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Seis toneladas de desperdicios cubrían el Guiniguada: así ha sido la última limpieza realizada por el Ayuntamiento

El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria acomete la limpieza del tramo comprendido entre las instalaciones municipales del Pambaso y el cruce con la carretera GC-110

La Provincia

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Las Palmas de Gran Canaria

El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, a través de una actuación especial conjunta entre la Unidad Técnica de Aguas y el Servicio Municipal de Limpieza, ha retirado un total de 6.000 kilos de residuos del tramo final del barranco del Guiniguada, en la zona comprendida entre las instalaciones municipales del Pambaso y la GC-110.

La intervención ha permitido eliminar restos de vertidos de materiales de obra, trastos, electrodomésticos y fragmentos de pavimento de parques infantiles que se habían acumulado en este punto del cauce. Una actuación que viene motivada tras una denuncia ciudadana realizada el pasado mes de febrero.

El operativo ha contado con 12 trabajadores y cinco vehículos de ambos servicios. Por parte de la Unidad Técnica de Aguas participaron dos operarios y dos vehículos, mientras que el Servicio Municipal de Limpieza aportó diez trabajadores —entre ellos personal operativo, conductores y un mando intermedio— junto a tres vehículos, entre ellos un camión caja abierta y un tractor.

Materiales de construcción y trastos

Durante los trabajos se retiraron 3.500 kilos de material de construcción y 2.500 kilos de trastos y enseres, que fueron trasladados para su correcta gestión y tratamiento en los puntos autorizados. Esta intervención se suma a las actuaciones previas desarrolladas en la desembocadura del barranco por la Empresa Mixta de Aguas de Las Palmas (Emalsa), que recientemente completó los trabajos de limpieza en el interior de las bóvedas del Guiniguada, donde se retiraron 3.400 toneladas de residuos en una operación que se prolongó durante tres meses.

Así son las entrañas de la bóveda del Guiniguada

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Se trató de la primera limpieza exhaustiva del cauce desde la década de 1970, cuando el barranco quedó soterrado bajo el hormigón y el asfalto. En el interior de las bóvedas, los técnicos encontraron residuos de todo tipo, desde botellas, neumáticos de buques y microplásticos de múltiples colores, hasta un carrito de supermercado, mezclados con grandes cantidades de arena volcánica negra arrastrada por las mareas.

Dificultad de las condiciones

El operativo de Emalsa se desarrolló entre el Rectorado de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y la desembocadura, en un sistema de túneles conformado por cuatro bóvedas de hormigón de más de tres metros de altura. Las difíciles condiciones —oscuridad, humedad constante y la entrada del mar hasta 300 metros aguas arriba en función de las mareas— complicaron unas tareas que se realizaron de forma manual y con maquinaria adaptada al entorno.

Durante la intervención, los técnicos detectaron también vertidos de salmueras procedentes de fincas plataneras y pequeñas infiltraciones que han permitido el crecimiento de palmeras canarias, ejemplares que serán trasladados a otras zonas.

Donde convergen barranco Seco y el Guiniguada

Además, se actuó en el punto donde converge el barranco Seco con el Guiniguada, donde existe una rampa de acceso provisional desde hace más de una década. Emalsa ha completado parte de su retirada. Con esta limpieza integral, tanto en el interior de las bóvedas como en el tramo final del cauce, el Ayuntamiento refuerza la capacidad hidráulica del Guiniguada, diseñado para soportar una avenida de retorno de más de un siglo, equivalente a 518 metros cúbicos por segundo, suficiente para llenar la piscina del Metropole en menos de cinco segundos.

El Consistorio afirma que continuará con labores de mantenimiento y vigilancia en colaboración con Emalsa y el Consejo Insular de Aguas -organismo que tuvo que lanzar un requerimiento al Consistorio en marzo-, con el objetivo de evitar nuevos vertidos, preservar el entorno urbano del barranco y mejorar la seguridad hidráulica de la ciudad. También está previsto instalar cámaras de seguridad para evitar nuevos vertidos.

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