Adiós a un árbol emblemático de Las Palmas de Gran Canaria: talan el tulipanero de La Luz

El tulipanero de Gabón situado junto a la iglesia de La Luz, en La Isleta, ha sido talado tras varios años gravemente enfermo

El tulipanero de la iglesia de La Luz en 2012 y 2021.

El tulipanero de la iglesia de La Luz en 2012 y 2021. / Googles Maps

Las Palmas de Gran Canaria

Durante más de cinco décadas, un ejemplar de tulipanero de Gabón (Spathodea campanulata) presidió la entrada a la iglesia de La Luz, en Las Palmas de Gran Canaria. El árbol, que se había convertido en todo un emblema para el barrio de La Isleta por su colorido porte, fue talado el mes pasado tras no superar un larga enfermedad que llevaba carcomiéndolo desde hacía varios años, según han explicado fuentes cercanas a la parroquia matriz del Puerto.

«Desde la parroquia hicimos todo lo posible, estuvimos dándole vitaminas y cuidándolo», señala Alberto Trujillo, interiorista y fiel colaborador en el templo mayor del Puerto. «Dimos parte en numerosas ocasiones al Ayuntamiento de la situación en la que estaba», añade. Desde el área de Parques y Jardines venía recibiendo ayuda desde hace al menos tres años, pero fue insuficiente.

El árbol llevaba varios años presentando un aspecto deplorable. Casi sin hojas, salvo algunos retoños que daba esperanzas de cuando en cuando, este ejemplar exótico originario del África trópical sufrió en sus últimos tiempos el embate de las obras. A un lado, los trabajos de restauración y remodelación de la fachada de la iglesia de La Luz, al otro, los de un hotel en la calle Juan Rejón, además de estar en una calle con numeroso tráfico contaminante.

Trujillo explica que fue un familiar suyo quien hizo posible la existencia de este ejemplar a los pies de la iglesia de La Luz. «Domingo Angulo fue quien lo trajo a la Isla a finales de los 60 cuando era concejal», apunta, «decían que era el primero de su especie que se plantaba en la ciudad». Y, ciertamente, se convirtió en un árbol especial, reconocen en el barrio. Entre otras cosas por su floración anaranjada tan característica.

Monumentos arbóreos

Junto a otros árboles de la ciudad como la auracaria de la Fundación Mapfre o los laureles de indias del Obelisco, la paisajista Flora Pescador llegó a definir estos ejemplares en su pregón de las Fiestas Fundacionales como «auténticos monumentos arbóreos de gran interés y singularidad». No obstante, este tulipero de Gabón no aparece en el catálogo de árboles singulares elaborado por el Ayuntamiento capitalino, presentado el pasado enero.

Vista del árbol el año pasado durante las obras de reforma de la iglesia de La Luz.

Vista del árbol el año pasado durante las obras de reforma de la iglesia de La Luz. / José Carlos Guerra

El Spathodea campanulata, más conocido como tulipanero del Gabón o tulipero africano, es un árbol exótico procedente del África tropical que se ha extendido por medio mundo como planta ornamental. Sus flores de un llamativo color anaranjado lo hacen más que atractivo para adornar parques, plazas y avenidas. O, como en el caso de la parroquia matriz del Puerto de La Luz, resaltar lugares emblemáticos y destacados.

Si bien se considera como una de las 100 especies exóticas más invasoras del mundo por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) -en la isla de Puerto Rico está causando estragos invadiendo campos de cultivo-, en Las Palmas de Gran Canaria no existen demasiados ejemplares. El atlas Luces de barrio, elaborado por el Consistorio capitalino, contabiliza tres ejemplares, aunque justo no cuenta el que estaba en La Isleta.

Otros puntos de Canarias

No obstante, hay ejemplares en otros puntos de Canarias, como en los jardines del hotel Jardín Tecina, en la Gomera; o la plaza del Orche y la calle Robayna, en Santa Cruz de Tenerife. En la España peninsular es difícil de ver, salvo algunos ejemplares en ciudades andaluzas, dado que este árbol no tolera el frío y necesita climas tropicales o similares.

Además, fue el Spathodea campanulata fue el árbol escogido para representar a África por parte del artista Fernando Álamo para el mural que pinto en 2019 en el hotel Santa Catalina -en el cercano parque Doramas hay más de un ejemplar-. El conjunto artístico cuenta con rosas, liliums y amaryllis que recuerdan a Europa y caña de Indias, en referencia a América, haciendo así una simbología de la tan traída tricontinentalidad del Archipiélago.

Entre sus principales características, este árbol, que puede alcanzar hasta los 10 de metros de alto -el de la iglesia de La Luz estuvo lejos de esto pese a su más de medio siglo de historia-, necesita mucha luz para poder desarrollarse bien. Sus hojas son grandes y de un verde intenso, además de las ya citadas flores rojo anaranjadas con forma de campana. 

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