Saltar al contenido principalSaltar al pie de página

Juan Avello, juez decano de Las Palmas: "En Canarias se hacen las cosas bien a pesar de la alta litigiosidad"

El magistrado Juan Avello Formoso (Oviedo, 1975) ha sido reconocido esta semana por el Colegio de Procuradores por su trabajo en los últimos cuatro años como representante de los jueces de Las Palmas

El juez decano de Las Palmas, Juan Avello, en el Jardín de la Marquesa de Arucas.

El juez decano de Las Palmas, Juan Avello, en el Jardín de la Marquesa de Arucas. / Andrés Cruz

Benyara Machinea

Benyara Machinea

Las Palmas de Gran Canaria

Esta semana el Colegio de Procuradores de Las Palmas le ha entregado el Premio Balanza de Plata por su trabajo como juez decano. ¿Cómo se siente este reconocimiento?

Es un orgullo y una gran alegría. Me considero un hombre con suerte porque, además de tener un trabajo que me gusta y me apasiona, me dan un premio por hacerlo. Siempre cuando uno trabaja de cara al público, cuando es funcionario y ejerce para los ciudadanos, intenta hacerlo lo mejor posible. Cuando hay alguien que reconoce ese trabajo, te da la satisfacción de decir: parece que voy en la buena línea. Tener la puerta abierta, intentar ayudar a las personas y solucionar problemas parece que es lo correcto. También creo que no es solo como decano, sino en representación de los jueces y compañeros de Las Palmas de Gran Canaria, que es a quienes represento. Gracias a que ellos me eligieron y confiaron en mí, estoy aquí.

Desempeña el cargo desde 2021 y ha sido testigo de numerosas reformas y cambios. ¿Qué balance hace de estos últimos cuatro años?

Como siempre, luces y sombras. En Canarias tenemos circunstancias que no son muy buenas, como el gran número de procedimientos que hay, que impide hacer las cosas con la calidad que sería necesaria. Por el contrario, las grandes ventajas son el capital humano que tenemos. En los últimos años, se recibieron premios a la calidad de la justicia por actuaciones aquí: el juzgado especializado en menores, en social, el premio que recibió el decano de Arrecife… En fin, se hacen bien las cosas a pesar del volumen de trabajo. En Canarias, a pesar de ser la comunidad autónoma con mayor índice de litigiosidad, es la que más capacidad resolutiva tiene. ¿A nivel legislativo? Se va viendo poco a poco. Algunas de las reformas no tuvieron el acierto que se esperaba o que se podía desear. Muchas veces por parte de los jueces se anticipan una serie de problemas que van a ocurrir y no se tiene en cuenta esa opinión cuando, al fin y al cabo, somos los que estamos aquí día a día. Posteriormente, se producen los efectos no deseados y anunciados. Ahora estamos inmersos en un cambio estructural tremendo que va a suponer un cambio de chip y de paradigma, que son los Tribunales de Instancia. También la comunidad autónoma apoya y ayuda. Un poco más no estaría mal, pero somos conscientes de que los medios y los recursos son limitados.

¿Le queda energía para volver a presentarse cuando se le caduque el mandato?

Sí, ahora estoy en una fase que ya aprendí a base de equivocaciones y errores. Me voy a presentar a las elecciones y espero que los compañeros vuelvan a confiar en mí. Es una responsabilidad, pero creo que merece la pena seguir. Si los compañeros quieren y confían, ahí estaremos otros cuatro años más, que van a ser complejos por los Tribunales de Instancia y por las modificaciones. Pero el interés, la voluntad, las fuerzas, la ilusión y las ganas siguen ahí.

Muchas veces los jueces anticipamos unos problemas y no se tiene en cuenta esa opinión

¿Cuáles son las principales necesidades que tiene en este momento la Administración de Justicia?

La Administración de Justicia necesita más jueces. No puede ser que un juez dicte al año 800 sentencias porque, ni se puede físicamente, ni se puede desde un punto de vista de salud laboral. Esas necesidades están ahí, pero en Justicia hay un pequeño problema que es que son muchas las administraciones implicadas. Además, faltan más medios materiales, más forenses, más equipos psicosociales y más técnicos. Tenemos una parte importante y que normalmente se dejó, que es informar y convencer a los políticos de que merece la pena invertir en Justicia por muchos motivos, pero el económico es un ejemplo. Ayuda a que funcione la economía porque se genera seguridad jurídica. El que tiene un piso lo alquila porque sabe que va a poder, en caso de problema, disponer de él. El que tiene facturas sin cobrar, si las cobra, ese dinero sirve para contratar a otra persona. Si al que le despiden puede obtener su indemnización si corresponde pronto, puede dedicarse a otra cosa.

Los jueces de violencia sobre la mujer han emitido un comunicado estos días en el que advierten de un riesgo de colapso por la falta de refuerzos.

Correcto. Aquí en Las Palmas hay tres juzgados y es cierto que a principio de año se crea la cuarta plaza en sección especializada en violencia sobre la mujer, pero veníamos de una comarcalización. Los tres juzgados de Las Palmas de Gran Canaria, que están haciendo un trabajo extraordinario, empezaron a conocer procedimientos de Telde, Guía y Arucas. Eso supuso un trabajo añadido y ahora se asumen nuevas competencias. Eso va a ser más trabajo, por lo tanto, necesitamos ya la creación de una plaza nueva.

Me voy a presentar a las elecciones y espero que los compañeros vuelvan a confiar en mí

¿Recuerda cuando llegó al Juzgado de Primera Instancia número 2 de Las Palmas de Gran Canaria?

Claro, pasa el tiempo volando. Aquí vine con 18 años menos, pero con mucha ilusión y ganas de trabajar. Estaba dentro de la categoría de juez en un pueblo de Asturias, en Pola de Lena, te llega el ascenso, pasas a magistrado y te sacan una serie de plazas. La intuición me llevó, y no me equivoqué, a Las Palmas de Gran Canaria. La forma de ser de los canarios, la forma de trabajar en lo que se llama el modo canario, me gustó y me convenció. Tuve grandes amigos desde un principio y gente que me ayudó a instalarme. Después, conocí a mi mujer, establecí mi familia y me siento muy canario. Cuando llegué había mucho trabajo, pero también me encontré con un grupo humano excepcional. Lo recuerdo como un periodo muy satisfactorio.

Al frente del mismo elevó una cuestión al Tribunal de Justicia de la Unión Europea para analizar si los usuarios de préstamos revolving deben pagar los gastos en caso de un acuerdo extraprocesal.

Correcto, se planteó una cuestión prejudicial. Cuando un juez nacional ve que entre la normativa española y la europea puede haber una contradicción está, en teoría, obligado o puede plantear la cuestión prejudicial. Fue un reto profesional porque es un procedimiento complejo, lento, que tiene cuestiones específicas o especiales, pero lo que se planteó fue una cuestión en su momento novedosa que ayudó a proteger o a aplicar la normativa europea de protección a los consumidores.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents