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Gastronomía

El rincón selvático frente a Las Canteras de un abogado que cambió los juicios por servir comidas

Un restaurante con aspecto de bosque tropical al lado de la playa alberga una variedad de sabores, entre que destacan los pescados y arroces

Restaurante Madre del Amor Hermoso

Fotos de Andrés Cruz

Nayra Bajo de Vera

Nayra Bajo de Vera

Las Palmas de Gran Canaria

Un rincón de selva tropical se esconde en Las Palmas de Gran Canaria, justo en frente de la playa de Las Canteras, donde se puede disfrutar de un variado menú elaborado a partir de productos locales frescos. Se trata del restaurante Madre del Amor Hermoso, que recibe su nombre gracias a las anotaciones de un abogado que cambió los juicios por la gastronomía: "Pasé de dar consejos a dar comidas".

No era la primera vez que Francisco José Jordán se adentraba en el mundo gastronómico, pero Madre del Amor Hermoso ha sido su mayor proyecto. Con el bloc de notas siempre en mano, prestando atención a todos los detalles, veía cómo la lista de consideraciones a tener en cuenta para su establecimiento no dejaba de crecer.

"Madre del amor hermoso" se coló entre esas notas no como una idea para el nombre del local, sino como una exclamación ante todo lo que se les venía encima. Pero al ver día tras día esa expresión que encierra multitud de significados y emociones, finalmente acabó siendo el nombre elegido; también por la "belleza" y "positividad" de las tres palabras que incluye.

Un ambiente acogedor

Los clientes que entran por la puerta del restaurante encuentran un ambiente acogedor, diseñado por Pilar Vaca Ballesteros, que recuerda a una pequeña selva tropical. Palmeras, bambú o potos son algunas de las especies vegetales que pueden apreciarse, además de las flores en los centros de mesa, que cambian cada dos días. En esa línea, a pesar de que el local lleva abierto siete años, ya han cambiado la bancada en tres ocasiones.

"Imperceptiblemente no lo ves, pero cuando lo pones nuevo ayuda a no despistarte en otras cosas, en la limpieza, en los baños y en todo. Tenemos que cuidar a la gente que viene", reflexiona Francisco.

La atención al detalle y la creación de un buen ambiente son aspectos fundamentales para Francisco, propietario de este negocio en el que también se han implicado su esposa, Pilar, y el hijo de ambos, Nicolás Jordán Vaca.

De la abogacía a la restauración

"Esta época de mi vida me gusta mucho más", asegura Francisco en alusión a la etapa en que ejercía de abogado. Tal y como rememora, llegó un punto en que eran "demasiados clientes y demasiados expedientes" después de una larga carrera en la que ya había recibido algunos reconocimientos. Por eso, se planteó que había llegado el momento de reinventarse: "Yo decidí que había cumplido un ciclo en mi vida y que debía cambiar".

Francisco cuenta que restauración para ellos se compone de muchos factores en los que la comida no ocupa sino el séptimo lugar. "Bienvenida, atmósfera, ambiente, temperatura, luz, música y decoración" son piezas clave en la experiencia gastronómica.

De este modo se marca la diferencia con otros locales y se fideliza a los comensales, que también acaban seducidos por los sabores, el emplatado y el servicio, a cargo de un jefe de sala con capacidad de resolver cualquier incidencia diaria. Resumiendo: una experiencia completa de principio a fin.

Variedad gastronómica

"La comida tiene que ser correcta", matiza Francisco, pero "hoy en día no puede ser el único pretexto para ir a un sitio; tiene que ser que tú entres y veas un sitio que te atrapa, que sea fresco". También sus platos cumplen con esa descripción, entre los que pueden encontrarse pescados y productos del mar como cherne, lubina, atún, longorones, ceviche o calamares saharianos.

También trabajan las carnes y otros tipos de comidas variadas con papas y vegetales, si bien uno de los aspectos más destacables de la meticulosidad de sus cocineros son los arroces, sin pasar por alto su tabla de quesos canarios u otras especialidades de temporada, como las alcachofas con jamón.

Productos locales y aprendizaje

Detrás de los sabores de Madre del Amor Hermoso, donde suelen preparar algunos platos fuera de carta, también se encuentra la calidad de la materia prima mayoritariamente canaria. "Nosotros intentamos apostar por nuestra economía, nuestra ganadería y cultivos canarios", asegura Nicolás.

Parte de su filosofía de trabajo pasa también por el aprendizaje constante, razón por la que siguen formando a su personal en aspectos como los vinos o los quesos cada vez que tienen oportunidad. Al mismo tiempo buscan el crecimiento profesional de cada uno, ya sea para que se queden en el local a largo plazo o para que busquen otras salidas laborales teniendo un bagaje sólido. "Hacer equipo es un arte", sostiene Francisco, a lo que añade: "Me gusta hacer equipo, yo creo que son el alma de todos los negocios".

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