Mucho calor, altas temperaturas y separación: la tripulación del 'Relámpago' se reencuentra con sus familiares tras 135 días de misión en el Golfo de Guinea

Durante el despliegue, recorrieron más de 14.000 millas y tocaron puerto en ocho países de la costa africana

Llegada de la tripulación del buque de acción marina 'Relámpago' al muelle de la Base Naval

La Provincia

Las Palmas de Gran Canaria

La tripulación del buque de acción marina Relámpago regresó este miércoles a casa después de permanecer cuatro meses y medio, 135 días, concretamente, desplegada en una misión en el Golfo de Guinea y la costa occidental de África. Sobre las 7.30 horas, casi una hora antes de lo previsto, el barco de la Armada llegó a la Base Naval, en el Puerto de Las Palmas, donde decenas de familiares esperaban el momento de poder abrazar a los marinos que tuvieron que aguantar la emoción sobre la cubierta casi dos horas más.

Formados, recibieron al almirante comandante del Mando Naval de Canarias, el contralmirante Santiago de Colsa Trueba, que tras pasar revista les agradeció el esfuerzo realizado durante estos meses por todo el personal de este buque y puso en valor el esfuerzo que realizan las familias, quienes se quedan en tierra para «cuidar de los hijos, de los padres o de las personas mayores» y no disfrutan «de la aventura» de estar desplazados en una misión como esta.

El Relámpago partió del Puerto de Las Palmas a finales de agosto y ha pasado por los puertos de «Dakar, Douala, Lagos, Abiyán, Luanda, Nuakchot y Praia, completando actividades de cooperación militar en puerto, patrullas conjuntas en la mar, escolta a buques de vinculación nacional y asistencias sanitarias a la flota pesquera española», informa el Ministerio de Defensa.

El contralmirante Santiago de Colsa saluda a la tripulación del 'Relámpago' a su llegada a la Base Naval

El contralmirante Santiago de Colsa saluda a la tripulación del 'Relámpago' a su llegada a la Base Naval / José Carlos Guerra

Capacidad de despliegue

Víctor Meijueiro, el comandante del buque, asegura que «ha sido una experiencia muy buena, muy enriquecedora en lo particular y, en lo profesional, también ha aportado mucho».

Durante estos 135 días recorrieron «más de 14.000 millas» y «tocado ocho países, desde Luanda, la parte más al sur de la costa occidental africana, en el Golfo de Guinea, hasta Nuadibú, último puerto más al norte».

Esta ha sido una oportunidad para la tripulación del Relámpago para probar y demostrar su capacidad de despliegue, de que «la plataforma esté al 100 % operativa con todas sus capacidades, requiriendo un apoyo logístico por parte del Arsenal de Las Palmas».

La tripulación del BAM, a la espera del reencuentro con los familiares.

La tripulación del BAM, a la espera del reencuentro con los familiares. / José Carlos Guerra

Durante estos cuatro meses y medio, la dotación ha estado sometida a «un calor importante, a temperaturas del agua también muy altas que afectan a los equipos, al aire acondicionado», además de «todas las actividades militares y diplomáticas que se hacen».

Cuatro pilares

La misión que ha desempeñado el BAM Relámpago «se basa en cuatro pilares fundamentales, que son las actividades de cooperación militar, las actividades de diplomacia de defensa, la colaboración en el proyecto de Unión Europea de Presencia Marítima coordinadas y la vigilancia marítima en sí, el conocimiento del entorno marítimo y la seguridad marítima ya en la mar», detalla Meijueiro, que fue recibido a pie de muelle por su mujer, sus tres hijos, de seis y cuatro años, y ocho meses de edad, entre otros familiares.

El comandante del buque explica que con el apoyo de la Embajada de España en Guinea, tuvieron «diferentes reuniones con autoridades militares y civiles de los países y eso ayuda mucho a la influencia de España en esas zonas». Además, en el marco del proyecto de Unión Europea de Presencias Marítimas Coordinadas interactuaron «con un barco italiano, dos buques franceses» con quienes se coordinaban para realizar las labores de vigilancia marítima, entre acciones.

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