¿Qué será de Tragsatec?

Casi 2.000 empleados de una empresa ganan 90 millones de euros durante el encuentro de Navidad | La peruana Perla se hace con el gordo en el mismo Teatro Real

El Gordo riega Moreda de Aller (Asturias) con 164 millones de euros

Agencia ATLAS / Foto: EP

Juanjo Jiménez

Juanjo Jiménez

Muchos de los tópicos del propio anuncio de la Lotería de Navidad 2022 se hicieron materia este jueves durante y tras el sorteo celebrado en el Teatro Real, con toda una plantilla de una misma empresa agraciada con 90 millones de euros, los sueños hechos realidad de varios inmigrantes en verdaderos apuros y un pequeño pueblo de la Galicia profunda regado por 180 millones de euros y sin perder la compostura.

La empresa Tecnologías y Servicios Agrarios, Tragsatec, fue creada en 1990 y se dedica al desarrollo de proyectos de consultoría e ingeniería. O se dedicaba hasta este jueves, porque en su plantilla se ha producido una de las peores pesadillas de un jefe. El día ya de por sí prometía porque en su sede de Madrid estaban convocados los trabajadores a tomarse la copa de Navidad a las doce del mediodía, por lo que muchos iban adelantando trabajo o dejándolo a medias, según casos, para echarse unos piscos en la armonía -si fuera el caso-, propia de la Pascua. 

Cuando no llevaban un minuto de jarana y a solo siete kilómetros al suroeste de las oficinas, en el Teatro Real de la capital de España, los niños Adrián Monteiro Brito y Fabián Aarón Vera Chávez cumplimentaban el sexto alambre de la sexta tabla del sorteo y cantaban el 45.250, tercer premio de la Lotería de Navidad 2022.

Bingo. El número se había vendido por gentileza de la administración número 408 de Madrid, la de Doña Juanita, íntegramente entre los participantes del enternecedor encuentro fraternal, con un total de 1.490 décimos, lo que supone una derrama de 90 millones de euros para cerca de 2.000 trabajadores, ya que muchos de los décimos se fraccionaron en participaciones

Los empleados de una empresa de Madrid celebran el tercer premio del sorteo de Navidad

Agencia ATLAS / Foto: EFE

La copa primigenia se convirtió en una verbena de tal calibre que solo le falta el Obelisco de Buenos Aires, y los vídeos colgados en Twitter no presagian nada bueno para la jornada laboral del viernes, y alguna más allá.

Puede que el dinero logrado por cada participante no sea lo suficiente como para descapitalizar la empresa de masa gris, pero si eso ocurriera aún quedaría un señor llamado Paco, que se abstuvo de entrar en el juego de esa compra colectiva que en muchas ocasiones se realiza bajo la premisa del ‘por si acaso’. Paco al ser preguntado del por qué era prácticamente la única persona que se había quedado comiendo millo chavetudo, respondió que «soy científico y esto es ir contra la estadística», mientras el resto de sus compañeros en un 99,99999 por ciento estaban estadísticamente privados de su juicio. 

Un caso parecido, pero sin problema laboral que resolver al día siguiente, es el de la localidad de A Fonsagrada, en Lugo, en la Galicia profunda con un censo de 3.328 fonsagradinos a 1 de enero de 2021. La administradora de Loterías del lugar Otilia Díaz Pérez, tuvo la ocurrencia de hacerse con el extraño 05490 en honor de Alba, su hija nacida en 1990, y en el rebote ha dejado 180 millones de euros regados entre los fantásticos valles de un lugar del que se dice que los lobos no bajan, sino que suben, y entre todos los visitantes que han recalado por allí al albur de sus bellezas naturales tras recorrer la que llaman una «de las carreteras más eróticas del país», por su gran número de curvas. 

Una agraciada contestaba a la radio que con el premio se iba a poner a dieta y a recuperar a su ex

Al carajo la dieta

Pero en contraposición con la parranda de los agraciados Tragsatec, que aún deben seguir festejando el chubasco de euros, los fonsagradinos se lo toman con una pachorra de libro, según se desprende una foto del bar del pueblo guindada en Twitter en la que los parroquianos se echan unos cafenes y unos piscos como el que llega de ordeñar. La periodista Patricia Martínez reporta desde el sitio: «están as teles alí e todos con medo de pedirlles que abran un cava ou algo». 

Exacto. No hay que perder la calma, que es una de las premisas necesarias para llegar al final del día sin chiflarse después de conocer que una persona se ha convertido en millonaria minutos después de mirar el monedero para ver si le quedaba algo de suelto. 

Ibrahim Kanté que llegó a Europa, en patera descubrió ayer que «en el mundo también pasan cosas buena»

Le ocurría a una entrevistada en la SER, que se ve que con algo de sobrepeso. ¿Y ahora qué vas a hacer?, pregunta Ângels Barceló. A lo que, en líneas generales, respondía con empezar una dieta «y volver con mi exnovio», justo en el momento en el que el cuerpo le pedía todo lo contrario, jartarse y a lo loco. «Ya si eso, te operas después», venían a solucionarle los colaboradores del programa. 

No acaban ahí los consejos, como la otra agraciada que preguntaba con cierta desesperación a los periodistas qué se hace -«¿pero adónde voy?»-, cuando tienes cientos de miles de euros en un timbrado de Lotería: «ir directamente al banco, y cuanto antes». 

Pero también puede ocurrir que te saquen cuanto antes de ahí, como le ocurrió a la peruana Perla, dejando una de las imágenes del día, cuando preguntaba a su hijo Joseph a las 11 y veinte minutos desde su butaca del Teatro Real que le repitiera el número de la bola insertada en el segundo alambre de la quinta tabla. El chiquillo, que estaba acompañado de su hermana pequeña, le recitó el 05490, y del aspaviento resultante de saberse premiada se formó un revuelo que tuvo que frenar el equipo médico, ‘rescatando’ a Perla y a los dos niños que salían llorando de la emoción. 

Y no era para menos. Con tres años en el paro, después de que la su empresa perdiera la adjudicación de los servicios del bar del mismísimo Palacio de la Moncloa, infraestructura de la que hasta hace unas horas desconocía el también 99,99999 por ciento de la población, Perla afirmaba que ahora podría dar casa y estudios a sus hijos. Cierto también que la peruana tenía algunas posibilidades más que el resto a pellizcar algo,  no en balde exhibía unas carpetas con casi un centenar de participaciones más, a remolque «de haber soñado que este año me iba a tocar».

El premio gordo tiene en proa y popa un número rechazado durante siglos por los propios matemáticos

Pero no fue la única migrante tocada por la suerte. El periodista José Antonio Guerrero, de El Correo, pormenorizó un elenco de foráneos en apuros en el que asoma Ibrahim Kanté, también entrevistado durante la mañana por las cadenas de radio, y que quizá fuera la conversación más emocionante de un día cargado de sentimientos. Guerrero explica que junto con su amigo Modi se hacían con dos décimos del segundo premio, el 04074, de 125.000 euros por barba. 

Al primero le resuelve de momento una situación de paro, del que dependen siete hijos. El caso de Ibrahim es el de un músico que llegó a España tras arribar Italia desde Gambia en patera hace cinco años. Con los 125.000 euros se proponía comprar algunos aparatos para producir música y también para ayudar a mejorar la empresa de su pareja modista, pero en realidad su mayor sorpresa era la de conocer «que en el mundo también pasan cosas buenas». 

Los fonsagradinos se lo tomaron con mucha calma a pesar de recibir un viaje de 180 millones de euros

Cosas buenas también para el camionero Basile, hoy con 400.000 euros después de una baja por infarto, o para la filipina Bati Rosales, que vive en Vizcaya y que ahora dispone de los suficientes euros para poder llevar a su país natal las cenizas de su hijo, fallecido en un accidente de moto. 

Muchos de estos agraciados lo son por un número que los expertos en estética numérica califican de feo, un caprichoso guarismo capaz de salir dos veces en la misma calle en dos administraciones diferentes, como ocurría en la calle Rafael Cabrera de la capital grancanaria, y que está presidido a proa y a popa por el cero. 

Un experto también consultado en la SER al respecto arrojaba algo de luz sobre la mecánica del vacío, que es lo que viene siendo un cero mondo y redondo, y que sin embargo resulta uno de los mayores inventos de nuestra cultura porque se tardó muchísimo en introducir no solo por el horror vacui, sino porque los matemáticos no concebían una unidad que es la nada. En ese tira y afloja costó siglos de teorías y debates añadirlo al numeral entre otras, porque la Iglesia lo considera un número infiel. Y a día de hoy, de alguna manera, sigue estando algo maldito, de ahí la expresión eres un cero a la izquierda o multiplícate por cero. «Un número absorbente», sentenciaba el matemático, «porque se lo come todo». Aunque ayer a decenas de personas los llenó de gloria. Y a los que no, de coraje. Como a la isleña Yanira M. Rodríguez que no acertó ni en la fecha pero que si lo llega a ganar, «perra que vea, perra que estallo».