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José Ramón Dámaso, magistrado de lo social: "El trabajador ya es consciente de sus derechos y por eso reclama más"

El letrado teldense se estrena en noviembre como jurista en Barcelona, reto que asume en un nuevo panorama debido a los últimos cambios legislativos

El magistrado José Ramón Dámaso en los Jardines de la Marquesa de Arucas.

El magistrado José Ramón Dámaso en los Jardines de la Marquesa de Arucas. / ANDRES CRUZ

Benyara Machinea

Benyara Machinea

Las Palmas de Gran Canaria

José Ramón Dámaso (Telde, 1969) comienza en noviembre una nueva etapa como magistrado de lo social en Barcelona, uno de los destinos más codiciados de la judicatura, al acceder por el cuarto turno tras una extensa trayectoria como abogado, graduado social y docente de referencia en Canarias. En esta entrevista analiza los próximos retos de la carrera y las causas del aumento de pleitos que colapsa los tribunales de todo el país.

En febrero fue nombrado magistrado de lo social y ahora se incorpora a uno de los destinos más codiciados de la judicatura, Barcelona. ¿Qué espera de esta nueva etapa?

Es una etapa ilusionante para mí y tengo muchas expectativas. Creo que va a ser un reto profesional porque Barcelona es una plaza bastante importante, junto con Madrid, de las mejores de España en el sentido del volumen de trabajo y de la capacidad de reacción que tiene. Barcelona también se caracteriza en la jurisdicción social por ser muy innovadora. La mayoría de las cuestiones prejudiciales que van al Tribunal de Justicia de la Unión Europea salen o bien del TSJ de Cataluña o de magistrados de Barcelona.

Logró la sexta plaza para elegir destino. ¿Cómo se preparó de cara a este proceso?

Esto es un proceso que ha sido bastante largo y que no es usual, en el cuarto turno. Yo comencé en diciembre de 2022 y lo primero fue aportar la baremación del currículum. Ahí obtuve de toda España el sexto puesto en el escalafón, después hice el dictamen y luego vino la entrevista personal. Ha sido un camino largo que ha requerido por parte de los que nos presentamos mucho estudio, quitar tiempo a la familia y la mayoría hemos accedido desde unos trabajos previos que no podemos dejar, despachos profesionales, clientes, etcétera. Eso influye en la preparación porque no tienes todo el tiempo, pero fueron bien aprovechados esos meses y logré la plaza.

Un mantra del poder judicial es la falta de recursos. Entran más asuntos de lo que se pueden resolver

Precisamente en los últimos meses han habido respecto a los cambios para acceder a la carrera judicial y al Ministerio Fiscal.

Claro, porque lo que hace la mal llamada ley Bolañoses cambiar las reglas del juego en el acceso al cuarto turno y se puede generar una mayor arbitrariedad. En el acceso que hemos hecho nosotros, si no pasas el baremo, no puedes ir al dictamen. Aquí se quiere hacer el dictamen y luego el baremo y fomentar que los jueces sustitutos tengan una mayor facilidad para acceder a la carrera sin este filtro. Ahí es donde se puede ver la queja de los profesionales, pero primero hay que dejar que funcione para saber si afecta o no. Vamos a hacer aunque sea una o dos promociones y, si se ve que funciona mal, se ponen remedios.

¿Qué volumen de trabajo le espera por delante?

Bueno, según lo que me han dicho, la pendencia actual en el juzgado donde voy a estar es de unos 1.500 asuntos. Y en los señalamientos que se están haciendo, el primero es para junio del año 2027. Con lo cual no es muy diferente a lo que está ocurriendo aquí en Las Palmas, donde ya hay señalamientos para 2028 en algunos juzgados. Está más o menos igual.

Alta litigiosidad

¿Se repiten las carencias de personal para poder hacer frente al alto volumen de trabajo?

Yo creo que un mantra de las jurisdicciones o del poder judicial, sobre todo en los territorios, es la falta de recursos. Es verdad que hay modificaciones legislativas que, cuando estén plenamente implantadas, van a facilitar que eso se remedie. El nivel o el número de asuntos que entra es más de lo que los propios juzgados pueden resolver. Uno de los motivos es la litigiosidad que ha nacido en las relaciones laborales, sobre todo a partir de las modificaciones legislativas que se han llevado a cabo en los últimos años. Ocurre que el trabajador ya es más consciente de sus derechos y, por lo tanto, reclama más.

Será un reto añadido la entrada en funcionamiento de los tribunales de instancia.

Para mí el reto es doble porque me coge según empiezo. Nosotros no hemos tenido acceso a todas las reuniones que están existiendo en los partidos judiciales para la implantación de los tribunales de instancia. Creo que la puesta en marcha va a ser muy complicada porque todavía se tiene la mentalidad de juzgado único y va a haber problemas porque cada magistrado tiene a su secretario judicial con quien se compagina y agenda bien. Ahora va a haber uno común para todos los juzgados. Hacen un binomio y ese binomio puede romperse. Aquí, en la capital, tenemos juzgados en los que no existe esa comunión entre el funcionario y el magistrado y es un caos.

Aquí impulsó la creación del Consejo Canario de Graduados Sociales. ¿Cómo ha visto la evolución de esta institución?

Como bien dice, yo fui el primer presidente del Consejo y el propulsor para formarlo, junto con el presidente de Tenerife y la presidenta de Lanzarote, y logramos desatascar una cuestión que llevaba 10 años atascada. Fue un momento ilusionante y muy complicado por las singularidades de tres Colegios distintos, pero logramos dar paso a que las islas menores tuvieran vocales. Ha ido evolucionando bien y se ha mantenido, que era el riesgo que podía tener. Durante el periodo que estuve de presidente, cuando además era abogado del Consejo General en España, siempre peleé porque la formación fuera general para los graduados sociales de toda España. Hoy ya estoy fuera, pero en los correos electrónicos que entran ya circula toda la formación. Eso es fruto del trabajo que se hizo en su momento y que ahora se ha puesto en marcha, pero estoy contento de haber sido partícipe.

Hay que dejar que se apliquen los cambios en el acceso por el cuarto turno para saber si funciona o no

En Telde dirigía hasta abril su propio despacho, Dámaso Abogados y Asesores, que ahora han asumido sus hijos. ¿Qué retos le ha supuesto?

Es un despacho que se ha consolidado por la experiencia, calidad e innovación. Lo que dirigía hasta ahora era un despacho que ha alcanzado, en Telde sobre todo y a nivel de la provincia, bastante prestigio profesional y el legado que he dejado a mis hijos es ese. Además, creo que el objetivo de cuando se creó es el que llevan y han asumido ellos, que es siempre ser cercano al cliente. Yo siempre le he inculcado a mis hijos que, cuando tú entras a un pleito y te da igual ganar o perder, debes dejar la profesión porque solo estás para ganar dinero. Y eso, a veces, es una carga para el profesional y una carga para mis hijos, que están dirigiéndolo. Detrás de cada proceso hay una lucha titánica porque les importa el resultado.

Graduado social, abogado, profesor y magistrado. ¿Con qué faceta se queda?

Pues creo que de todo un poco. A mí me encanta dar clase porque es una forma de estar cerca del futuro de la profesión y, sobre todo, de mantenerme activo en cuestiones que no vería de otra manera. Y me encanta transmitirlo. Mis clases son un poco particulares porque son más charlas. Tengo los módulos teóricos en la pizarra, pero empiezo a contarles unas historias y, dentro de ellas, voy metiéndoles todas las sentencias, casos que hemos vivido porque creo que el aprendizaje así es mucho mayor. Ser graduado social fue mi introducción al mundo laboralista y es una profesión que amo y siempre amaré. He luchado por ella más de 18 años, pero es una fase y ya acabó. De todas siempre he sacado algo bueno. De mi faceta como graduado social tengo muchísimos amigos y me ha permitido conocer a grandes personalidades. Y gracias al mundo del derecho estoy donde estoy.

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