Entrevista | Sergio Ruiz Médico

Sergio Ruiz: «Nuestros hospitales le dan mucho valor a la ciudad»

El catedrático ha sido nombrado Hijo Predilecto de Las Palmas de Gran Canaria por su excelente trayectoria profesional, tanto en el ámbito de la medicina clínica como en el de la investigación

Sergio Ruiz, en la biblioteca de la Facultad de Medicina de la ULPGC.

Sergio Ruiz, en la biblioteca de la Facultad de Medicina de la ULPGC. / LP/DLP

Las Palmas de Gran Canaria

¿Qué significa para usted haber sido nombrado Hijo Predilecto de esta ciudad?

Para mí es todo un honor. En esta ciudad nací y es aquí donde he desarrollado la mayor parte de mi carrera. Por tanto, me siento muy agradecido y orgulloso. 

¿Cuáles considera que han sido los hitos más importante de sus casi tres décadas de carrera?

Yo he enfocado mi carrera en dos grandes áreas: la medicina clínica y la investigación. Como médico clínico, donde más años ejercí fue en el Hospital Doctor Negrín. Allí estuve al frente de la Unidad de Cuidados Intensivos durante casi 14 años, un cargo que dejé en septiembre del año pasado. A lo largo de todo ese tiempo, viví muchas experiencias, entre ellas, la pandemia de Covid-19. Esa época fue muy complicada para todos y el gran reto para mí fue modernizar, ampliar e informatizar aún más la unidad. Hacía poco tiempo que se había puesto en marcha el Programa de Trasplante Cardíaco y, poco después, llegó el de Trasplante Pulmonar, por lo que quise ayudar en todo lo que pude a los compañeros que lo iniciaron y lo desarrollaron. Para ello, había que ampliar el espacio, que no ha parado de crecer. También había que controlar muy bien las infecciones. De hecho, aplicamos un programa que se llama Descontaminación Digestiva Selectiva, una terapia preventiva que yo ya había utilizado cuando estuve trabajando en Madrid. Además, desarrollamos iniciativas nacionales como los Proyectos Zero, que están diseñados para controlar la transmisión de infecciones hospitalarias. A esto se sumaron la puesta en marcha de la ECMO veno-venosa y veno-arterial, y las técnicas de soporte ventricular, unas prácticas que ahora forman parte de la rutina. Todo esto me hace sentir muy orgulloso. 

¿Y en el ámbito de la investigación?

He dirigido y sigo dirigiendo un grupo en el Instituto de Investigación en Ciencias Biomédicas y Sanitarias -Iuibs- y he participado en líneas de investigación centradas, básicamente, en las infecciones y en la nutrición en el paciente grave. También soy catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y estoy muy satisfecho con esta labor. Allí he podido llevar algunas asignaturas y crear los programas de otras. Además, he dirigido diez tesis doctorales y muchos trabajos de fin de grado que han cosechado frutos. Por otro lado, he sido representante español en la Sociedad Europea de Intensivos y presidente del comité científico de la Sociedad Española de Nutrición Clínica y Metabolismo, donde, recientemente, me han dado un premio nacional por mi trayectoria científica. 

«No concibo la medicina clínica sin investigación, sin ella no hay progreso»

¿Qué representa para usted la labor investigadora?

Para mí es imprescindible. La realidad es que no concibo la medicina clínica sin investigación, ya que sin ella no hay progreso. Por eso, he empleado muchísimo tiempo y esfuerzo en esto.

¿Por qué decidió especializarse en Medicina Intensiva?

Fue una auténtica casualidad, porque en realidad yo quería especializarme en Cardiología. Cuando estaba estudiando Medicina en La Laguna y venía en verano a Gran Canaria, aprovechaba las vacaciones para ir al Hospital Insular a hacer prácticas con el doctor don Francisco Mingorance, que entonces era el jefe del servicio de Cardiología. Siempre recordaré que me dijo que para ser un buen cardiólogo tenía que saber manejar a los pacientes más graves. Esto, sin duda, se aprende en las unidades de Cuidados Intensivos. Entonces, cuando me tocó hacer la mili en el Cuartel General de Aviación, en Paseo de Chil, iba a hacer guardias todos los días en la UVI de la antigua Clínica de El Pino cuando salía. Así pasé un año. Lo cierto es que me gustó tanto que al final cambié de idea. 

¿Qué le llevó a ejercer la profesión en Las Palmas de Gran Canaria?

Al fin y al cabo, esta es mi ciudad. Regresé de Madrid por una serie de circunstancias personales y, más adelante, tuve la oportunidad de volver. Como ya estaba haciendo mi vida aquí y me sentía bastante cómodo en la Isla, decidí quedarme, y la verdad es que no me arrepiento. 

¿Qué representa para una ciudad como esta el hecho de contar con hospitales de alto nivel?

Sin duda, nuestros hospitales le conceden muchísimo valor. Afortunadamente, contamos con unos hospitales muy buenos, en los que trabajan profesionales que publican en las mejores revistas del mundo y que están a la vanguardia de la Medicina. Para la ciudad, esto es muy importante, incluso a nivel económico, puesto que generamos congresos y tenemos la oportunidad de relacionarnos con otros compañeros que trabajan tanto dentro como fuera de España. Todo esto hace que el nombre de nuestra ciudad sea conocido en muchísimos lugares del mundo. n

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