Una mujer usa la tarjeta de movilidad reducida de su marido para aparcar en La Feria

La Policía Local de Las Palmas de Gran Canaria denuncia a una infractora por usar una copia de la PMR, en un caso que pone el foco en el fraude a personas con discapacidad

Una mujer usa la tarjeta de movilidad reducida de su marido para aparcar en La Feria

Una mujer usa la tarjeta de movilidad reducida de su marido para aparcar en La Feria

Las Palmas de Gran Canaria

Una mujer fue recientemente denunciada en el barrio de La Feria, en Las Palmas de Gran Canaria, tras ser sorprendida haciendo un uso fraudulento de una tarjeta de estacionamiento para personas con movilidad reducida (PMR). El hecho ocurrió cuando los agentes de la Unidad de Distritos de la Policía Local comprobaron que la tarjeta no solo no pertenecía a la conductora, sino que, además, se trataba de una copia del documento original, algo que facilitó la identificación del fraude.

Las tarjetas PMR están destinadas exclusivamente a personas con discapacidad reconocida y con limitaciones de movilidad, con el objetivo de facilitar su desplazamiento y el acceso a servicios mediante plazas de aparcamiento reservadas. La utilización de estas credenciales por parte de terceros, incluso si se trata de familiares cercanos como un cónyuge, constituye una infracción tipificada en las normativas municipales y puede acarrear sanciones económicas, retirada de la tarjeta e incluso repercusiones legales.

Cómo los agentes detectaron el fraude

En este caso, la fotocopia del documento fue un elemento clave para que los agentes determinaran el uso indebido. Aunque pudiera parecer una infracción menor, este tipo de actos afecta directamente a personas que sí requieren este tipo de ayudas para poder moverse con normalidad por la ciudad. Según destacó la Policía Local a través de su cuenta oficial en la red social X (anteriormente Twitter), se procedió a la intervención de la tarjeta y la tramitación de la denuncia conforme a lo estipulado por la ley.

Desde el cuerpo policial se ha lanzado un mensaje claro: el uso fraudulento de las tarjetas de movilidad reducida perjudica a quienes verdaderamente las necesitan. Estos documentos no son transferibles y cualquier intento de manipulación o copia supone una falta de respeto a las personas con discapacidad, además de una infracción legal.

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