que lo tendrían al día siguiente reservado. "Los que necesitaban urgentemente los medicamentos fueron a medianoche a comprarlos, aunque la mayoría vinieron hoy por la mañana", reflejó.

"Fue un caos", recuerda Joel García, trabajador de la farmacia que estaba de guardia esa noche en Juan Rejón. "La gente venía con las recetas y les teníamos que explicar que no podíamos entrar al servidor del Servicio Canario de Salud", explicó García. Aquellos que iban a buscar medicamentos sin receta y no tenían efectivo no pudieron hacer sus compras, por ello muchos optaron por sacar dinero de los cajeros cercanos donde se formaron colas. "Tenemos que agradecer que la gente fue muy comprensiva y entendieron que no era un problema nuestro y que no podíamos hacer nada", comentó. Hasta las tres de la mañana no consiguieron recuperar el servicio, por lo que toda la noche estuvieron inoperativos. En la apertura del lunes los clientes se agolparon en la puerta, una estampa poco habitual. Fue entonces cuando pudieron comprar por fin sus pedidos, que habían sido cancelados el lunes.

Los clientes de las farmacias que no estuvieron de guardia y no necesitaban el producto de forma urgente esperaron al día siguiente. Es el caso de la Farmacia Giner, que al cerrar a las 20:30 horas solo afectó a la última compra del día, que no se llegó a efectuar.

Cajeros

Los cajeros automáticos eran hervidores de gente a la mañana siguiente del apagón. Desde la pandemia de Covid-19, cuando se recomendó el pago con tarjeta para evitar el contacto, este método está cada vez más al alza. Cada vez son menos los que llevan efectivo en el bolsillo, por lo que para muchos pagar en los comercios fue imposible durante el lunes por la tarde. Con el fin de evitar la incomunicación algunas personas se dirigieron a los bancos para sacar dinero ante nuevos imprevistos. "No sabemos lo que puede pasar", consideró Angie Tarrazan en el BBVA.

Natalia Hernández sacaba efectivo de CaixaBank en Schamann porque su autoescuela no tenía operativo el sistema todavía. "Me pidieron que me acercara al banco, pero yo iba a sacar dinero de todas maneras por si las moscas", afirmó. "Vi por televisión lo que pasaba y cuando salí a la calle a las 19:00 horas no tenía internet, así que no podía hablar ni mirar los horarios de las guaguas", destacó.

Precisamente los cajeros eran un punto de confusión, ya que alguno no funcionaba durante la mañana. En Santander de Mesa y López uno de los cajeros estaba siendo "reseteado como cada mañana", pero algunos clientes pensaron que serían los problemas de conexión. "Me dio dinero, pero no ingresa y como no me fío quiero esperar para ver mi cuenta del banco", afirmó Efraín Campoverde, que todavía no había recuperado la cobertura durante la mañana del martes.

En otro cajero, Bassirou Ba estaba en busca de uno que funcionara después de que una pantalla le indicara que no le podía atender en ese momento. Una mujer le indicó el que sí funcionaba y pudo hacer sus operaciones. Ba trabaja en una pizzería en Arucas que no obtuvo pedidos porque se cayó el sistema. "Trabajamos en el servicio a domicilio y no pudimos hacer nada, nos quedamos la noche mirándonos las caras los unos a los otros", apuntó.

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