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El Puerto de Las Palmas completa una barrera oceánica en todo su perímetro para prevenir vertidos al mar

Dos nuevos dispositivos de última generación, instalados en la dársena de África, terminan de blindar La Luz ante posibles derrames de hidrocarburos con un total de 3600 metros lineales

Presentación del dispositivo con la presidenta de la Autoridad Portuaria de Las Palmas junto a técnicos y autoridades del Puerto

Presentación del dispositivo con la presidenta de la Autoridad Portuaria de Las Palmas junto a técnicos y autoridades del Puerto / LP/DLP

Nayra Bajo de Vera

Nayra Bajo de Vera

Las Palmas de Gran Canaria

La Luz se previene frente a la contaminación marina. La Autoridad Portuaria de Las Palmas culmina el proyecto de cierre de todas sus dársenas a través de una barrera oceánica que se desplegaría en caso de que se produzcan vertidos de hidrocarburos. La dársena de África, la última pendiente por contar con esta cobertura, ya tiene a su disposición dos sistemas completos e independientes de última generación e inflado rápido.

Los dispositivos, de 300 metros lineales cada uno, se despliegan por tramos cuando entran en contacto con el mar en un tiempo que oscila entre los 10 y los 15 minutos. Sumados a los otros sistemas que ya estaban instalados en el resto del perímetro de La Luz, la barrera oceánica resultante se extiende por 3600 metros lineales y ha supuesto un coste de 150.000 euros por parte de la Autoridad Portuaria, entre otras inversiones.

Seguridad y medio ambiente

Tal y como explicó la presidenta de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, Beatriz Calzada Ojeda, esta adquisición supone que en caso de necesidad ante un vertido de alta gravedad se pueda cerrar el Puerto en todas sus dársenas. "Este era el paso que nos faltaba de ese compromiso que tenemos de velar por la seguridad, el medio ambiente y nuestro entorno", recalcó.

A ello se une otra barrera instalada en el Puerto de Arinaga con unos 800 metros lineales y un coste alrededor de los 80.000 euros. "Por lo tanto", añadió, "también Arinaga queda protegida" ante posibles derrames de hidrocarburos.

Segundo puerto en suministro de combustible

En el caso de La Luz, esta es una medida preventiva alineada con el hecho de que es el segundo puerto de suministro de combustible, solo por detrás del de Algeciras. El año pasado, el Puerto de Las Palmas suministró 2.600.000 toneladas de combustible, una cifra que se prevé superar este 2025. Con una media situada entre las 10.000 y 12.000 operativas anuales, su porcentaje de incidencias se sitúa en el 0,02%, lo cual afianza la seguridad del Puerto.

Calzada explicó que han tenido algunos episodios de vertidos que "afortunadamente han sido de poca o baja envergadura", si bien "son muy llamativos" y pueden generar cierta alarma entre la ciudadanía.

"Cada vez que tenemos un episodio derrame hacemos un esfuerzo importante por explicarlo. Un derrame de 1500 litros, que puede ser muy llamativo, es como un depósito de agua que cualquiera pueda tener en su edificio. Nos preocupa y lo que intentamos es que esto no ocurra, pero no son derrames de gravedad", relató.

Hidrocarburos menos contaminantes

Asimismo, recalcó que "tiene mucho que ver" el tipo de hidrocarburo que se vierta: "Cada vez son menos contaminantes, muchos de ellos son más fáciles de recoger y suelen ser más ligeros, por lo que se quedan en la superficie".

El jefe del área de Medio Ambiente de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, Guillermo Holm Mateo, apuntó que la culminación de este proyecto que responde al "interés general" y permite a La Luz estar preparada tanto para residuos pequeños como de gran envergadura: "En tema de vertidos me voy a dormir tranquilo".

Así pues, no es necesario utilizar todos los dispositivos de forma simultánea, sino en aquella zona donde se produzca el vertido. En esa línea, Holm matizó que el objetivo no es poder cerrar todas las dársenas al mismo tiempo, pero que el Puerto estaría preparado para hacerlo en caso de que haya una emergencia o se produzca un vertido muy importante.

Última generación

Por otro lado, apuntó que "no es un sistema que pueda funcionar de forma inmediata debido a sus dimensiones", si bien "el sistema de inflado es mucho más rápido que en el resto de barreras". Asimismo, estos dispositivos de última generación utilizan unos materiales más resistentes, lo cual supone un prolongamiento de su vida útil, y son más compatibles con los productos químicos.

Una empresa especializada en el control de residuos se encarga de llevar a cabo el proceso de despliegue y desinflado que, en ambos procedimientos, se realiza progresivamente y por tramos debido al tamaño de los dispositivos.

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