La competencia que llega desde el continente

Al Puerto de La Luz le acecha un horizonte futuro no muy halagüeño con ese desarrollo espectacular que están teniendo los recintos del vecino continente africano en todos los aspectos, especialmente en el campo de las manipulaciones de mercancías, apareciendo también las reparaciones navales. Hay que tener en cuenta que una isla, aunque tenga una posición estratégica en pleno Atlántico Medio para la navegación internacional, queda fuera de juego frente a un continente que tiene tras de si todo un gran hinterland de países en plena expansión con la ayuda de otras naciones como son China, Arabia Saudí, Francia y, si nos apuran, hasta Rusia y Estados Unidos. Ante este panorama Canarias queda fuera de juego, porque empiezan a aparecer terminales de contenedores desde Tánger-Med hasta Sudáfrica por la costa occidental que mueven ingentes cantidades de cargas y que se localizan desde Dakar en Senegal hasta Lomé en Togo, pasando por Abidjan (Costa de Marfil) en zonas de 17 a 20 metros de calado, que son un gran peligro para la integridad del Puerto de La Luz en los transbordos.

Si a ello unimos otros proyectos futuros que comienzan a anunciarse como el de Liberia, con la asesoría de Marruecos, o el de Dajkla en Villa Cisneros, además de centros de reparaciones navales como el que se anuncia en Casablanca, veremos que está a la vista una gran competencia para el Puerto de Las Palmas donde los costos son muy superiores frente a una mano de obra como la africana que está muy por debajo de nuestra oferta. Alguién pensó cuando irrumpió Tánger-Med que no era un gran peligro y el año pasado movió más de diez millones de TEU. Un veterano portuario me comentaba hace poco ante esta realidad aplastante que a la bahía de Las Isletas le quedaban solo diez años de hegemonía. Ojalá estemos equivocados.