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La Noche de Finaos rememora las tradiciones y la muerte por cólera morbo en 1851

Una representación teatral recupera el culto a la muerte y las costumbres canarias del siglo XIX en la capital grancanaria

Nayra Bajo de Vera

Nayra Bajo de Vera

Las Palmas de Gran Canaria

La Alameda de Colón se sumergió este viernes en un viaje al pasado de Las Palmas de Gran Canaria con motivo de la Noche de Finaos. Lo hizo de la mano de la Asociación Dragos y Laurel, que interpretó una teatralización bajo el título de Ánimas, la muerte sin campanas durante el cólera de 1851. Ataviados con indumentaria tradicional de la época, recrearon el paso de la epidemia de cólera morbo que segó la vida de casi seis mil personas en la Isla, la mayoría en la capital.

El culto a la muerte que practicaban los antepasados grancanarios estuvo muy presente en una obra que ensalzó el habla, las costumbres y los alimentos canarios de una época que afrontó numerosas desgracias.

Una sociedad castigada

Tal y como expresó el coordinador del Instituto Canario de las Tradiciones, David Naranjo, a las malas condiciones de vida de la época hay que sumar diversos azotes que sufrió la ciudadanía desde el primer cuarto del siglo XIX.

Hubo una epidemia de fiebre amarilla seguida de viruela y escarlatina. Posteriormente llegó una plaga de langosta y una sequía que acabaron con muchos cultivos, extendiendo el hambre entre la población. Y, por si fuera poco, un buque de canarios que regresaban de Cuba descargó en la noche del 31 de octubre de 1851 la epidemia de cólera morbo, extendiendo la muerte y el hambre.

Tradiciones, piñas y castañas

La obra, además de repasar el sufrimiento que causó la enfermedad, también sirvió para rememorar las tradiciones canarias a través de personajes pertenecientes tanto a clases populares como adineradas. Asimismo, recuperó la figura de los animeros, unos brujos que tenían la facultad de hablar con las ánimas de los muertos.

Tras finalizar la obra, la plaza de Santa Ana acogió un concierto de Los Gofiones. La música y el baile estuvieron acompañados en todo momento por el calor y el sabor de 300 kilos de castañas y de piñas asadas, dos productos estrechamente ligados a las celebraciones tradicionales que fueron repartidos entre el público que asistió a la cita.

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