Bajar el sol es posible: así se orientan con un sextante en medio del mar
El seminario de Navegación Astronómica impartido por la Armada concluye con una sesión práctica del instrumento que se utiliza en náutica para saber la posición de los astros

La Provincia
Bajar el sol para que esté al mismo nivel del horizonte es posible, al menos si se utiliza un sextante. Eso es lo que han practicado este viernes las personas que han participado esta semana en el seminario de Navegación Astronómica que la Armada ha impartido en la sede del Real Club Náutico de Gran Canaria, en Las Palmas de Gran Canaria. A través de los dos visores, y haciendo girar unas ruedas, se consigue visualizar en paralelo el astro con el mar, marcando el ángulo exacto en el que se encuentra.
El muelle de Melenara, junto a la estatua del Neptuno, en Telde, fue el lugar escogido para esta última sesión de la formación que se celebró en Canarias por primera vez, a pesar de que en las 19 ediciones anteriores la presencia de alumnos de esta comunidad era bastante representativa. A pesar de que la mañana había comenzado nublada, a medida que pasaba el tiempo y se despejaba se hacía más fácil para las decenas de personas que allí se agolpaban manejar este instrumento.
Francisco Javier Galindo, capitán de la Armada y miembro del Real Observatorio de la Armada, y varios de los ponentes de este curso, se encargaron de asesorar a los estudiantes en el uso de este instrumento que ayuda a localizar la posición del sol, la luna, las estrellas o los planetas para luego, con ayuda del almanaque astronómico y una serie de operaciones, conocer la ubicación exacta en el mar.
Los del Juan Sebastián Elcano
Para esta ocasión, la Armada trasladó hasta Melenara varios de sus sextantes, de los que algunos han viajado en otras ocasiones en el buque escuela Juan Sebastián Elcano y se custodian en el Instituto Hidrográfico de la Armada que está en Cádiz, aunque algunos de los participantes llevaron los suyos. Uno de ellos fue Santiago López, que llevó dos.

Taller práctico de uso del sextante en el marco del seminario de Navegación Astronómica impartido por la Armada en el Club Náutico / Andrés Cruz
Durante 38 años tuvo un velero de madera en el Muelle Deportivo del Puerto de Las Palmas, hasta que lo vendió hace dos años, y los dos sextantes que tiene los compró por «afición, una afición que ha culminado con hacer un curso como este», porque aunque tenía algunas nociones, no sabía utilizarlos del todo.
Ahora que termina el seminario, se va con la alegría de «darle una oportunidad a estos aparatos que solamente quedan bonitos cuando vienen amigos que no los conocen y los desempolvo». Además, advierte a sus amigos que aún tienen barcos que los llevará, junto a «una botella de ron» para dar un paseo y presumir de lo que ha aprendido estos días.
De los dos que tiene, está especialmente «orgulloso» de uno que compró de segunda mano en noviembre de 1987, tiene aspecto de antiguo y guarda con cuidado en una caja de madera.
En busca de un barco
Gladys Wood es una vecina de Las Palmas de Gran Canaria que se ha sentido atraída por la navegación «desde pequeñita» y está persiguiendo su sueño de tener un pequeño velero con el que salir a pasear y «hacer un asadero con amigos», y este curso le pareció interesante ahora que quiere obtener el título de patrón de yates y comprar un barco de segunda mano.

La Provincia
Una de sus compañeras, Isabel García, se animó por una «curiosidad» más científica. Ella, que es farmacéutica, reconoce que no tenía ningún conocimiento previo sobre náutica y le han parecido «muy interesante los pequeños trucos para calcular los grados a los que está el sol o cualquier otro planeta con un sextante». Confiaba en que el curso tuviera una carga científica y técnica, y se va con la satisfacción de haberla encontrado. Asimismo, asegura que si en uno de sus trayectos en ferry ve a alguien con un sextante, le pedirá que le deje usarlo.
Formación complementaria
Para Eduardo Araujo, técnico de laboratorio de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, este seminario impartido por la Armada le supone complementar la formación que ya tiene como el de patrón de embarcación de recreo y de yate, y «aprender a navegar con las estrellas y no con los aparatos electrónicos, de los que somos dependientes al cien por cien».
El uso del sextante, añade, «es muy exacto, pero también muy delicado; cualquier movimiento o brusquedad puede ocasionar un desajuste que en alta mar puede hacer que en diez días te encuentres en un lugar donde no deberías estar».
Éxito
Francisco Javier Galindo explicó que esta sesión práctica ha permitido «rematar todo lo que se ha visto, trabajar con los instrumentos y calcular una recta de altura», la primera fase de la larga fórmula que se utiliza para posicionarse en alta mar.
El seminario, afirma, ha sido todo un éxito, lo que reafirma a la Armada la importancia de descentralizar este tipo de acciones formativas para llevarlas a diferentes localizaciones del territorio español.
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