Aunque la tentación de cualquier fabricante de quemar todas sus naves en la categoría de moda, los crossovers, hay algunos nostálgicos que consideran que aún hay sitio para los compactos más puros. Mazda es uno de ellos y por ello ha renovado sus votos con este segmento a través de una nueva generación de su Mazda3 que ha sido una de las sensaciones del pasado Salón del Automóvil de Los Ángeles.

En realidad ha sido una manera de abrir boca, ya que el principal mercado de este modelo está en Europa. En California apenas se desvelaron algunos detalles de esta cuarta generación que empezará a incorporarse en los principales mercados a principios de año y que en España lo hará con una gama cuyo precio inicial será de 23.415 euros.

Viendo el resultado final, sí es cierto que en Los Ángeles, Mazda mostró uno de los bienes más preciados de este modelo: su línea. La marca japonesa sigue buceando en las múltiples posibilidades de interpretación que ofrece el lenguaje de diseño Kodo (alma en movimiento) para volcarlo en las dos alternativas de carrocería. Porque el nuevo Mazda3 vuelve a desdoblarse en una versión hatchback y otra sedán más canónica y elegante.

Es en la primera donde se aprecian con claridad las influencias del Kai, el concept car que Mazda presentó el pasado año en el Salón del Automóvil de Tokio. Como en sus todocamino, el '3' se basa en una carrocería que parece hecha de una sola pieza y, también como en los CX-5 y CX-3, la calandra ancla al nuevo Mazda3 en esa última generación de modelos de la marca japonesa. Llama la atención de ese rostro el que el marco de la parrilla sobre el que 'flotan' las ópticas adquiera un acabado oscuro.

Sin embargo, lo más novedoso -y la verdadera herencia del Kai- es la forma apuntada del cristal de las puertas traseras que, junto a la línea arqueada del techo y el portón posterior, crean un inmenso pilar C que idéntico al del prototipo. La parte posterior es menos ambiciosa en lo estético, pero el preciosismo de los pilotos, los bajos en negro brillante y la doble salida de escape van en sintonía con el aire general de todo el vehículo.

En la carrocería sedán, el tercer volumen se encabalga sobre ese pilar C creando una silueta de enorme dinamismo. Por supuesto, el nuevo '3' se une al club Mazda cuya paleta de colores incluye el Soul Red Crystal. Tonos con este nivel de profundidad hacen que salte a la vista las sutiles ondulaciones de la carrocería.

Diseño al margen, en Hiroshima, en los cuarteles generales del fabricante japonés, saben que uno de los principales atributos que han hecho de su compacto uno de sus modelos estrella desde su lanzamiento en 2003 (más de seis millones de unidades matriculadas) es que, respecto a la media de su categoría, ha hecho del placer de conducción uno de sus emblemas. Por ello, se asegura que la cuarta generación hace hincapié en esa característica tan suya.

Aunque está preparando de puertas adentro la irrupción de sus modelos híbridos y eléctricos, de momento Mazda ha destinado al 'tres' de 2019 mecánicas Skyactiv-G gasolina, Skyactiv-D diésel y el esperado Skyactiv-X que, sin necesidad de recurrir al downsizing, ofrecerá consumos propios de un diésel con niveles de potencia muy solventes.