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Belén María continúa viva en la memoria de los estibadores

Los trabajadores del puerto rinden homenaje a la joven que perdió la vida atropellada hace cuarenta y cinco años, mientras se manifestaba en defensa de la lucha obrera

Ceremonia en memoria de Belén María

Ceremonia en memoria de Belén María / LP/DLP

Verònica Navarro

Verònica Navarro

Las Palmas de Gran Canaria

«La vida pasa de improviso, y yo quiero vivir al máximo, cada minuto, cada instante, y marcar páginas en mi corazón, porque mi vida es solo mía y nadie puede vivirla por mí». Estas palabras fueron escritas por Belén María Sánchez Ojeda hace cuarenta y cinco años, días antes de que perdiera la vida atropellada por un vehículo mientras se manifestaba junto a los estibadores en defensa de sus derechos laborales. Aunque nadie puede vivir su vida por ella, cada 25 de julio, los portuarios conmemoran su aniversario para mantener viva la memoria de la que consideran su patrona.

La violenta muerte de Belén María, cuando recién había cumplido los 16 años, conmocionó tanto a los trabajadores portuarios como a la sociedad canaria y fue un punto de inflexión en la lucha por la firma del nuevo convenio laboral. Su trágico fallecimiento elevó la crispación e indignación del colectivo a tal nivel que forzó al gobierno de entonces a ceder y alcanzar un acuerdo. Cada año, en esta fecha, la emoción vuelve a invadir el alma de los presentes, quienes lo demuestran con una misa abarrotada de trabajadores del puerto, seguida de una ofrenda de rosas blancas y la tradicional suelta de palomas. Este año, la ceremonia, estuvo más concurrida que nunca, con la incorporación de 140 estibadores, muchos nacidos después de la desgracia o provenientes de otras islas, pero con el mismo compromiso, ya que este acto forma parte del ADN de todos los estibadores.

Suelta de palomas en el homenaje a Belén María

Suelta de palomas en el homenaje a Belén María / LP/DLP

Belén María dejó escritos que reflejaban sus ganas de vivir, su criterio propio y una profunda conciencia por la lucha por la igualdad de la mujer y la mejora de las condiciones laborales de la clase obrera. Su entierro, al que acudieron 30.000 personas, fue la mayor manifestación de duelo que se recuerda en la isla. La comitiva recorrió caminando los ocho kilómetros que separan La Isleta del cementerio de San Lázaro.

Soplaban vientos de democracia en aquel 1980 y los estibadores de El Puerto de La Luz y de todos los puertos nacionales luchaban en defensa de sus puestos de trabajo, sus precarias condiciones y en contra del intento de privatización de una parte de la estiba. El padre de la joven estaba en la lucha y el conflicto se encontraba en una situación tan hostil que las familias decidieron sumarse a las movilizaciones. Belén María se sumó de forma decidida a la concentración de protesta, justo en la rotonda que hoy lleva su nombre, donde ocurrió la desgracia.

Belén María

Belén María / Verònica Navarro

El Presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, expresó: «Estar aquí simboliza cómo la resistencia de los sindicatos y de los trabajadores consiguen logros históricos para su lucha». La joven luchó por unos ideales que no pudo ver evolucionar. Valores que hoy tambalean y que pueden caer en un parpadeo si se pierde de vista la memoria histórica y los derechos alcanzados. A escasos metros del lugar de homenaje, se espera este domingo una manifestación que, en palabras de Morales «no se debe permitir este tipo de llamadas al odio, al racismo, a la xenofobia y a la violencia».

Un faro tutelaba la glorieta que rinde homenaje a Belén María; hoy está en obras, por lo que el acto de este año ha tenido lugar en el nuevo espacio habilitado por la Autoridad Portuaria para honrar su memoria. La joven, cuarenta y cinco años después, continúa como una luz de referencia que guía la lucha, la unidad y la dignidad en momentos de aires difíciles ante pérdidas de memoria. 

Belén María cumplía años el 20 de julio; cinco días antes de la tragedia, poco antes de perder la vida dejó escrito: «Voy a cumplir dieciséis años, me siento joven y me gustaría sentirme siempre así, llena de ansias, pasiones y ganas de amar, compartirme con los demás y hacer trizas al odio».

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