"Las Palmas de Gran Canaria me ha dado la oportunidad de brillar": historias reales que plasman la vida en la ciudad
Una ciudad no es nada sin las personas que la viven cada día. Este 24 de junio, 24 habitantes de Las Palmas de Gran Canaria trazan el retrato de una capital cosmopolita y diversa. Estos son cuatro de las historias personales que dan forma a la ciudad.

Ángel Guzmán, Aurelia Gil, Ricardo Beretta y Ana Beltrá. / Jose Carlos Guerra
Ángel Guzmán Goncalves, estudiante de ingeniería en la ULPGC
Tenía dos años cuando llegó a la ciudad desde Venezuela junto a su madre, quien emigró para darle un futuro mejor. Ahora, a las puertas de terminar una Ingeniería en la ULPGC, está realizando su Trabajo Final de Grado en el diseño de un producto digital para el fomento de las carreras científicas desde edades tempranas.

Ángel Guzmán, estudiante en la ULPGC. / José Carlos Guerra / LPR
«Vivo en Las Palmas de Gran Canaria desde que tenía dos años, cuando mi madre emigró para buscarme un futuro mejor. Es algo que encontró en este país y, más concretamente, en esta ciudad, donde se han formado todos mis recuerdos. Lo que más me gusta es que, sin tener todavía carnet, todo está relativamente cerca. El clima ayuda y puedes vivir con calma, pero también encontrar movimiento cuando lo buscas. Elegí estudiar en la ULPGC porque esta universidad me permite formarme en lo que me gusta, Diseño Industrial y Desarrollo de Productos, sin tener que alejarme de casa. Creo que es una buena ciudad para estudiar y, si sabes moverte, hay muchas cosas que hacer y aprender fuera de clase. En cuanto al futuro laboral hay incertidumbre, pero también van surgiendo oportunidades gracias a nuevas iniciativas. Si el destino quiere, cuando termine el máster, me encantaría poder trabajar aquí y seguir aportando a la ciudad desde mi profesión».
Aurelia Gil, diseñadora de moda
En su estudio de moda y confección nacen piezas que dan color dentro y fuera de la capital grancanaria. La diseñadora Aurelia Gil considera que la ciudad es no solo su hogar, sino también el lugar que le ha dado oportunidades para crecer profesionalmente de la mano del cosmopolitismo, la cultura y la diversidad con la que creció.

Aurelia Gil, diseñadora de moda. / José Carlos Guerra / LPR
«Siempre ha sido una ciudad muy cosmopolita y con gente abierta, no tenemos nada que envidiar a otras ciudades, pero necesita que la mimen»
«Siempre ha habido diseñadores pero, de una manera u otra, te sientes en la responsabilidad de haber sido pionera en crear una firma que inspira fuera y que la gente joven ha tomado como referente. Las Palmas de Gran Canaria me ha dado la oportunidad de brillar y convertirme en alguien un poco relevante en el sector al ser una ciudad donde había pocos diseñadores. Cuando fui a Madrid no sentí que fuese un gran salto porque en mi generación vivimos una ciudad con mucho arranque y tirón en la vida social y cultural. Me encanta ir andando a los sitios, y cada vez que me voy de viaje y vuelvo siento que regreso a casa, pero últimamente está echada a perder. Necesita que la mimen un poco y que cuiden su vida cultural, la limpieza y las zonas verdes. Siempre hemos tenido una ciudad muy cosmopolita y la gente de aquí es muy abierta, no tenemos nada que envidiar a otras ciudades. Me da impotencia que no cuidemos lo bonito que tenemos, pero me encanta la ciudad; cada vez que viene gente la enseño con orgullo».
Ricardo Beretta, cocinero y dueño de la rotisería italiana
El italiano Ricardo Beretta llegó hace cuatro años para la despedida de soltero de un amigo y le gustó tanto la ciudad que decidió instalarse en Guanarteme y teletrabajar. Vio una oportunidad de desarrollar su pasión por la cocina y decidió abrir la Rotisería Italiana, un local desde el que despacha a diario todo tipo de pastas en un concepto de ‘take away’.

Ricardo Beretta, dueño de Rotisería Italiana. / José Carlos Guerra / LPR
«En Milán la vida es más frenética y haces menos cosas, porque salir o hacer deporte sale caro, así que te quedas siempre en casa. Aquí, por fin, podía empezar a vivir»
«Yo soy de un pueblo cercano a Milán y empecé a vivir en Las Palmas después de la pandemia. Vine a la despedida de soltero de un amigo y elegí quedarme porque podía teletrabajar, hace casi cuatro años. La cocina siempre fue una de mis pasiones y mi sueño era abrir un local. Primero intenté hacerlo en Italia, antes de empezar a trabajar en una consultora, pero era muy caro. Abrí la Rotisería Italiana después de tres años viviendo en esta ciudad porque aquí es mucho más sencillo. La mayoría de mis amigos son italianos; tengo algún amigo argentino, alguno canario, pero entre nosotros es complicado aprender español porque nunca lo hablamos. Desde que abrí esto, lo practico a diario con los clientes. La pasta gusta mucho y, por suerte, hay muchas recetas que encajan con el gusto canario. No tengo ninguna gana de regresar a Italia ni de irme a otro lugar. En Milán la vida es más frenética y haces menos cosas, porque salir o hacer deporte sale caro, así que te quedas siempre en casa. Aquí, por fin, podía empezar a vivir».
Ana Beltrá Álvarez, muralista
La artista y gestora cultural Ana Beltrá tiene una sensibilidad especial para ver el talento que encierra la capital de la Isla, donde , afirma, se gestan grandes proyectos. Pasear por Triana y Vegueta o disfrutar de playas como Las Canteras y el Confital, son algunos de los privilegios que esta ciudad le ofrece.

Ana Beltrá, artista plástica y muralista. / José Carlos Guerra / LPR
«Desde que tuvimos puerto fue una ciudad cosmopolita y mantenemos ese remanente en la idiosincrasia canaria que hace que su gente sea cálida y abierta»
«Me gusta vivir aquí porque es una ciudad cómoda, conectada al mar y con gran riqueza histórica. Desde que tuvimos puerto fue cosmopolita y mantenemos ese remanente en la idiosincrasia canaria que hace que su gente sea cálida y abierta. Quizás es uno de los motivos por los que tantos deciden venir a vivir aquí, más allá de su clima. A pesar de que no atraviesa su mejor momento de incubación cultural, late un entramado cultural vivo y lleno de talento que avanza pese a las barreras burocráticas. Trabajo en la zona de Vegueta -Triana y me sigue encantando redescubrirlo y perderme por San José, San Nicolás, el Batán... Ahora paseo por Triana y cuento los pocos comercios locales que quedan. Ya no es una calle, es un centro comercial. Soy gran consumidora de cultura: arte, teatro y música en vivo, y hay sed de espacios para la expresión artística y musical. Sin duda, el tesoro es Las Canteras y El Confital. Una ciudad siempre está en proceso y faltan espacios verdes, zonas arboladas y una profunda limpieza entre otros aspectos».

La Provincia
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