Hace ya algún tiempo, poco después de que Kia diera un claro viraje hacia el mercado europeo, desde la cúpula de su importador para Canarias se lanzó un mensaje muy claro: "Kia está preparada para ofrecer mucho más que precio". Con una gama bien armada incluyendo un amplio despliegue de modelos crossover, vehículos híbridos y eléctricos y un nuevo buque insignia como el Stinger, la metamorfosis de Kia se ha completado y el paradigma de esa transformación está en el nuevo Ceed.

Vehículo de transición entre una y otra etapa, el Ceed (antes cee´d) ha experimentado una meteórica evolución en solo tres generaciones. De compra inteligente entre la retahíla de modelos compactos, en poco más de una década se ha convertido en un coche igual de apetecible que cualquier otra vaca sagrada del segmento. Por línea, por amplitud, por oferta de carrocerías y versiones y también por tecnología.

Esta tercera generación que hemos probado para NEOMOTOR en su versión Spirit con motor 1.0 T-GDI de 120 CV avanza de manera simétrica en cada una de sus áreas. Su diseño, por ejemplo, confirma que Kia ha dado con una línea definida pero flexible, capaz de funcionar en modelos tan distintos como el Stinger, el Stonic o el propio Ceed. Respecto a la segunda generación, la carrocería adquiere un desarrollo más horizontal, menos en cuña, y la parte trasera evoluciona hacia una forma más convencional

Con la misma distancia entre ejes (2.650 mm), respecto al modelo anterior es 20 mm más ancho (1.800 mm) y 23 mm más bajo (1.447mm), por lo que se siente a la vista ´más coche´ sobre la carretera. Pero una cosa es lo que se ve y otra lo que se siente, así que mejor pulsar el botón de arranque y ver qué transmite este modelo que estrena unas nuevas suspensiones completamente independientes con nuevos ajustes de amortiguación.

Teníamos mucho interés en comprobar los avances en dinamismo del Ceed y la verdad es que no defrauda. Partiendo de que su base está preparada para motores más potentes que el 1.0 T-GDI y que a la vuelta de la esquina esperan variantes hechas para cubrir el flanco de la deportividad (la GT tendrá más de 200 CV), como compacto de amplio espectro, el Ceed proporciona sensaciones fantásticas.

Kia ha incrementado un 40% la dureza de las suspensiones delanteras a la vez que ha reducido en un 22% la rigidez de la estabilizadora. Detrás, en cambio, se ha distendido en un 10% la suspensión y estrena estabilizadora. Con todo ello, y con unos amortiguadores evolucionados, el nuevo Ceed se siente más estable, más ágil ´de morro´ (con la dirección de cremallera asistida más rápida) y, a la vez, más confortable en todo tipo de carreteras.

Son igual de palpables los avances a la hora de tamizar ruidos, vibraciones y asperezas al volante. El salpicadero más grueso, un nuevo aislamiento de sonido en los pasos de rueda traseros, una nueva capa aislante debajo de la moqueta de la cabina, las molduras laterales del parabrisas y el sellado de las puertas se encargan de hacer mucho más silencioso el interior en marcha. En resumen, la experiencia de conducción del Ceed resulta ahora mucho más placentera bajo cualquier condición: sorteando el tráfico en ciudad o atacando curvas en una carretera de montaña.

El motor, un viejo conocido del grupo coreano, repite modelo tras modelo mismas virtudes y mismos defectos. Lo más positivo, una buena aceleración, muy lineal, y con una entrega de par constante, precisamente un área en el que han trabajado los ingenieros de la marca coreana; mejorable, el nivel de rumorosidad del motor que, si bien puede llegar a ser excitante en una conducción deportiva, puede resultar incómoda en autopista. No hay que olvidar nunca en el haber de este motor 1.0 T-GDI de 120 CV que su consumo medio se plante en 5,6 l/100 km para esta versión con 127 g/km como dato promedio de emisiones de CO2.

En definitiva, no hace justicia a lo que es hoy por hoy el Ceed analizarlo tomando como referencia lo que supuso esa primera generación de 2007. La revolución experimentada por Kia, aun constante, es un hecho. Hay que ponerlo frente a frente con los mejores compactos de marcas generalistas porque tiene argumentos para echarles un pulso sea donde sea. Sobre todo, si tenemos en cuenta que ya vienen en camino las versiones ProCeed y Ceed GT que, después de este primer contacto, estamos deseando probar. Se mire por donde se mire, al nuevo Ceed le sobran argumentos.