Con la anterior generación del 911, en Stuttgart desenterraron el apellido T para ofrecer a los ultras de la marca, un modelo que se despojara de capas y capas de artificios para centrarse en lo que verdaderamente gusta de un Porsche. De una u otra forma, el 911 T de 1968 encarnaba ese purismo, de ahí que en 2017 incorporaran esa versión que ahora se propaga en su catálogo al alcanzar a los Porsche 718 en sus dos carrocerías.

Hablamos del coupé Cayman y del descapotable Boxster que en esta nueva variante 'Touring' (de ahí viene la letra T) no busca tanto un derroche de prestaciones, sino un motor capaz de transmitir esas sensaciones propias de una conducción deportiva ortodoxa y un equipamiento que le siga el juego. Ese propulsor es el bóxer 2.0 turbo de cuatro cilindros, 300 CV de potencia y 380 Nm que impulsa la aguja del cuentarrevoluciones hasta las 7.500 rpm.

Esa fuerza contrapuesta a un peso en vacío de 1.350 kg da como resultado una relación peso/potencia de 4,5 kg/CV que es la llave de un dato de aceleración de 0 a 100 km/h en 5,1 segundos. A pesar de ser 30 kg más pesado, las versiones con el efectivo cambio PDF de doble embrague arañan cuatro décimas al cronómetro para alcanzar esa velocidad. La máxima es de 275 km/h.

En sintonía deportiva, los 718 T equipan el chasis deportivo PASM que pega 20 mm al suelo la carrocería, el Porsche Torque Vectoring (PTV) con diferencial autoblocante mecánico trasero y el sistema PADM. Éste consiste en unos soportes dina?micos de la transmisio?n que reducen las vibraciones de motor y caja minimizando así unas oscilaciones de masa mecánica que pueden llegar a afectar al dinamismo del coche. Combina las ventajas de los soportes duros y blandos porque el comportamiento es mucho ma?s preciso y estable en aceleraciones y curvas ra?pidas sin hacer mella en el confort al transitar por carreteras con un asfalto irregular.

Hay algo de esa fidelidad a lo que es un Porsche en las características de diseño que definen a los Boxster T y Cayman T. Son intransferibles los anagramas 718 Boxster T y 718 Cayman T de los bajos de las puertas que contrastan con cualquiera de los colores para la carrocería: los especiales 'Azul Miami' y 'Naranja Lava'; los metalizados 'Blanco Carrara', 'Plata GT' y 'Negro Jet'; o los más básicos 'Amarillo Racing', 'Rojo Guardia', negro y blanco. Los retrovisores se visten de gris ágata y las llantas, de 20'', en gris titanio brillante. En la zaga asoma la doble cola de escape central en color negro cromado.

El toque 'Touring' se aprecia en el interior en el volante 'GT' algo más lujoso con un acolchado y un revestimiento en piel. Los asientos tienen dos tipos de ajuste eléctricos, la parte central tapizada en negro con un tejido deportivo y el logotipo 718 bordado en el reposacabezas. Las inscripciones Boxster T y Cayman T son visibles en el umbral de las puertas y en las esferas del característico cuadro de instrumentos Porsche. Tanto la consola central como el salpicadero se acicalan mediante un acabado en negro piano. La palanca de cambios es más corta y su esquema de marchas está terminada en rojo.

Como detalle, los 718 T prescinden del módulo del Porsche Communication Management, su sistema multimedia, aunque al hacer su pedido, el propietario puede solicitarlo sin que esto encarezca ni un céntimo su precio. ¿La razón? Porque al suprimirlo se contrarresta el peso extra que acarrea el uso del filtro de partículas de gasolina (GPF). La relación peso/potencia es un bien tan preciado en este modelo que Porsche hila bien fino en este aspecto.