Francisco Javier Galindo, capitán de la Armada: «Resolver la longitud del mar costó más que llegar a la Luna»
Este miembro del Real Observatorio de la Armada asegura que «al almanaque náutico hay que entrar con una hora correcta porque un error de un segundo supone un cuarto de milla en la posición»

Francisco Javier Galindo Mendoza, en el Club Náutico de Gran Canaria. / Jose Carlos Guerra
El Real Club Náutico de Gran Canaria es la sede estos días de la vigésima edición del Seminario de Navegación Astronómica que organiza desde 2010 la Armada y que, por primera vez, llega a Canarias con ponentes doctores en Ciencias y especialistas en la náutica y la metrología del tiempo. El capitán Francisco Javier Galindo Mendoza, miembro del Real Observatorio de la Armada, detalla la importancia de los sistemas de navegación.
¿Por qué han decidido traer a Canarias este seminario?
Hay mucha tradición ligada al mar y da igual en dónde organicemos el seminario. Siempre aparece mucha gente de todas las islas en general, particularmente de Gran Canaria, aunque también hemos tenido a muchas personas de Tenerife y La Palma. Siempre hacemos un cuestionario de satisfacción para ver qué demanda el asistente y apreciamos la necesidad de que nos moviéramos de Madrid y acercar este seminario a sociedad española que tiene relación con la náutica. A raíz del último surgió la posibilidad de hacerlo en la Isla de la mano del Real Club Náutico.
¿Ha tenido acogida?
Sí. Siempre intentamos hacer un seminario que resulte muy próximo al asistente. Entendemos que es un tema que puede ser árido porque no es sencillo de entender. Hay muchísimas piezas que encajar para resolver este problema y la enseñanza en esta materia suele dejar bastante que desear.

Docentes y participantes en el seminario. / La Provincia
¿Cómo surgió este seminario?
El Real Observatorio de la Armada ha sido tradicionalmente el responsable de hacer el almanaque náutico, que es la publicación, salvo el BOE, que lleva más tiempo publicándose. Es la publicación científica más antigua de España, que no se ha interrumpido nunca desde 1791 hasta nuestros días y que es de obligado uso en los buques de determinado porte que navegan en alta mar porque les dice dónde encontrar cada astro en cada instante. Dada la tradición del Real Observatorio de la Armada, quién mejor que una persona que trabaja en el servicio de efeméride astronómicas para participar en el equipo de profesores de este seminario.
¿Qué es una efeméride astronómica?
Es lo que nos dice a lo largo de todo el año dónde voy a encontrar planetas que pueden ser importantes para la navegación, o el sol y las estrellas. A partir de esa información, con lo que se puede observar con determinados elementos como un cronómetro que diga la hora, un sextante que permita medir las elevaciones de los astros y con el almanaque náutico, se puede resolver cuál es la situación en alta mar.
Además del sol, ¿qué planetas y estrellas se utilizan más?
Hasta que se asienta el problema de la navegación astronómica a partir de la recta de altura, durante mucho tiempo se trabajó sobre las distancias lunares, los ángulos de la posición de la luna respecto a las estrellas, pero ya en la época más moderna, partir de la mitad del XIX, se observa de día el sol y de noche, cualquier estrella de las más visibles o los planetas más próximos al sol, aunque no es lo más habitual porque presentan un movimiento apreciable en poco tiempo, mientras que las estrellas tienen un movimiento diurno, es decir, se mueven por el hecho de que la tierra rota. Por eso podemos considerarlas como elementos fijos en el firmamento y observamos de noche las estrellas y de día el sol.
¿Ha evolucionado mucho a lo largo de la historia?
Desde el punto de vista náutico no ha habido grandes avances. Sí que es verdad que fue un problema que tardó casi 300 años en resolverse. Es el problema más serio al que se ha enfrentado la humanidad. Ni siquiera llegar a la luna supuso tanto esfuerzo y tantos años para poder resolverse.
¿Cuál es?
El problema de la longitud del mar. Si hablamos de latitud y longitud geográfica, el problema fundamental es que cuando nos alejamos de la costa no tenemos nada de referencia para situarnos, sino observar los astros. Esto fue una preocupación que surge en el momento en que empiezan las grandes navegaciones en el siglo XV a partir del descubrimiento de América, que se solucionó en el siglo XVIII con el desarrollo de los cronómetros marinos, que permitían conocer la hora del puerto de origen del buque y observar en cada momento cuánto ha rotado la tierra desde el tiempo transcurrido de la partida para, junto a la observación del cielo, determinar la posición. Durante el siglo XIX ya teníamos la técnica y los instrumentos, y se mejoró el tipo. Lo que hacemos es recuperar esto para las personas que les gusta lo tradicional y las métricas de antaño, que es a donde volveríamos si no tuviéramos GPS o Galileo.

Imagen de la primera jornada de esta acción formativa. / La Provincia
¿En qué se parecen estos sistemas de navegación por satélite a los de hace unos siglos?
No hay diferencia. Con el almanaque náutico y el cronómetro observamos los elementos que nos sirven de guía, que es lo que hace los satélites. El problema es exactamente el mismo, lo único es que hay es una tecnología detrás que facilita los cálculos casi en tiempo real.
¿Cuál es el perfil de las personas que acude a estos seminarios?
Normalmente son apasionados de la náutica o de la historia, personas que disponen de más tiempo y a las que les apetece conocer este tipo de cosas porque quieren navegar o tienen un barco.
Entre otras cosas, aprenderán a usar un sextante.
El sextante es un instrumento que mide ángulos que no es habitual que se ve en cualquier película histórica. Cuenta con 60º decimales y son de muchísima precisión. Son capaces de medir hasta 12 segundos de arco, que es muy poco. Un círculo completo tiene 360 grados y al dividir cada grado entre 60, me da un minuto. Estamos hablando de ángulos muy pequeñitos para medir elevaciones respecto del horizonte y el astro, y tener la predicción en la retroaltura y en mitad del océano somos capaces de resolver un problema con un error de entre 200 y 150 metros.
También dedicarán sesiones al tiempo
Al almanaque náutico hay que entrar con una hora correcta porque un error de un segundo supone un cuarto de milla en la posición. Hay que estar sobre el segundo exacto de la hora considerada internacionalmente. La parte temporal también es muy importante.
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