El restaurante que conquista los cinco sentidos: cena con fuego y carnes uruguayas en Gran Canaria

Flambeados, carnes al sombrero, recetas que viajan desde Uruguay y un crumble que pone el broche de oro

Comercios y restaurantes históricos: El Conejo Alegre

Comercios y restaurantes históricos: El Conejo Alegre / Andrés Cruz

Johanna Betancor Galindo

Johanna Betancor Galindo

Las Palmas de Gran Canaria

Algunos lugares no necesitan grandes letreros ni eslóganes para ganarse la fama. Basta con entrar, probar, mirar alrededor y saber que vas a querer volver.

Eso es lo que les ocurrió a los creadores de contenido @viajandocontanda cuando celebraron un cumpleaños en el Restaurante El Conejo Alegre, ubicado en Las Palmas de Gran Canaria. “Fue una experiencia gastronómica inolvidable, y para repetir”, confiesan.

Este restaurante lleva más de 40 años en activo, y no por casualidad. Desde 1982, El Conejo Alegre ha hecho de la cocina con espectáculo su sello, convirtiendo las cenas en un pequeño ritual de fuego, sabor y calor.

Sus platos flambeados, su famosa carne al sombrero y su selección de carnes uruguayas son solo algunas de las razones por las que las reservas vuelan.

Comercios y restaurantes históricos: El Conejo Alegre

Comercios y restaurantes históricos: El Conejo Alegre / Andrés Cruz

Una cena encendida

La experiencia de los creadores de contenidos comienza con un carpaccio de arenque suave, cremoso y lleno de matices. Pero es solo el aperitivo porque el verdadero plato estrella del restaurante son sus carnes al sombrero, una preparación tan visual como sabrosa.

Esta técnica, poco común en la isla, utiliza una estructura cónica donde la carne se cocina directamente en las paredes del “sombrero”, mientras en la base las verduras se cuecen en un caldo que recoge todos los jugos.

Este sistema de cocción fue introducido por Isidoro, el alma del restaurante, tras un viaje a Fuerteventura donde lo vio en acción.

Pocas cocinas en la ciudad están preparadas para asumir este tipo de platos, pues se necesitan extractores y filtros especiales para el humo, además de una precisión casi quirúrgica para que todo salga en su punto. Pero cuando lo hace es pura magia.

Salsas, fuego y carne que se deshace

La carne al sombrero se acompaña con papas fritas caseras y una selección de salsas que hacen que cada bocado se transforme en una experiencia distinta. “Ideal para compartir entre dos personas como mínimo”, explican los creadores, que también destacaron otro de los grandes hits de la carta: el strogonoff.

“Tan bueno que te agarra y te lleva directo al cielo”, dicen. Este clásico de la cocina centroeuropea, con su punto exacto de cremosidad y carne tierna, es otra de esas sorpresas que hacen que El Conejo Alegre esté lejos de ser un restaurante más.

Después de los principales, llega el momento del postre. No baja el nivel con el crumble de manzana caliente con helado, perfecto en textura y sabor, y una mousse de gofio que honra las raíces canarias con suavidad y equilibrio. “Cerraron la noche con broche de oro”, dicen. Todo, por un total de 73 euros , incluyendo la experiencia completa.

Sobre el restaurante

El Conejo Alegre es de esos sitios que ha sabido envejecer con dignidad, manteniendo su identidad, su carta y su forma de tratar al comensal. No busca tendencias, no necesita reformularse. Cocina como antes, con mimo, con fuego real y con recetas que han ido afinando a lo largo de décadas.

Si buscas una comida o cena distinta, íntima, que mezcle espectáculo, sabor y calor, este restaurante se convierte en parada obligatoria. Y si vas, reserva porque como dice la experiencia, “siempre se llena”. Se encuentra en la Calle Joaquín Costa, 18. Las Palmas de Gran Canaria. Se puede reservar a través de 928 260 449 y encontrar más información en su página web oficial.

Tracking Pixel Contents