Aunque a otra marcha, la movilidad eléctrica también está llegando al sector de las dos ruedas. Sólo ha habido que echar un vistazo al último EICMA de Milán que abrió sus puertas este pasado martes para comprobarlo. Algo se está moviendo cuando una leyenda como Harley-Davidson se ha marcado como objetivo liderar el proceso de electrificación con todo un catálogo de motos eléctricas. La primera en llegar será la LiveWire cuya versión definitiva se vio en primicia en este último gran salón del sector.

El prototipo llevaba cociéndose en el horno desde 2014 y tras este largo periodo de desarrollo el resultado es una motocicleta de altas prestaciones con un chasis de aluminio, unas suspensiones Showa completamente ajustables, una aceleración que la marca califica de "asombrosa" y una autonomía optimizada para su uso en entornos urbanos.

Como todo vehículo eléctrico, el as en la manga que la LiveWire se reserva para quienes busquen sensaciones fuertes es una entrega de par instantánea por parte del motor de imanes permanentes. Y ojo, que el hecho de que sea eléctrica no significa que esta Harley-Davidson rompa esa tradición centenaria de motores con un sonido característico, no. La LiveWire ha sido diseñada para emitir un sonido que se vuelve más ronco a medida que se enrosca el acelerador.

Como se aprecia en las imágenes, el motor está en una posición muy baja para acercar al suelo el centro de gravedad. Esto lo aprovecha un chasis de aluminio que emplea el motor como parte estructural para incrementar su rigidez y que ha sido creado para proporcionar control en ciudad y sensaciones en carreteras viradas.

Tanto en el tren anterior como en el posterior, Harley-Davidson recurre al especialista japonés Showa para contar con unas suspensiones de alto rendimiento y completamente regulables. Lo mismo se puede decir de los frenos: pinzas delanteras Brembo Monoblock que actúan contra unos discos de 300 mm de diámetro con ABS en unas ruedas que calzan unos neumáticos (180 mm detrás y 120 mm delante) desarrolladas mano a mano entre la marca estadounidense y Michelin. De serie dispondrá de control de tracción y siete modos de pilotaje diferentes de los que tres serán configurables por parte de quien ose ponerse a sus mandos.

Por supuesto que el diseño rinde tributo a esa tradición centenaria de máquinas custom, pero cada rincón de la LiveWire rezuma tecnología. Se aprecia en la pantalla TFT a color regulable en inclinación con conectividad bluetooth.